El crimen de Fernando Báez Sosa ocurrido el 18 de enero del 2020 en Villa Gessel destapó una olla que estaba rebalsando. Los ocho imputados por el ataque no solo tienen previos prontuarios de violencia, sino que algunos son integrantes de familias delictivas, tal y como es el caso de los Pertossi.
Ciro Pertossi de 22 años es uno de los que mayor responsabilidad del ataque tiene, ya que no solo se lo ve en los videos que se filmaron en el episodio, sino que es a quienes los testigos reconocieron como el que ataca por segunda vez a la víctima por la espalda, quien le pega en el pecho, en la cara y en la cabeza una vez que estaba desplomado en el piso, y además fue quien cuando terminó todo, envió un mensaje revelador y que fue crucial para el caso: "Chicos, no se cuenta nada de esto a nadie". No obstante a esto, una cámara de seguridad lo captó chupandose los dedos para "limpiarse" la sangre de Fernando.
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Uno de sus hermanos, quien también está involucrado en el asesinato, es Luciano Pertossi, de 21 años. Éste fue el encargado evitar que los amigos de Fernando se pudieran acercar a ayudarlo ya que participó de la golpiza de ellos. Si bien se pudiera pensar que ambos actuaron de esta manera por el simple hecho de "pertenecer" al grupo, la historia familiar les juega en su contra. Además de estos dos integrantes de la familia, hay un hermano más, Ramiro.
El joven de 18 años fue judicializado en el 2020 por ayudar a un delincuente a escapar de la policía luego de subirlo a su camioneta y huir junto a él. Además, fue detenido en el 2021 tras amenazar con un arma de fuego a un hombre en una vivienda cercana a la suya, a la cual fue en una moto Honda Wave roja. En ese entonces la justicia le otorgó la libertad inmediatamente con una perimetral con el fin de proteger a la víctima. Cabe recordar que los tres son hermanos de Emilia, la abogada defensora de los acusados junto a su padrino, Hugo Tomei.
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Por su parte, Lucas Pertossi de 23 años es otro de los mas implicados, ya que no solo se encargó de filmar, reirse, y alentar en un principio a sus amigos a que golpearan a Fernando, sino que también se sumó a la golpiza. De manera consciente, cuando se retiran todos del lugar, es el encargado de volver a "supervisar" la situación, y envió el mensaje que lo posiciona tras las rejas: "Caducó", haciendo referencia a la víctima. No obstante a esto, al terminar el asesinato, es quien se fue cambiar y luego a comer a la casa de comida rápida junto a Máximo Thomsen.Al igual que en el caso de sus primos, en esta familia también predomina la violencia. Matías, su hermano mayor de 25 años está preso en la Unidad 21 de Campana por robo calificado en grado de tentativa por el uso de arma de fuego y lesiones en un asalto cometido a un transportista de 57 años. El episodio ocurrió en 2018 y desde ese entonces permanece allí. La familia había pedido que trasladen a los acusados a dicho penal, con la excusa de que pudieran estar cerca de el para poder tener a alguien que los "cuidara". Esto fue a raíz de las supuestas amenazas que reciben los rugbiers por parte del resto de los presidiarios.