Gustavo Rivas, un prestigioso abogado de Gualeguaychú, Entre Ríos. Declarado Ciudadano Ilustre se encargó al detalle de construir su imagen de hombre respetable, la cual cayó al ser denunciado periodísticamente por el abuso de 2.000 menores entre 1970 y 2010.
Así es como este "buen hombre" defendió toda causa que considerara justa. Hace tan sólo unos días participó de la marcha en pedido de justicia por Susana Villarruel, víctima de femicidio a mano de su ex esposo.
Rivas no sólo participó de la convocatoria, sino que también filmó y difundió el encuentro que según sus palabras no sólo tenía el objetivo de "pedir por el castigo del asesino, sino poner fin a los femicidios".
Así fue como el letrado partió a las 18 horas de la calle 25 y Rocamora junto con toda la muchedumbre, se detuvo brevemente en Tribunales y llegó hasta la Jefatura de Policía. Al difundir el acto contó que allí "su amiga Myriam expresó el clamor, entre dolidos cánticos imploratorios de la concurrencia, por seguridad y justicia".
Su "caminar" junto a los ciudadanos de Gualeguaychú era una constante. Siempre estuvo muy ligado a las actividades del Club Neptunia, que presidió su padre, integró la comisión directiva del Colegio de Abogados, fue miembro de la Corporación de Desarrollo y de la Cooperativa Agrícola del Instituto Agrotécnico y fue socio honorario de la Comisión de Carrozas. Todas estas actividades reforzaron su lazo con la comunidad, donde se hizo querido y respetado.
"Es un verdadero libro abierto, sabe todo sobre Gualeguaychú y sabe todo sobre la gente que vive aquí", dice un vecino a BigBang. "Era sabido que es gay, pero que abusaba de chicos yo no sabía. Ahora parece que todos saben todo", se sorprende. Otro, por su parte indica que estos hechos "eran vox populi, pero nadie podía conseguir que las víctimas denuncien".
También era muy activo en Facebook, donde empatizaba con los vecinos, haciéndose eco de las noticias de la ciudad, como podía ser algún triunfo deportivo, una obra de infraestructura, un evento cultural o simplemente compartiendo imágenes de animalitos que generaban decenas de comentarios, a través de los cuales Rivas le "caía" aún más simpático a la gente.
También usaba el humor para relacionarse y no temía ponerse en ridículo con temas cotidianos. Así se lo pudo ver utilizando un spinner o comparándo sus fotos con las de Lázaro Báez. En todos esos "juegos" sus amigos y conocidos se enganchaban y festejaban su buen humor.
Ayer, esa careta, que aparentemente todos sabían que tenía, se cayó del todo, cuando la investigación periodística de la revista Análisis dejo al descubierto el abuso y violación de miles de menores de entre 15 y 17 años.
Rivas barriendo en el momento que lo notificaban del allanamiento.
El fiscal
Lisandro Beherán abrió una causa por “corrupción de menores y abuso” en su contra.
Al allanar su casa ubicada en pleno centro de la capital, se secuestró más de 100
videos
VHS y miles de fotos que les sacó a los jóvenes que
atacó
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