El onceavo detenido por la muerte de Fernando Báez Sosa, el joven de 18 años que fue asesinado al recibir una golpiza por parte de un grupo de rugbiers, busca quedar fuera de la causa ya que hay evidencia que lo muestra lejos del lugar del crimen. Pablo Ventura, de 21 años, fue detenido ayer por la madrugada en Zárate luego de haber sido señalado como uno de los miembros de la patota.
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Sin embargo, la familia del joven, que practica remo en un club de esa localidad bonarense, presentará hoy las cámaras de seguridad de un restaurante de Zárate en donde se lo ve cenando el viernes. Intentarán demostrar que es físicamente imposible que haya participado del ataque a Báez Sosa en Villa Gesell.
Justamente el padre de Ventura, José María, fue quien viajó hacia la ciudad balnearia para alcanzar ese material fílmico. "Fuimos a comer con mi señora y Pablo a un restaurante que se llama La Querencia. Nos fuimos de ahí cerca de las 23, luego Pablo salió con amigos y regresó a las 4. Al otro día a las 17 la DDI de Zárate lo vino a detener. No sabíamos por qué, pero nos pusimos a disposición de la Justicia", manifestó desde la puerta de la fiscalía.
El fiscal del caso, Walter Mercuri, en declaraciones a la prensa, manifestó que si bien la familia puede presentar todas las pruebas que desea antes tiene que indagar a Ventura. “El acusado tienen derecho a presentar sus pruebas, se le tomará declaración indagatoria y en base a eso se decidirá o no su liberación", dijo Mercuri.
Cerca de Ventura sospechan que uno de los diez detenidos habría nombrado a Pablo para buscar cobrarse una bronca preexistente. "Nunca estuvo en Gesell y esa noche estaba cenando con sus padres en un restaurante en la Costanera de Zárate", afirmaron cerca de su entorno. "Evidentemente alguno de los detenidos lo nombró y vinieron a buscarlo pero nunca estuvo ahí", agregaron.