Valentino está mejor, y eso es lo que más importa. Aunque todavía es un poco prematuro para determinar si le van a quedar secuelas o no, lo cierto es que el bebé correntino al que le fracturaron el brazo, le quemaron los pies y los testículos y luego le fracturaron el cráneo -entre otras incalificables agresiones por las cuales la principal acusada es su madre- ya no tiene respirador artificial. Ahora está con oxígeno y la primera tomografía que le hicieron tuvo resultados positivos.
Valentino, víctima de la crueldad familiar y de la negligencia judicial.
Hace unos días, BigBang contó esta historia escalofriante. Valentino llegó a la guardia de un hospital Pediátrico Juan Pablo II con un brazo fracturado y quemaduras de cigarrillo en un pie y en los testículos. Durante cinco meses, Silvia Sosa lo crió como si fuera su propio hijo hasta que la jueza Rosa Esquivel Iglesias ordenó que fuera restituido a su madre biológica, la colombiana Angie Tatiana Zuloaga.
El miércoles pasado, Valentino volvió a la guardia, ahora con cuatro traumatismos de cráneo y otros signos de violencia. Pese a que el bebé quedó en terapia intensiva, increíblemente la jueza defendió su decisión de restituir al bebé a su madre con el argumento de que era necesario "facilitar la revinculación".
En diálogo con BigBang, Adriana Sosa, la hermana de Silvia, adelanta algunas buenas noticias dentro del horror vivido:
-Por el momento, la guarda provisoria de Valentino la va a tener mi hermana. Mañana vamos a las 11 vamos a hacer una marcha al juzgado de menores para pedir la guarda definitiva. Él está evolucionando bien: ya le sacaron el respirador y ahora está solamente con oxígeno. La tomografía también dio bien. Aunque es un poco prematuro para saber si le van a quedar secuelas o no, la evolución es favorable.
La jueza Rosa Esquivel Iglesias quiso "revincular" al chico con su madre.
-¿Qué pasó con su madre biológica?
-Las detuvieron, a ella y a Mónica, su pareja, y las llevaron a diferentes comisarías de mujeres. A las dos las golpearon las internas como "código carcelario". La jueza ahora parece que reconoce que se equivocó.