"Fueron muchas veces. Me cuesta decir la edad, porque tengo recuerdos muy vividos, pero no sé bien cuándo fueron todos los hechos. Yo no entendía que estaba mal, no tenia noción de lo que era el sexo, porque ni había recibido educación sexual en ese momento", contó con dolor a BigBang Darío Schvartz, uno de los denunciantes que forma parte de la querella que acusa al pediatra Alberto Cirulnik por los delitos de abuso sexual y corrupción de menores.
Aunque la causa aún está en la etapa inicial, las abogadas Andrea Quaranta y Nadia Rivas presentaron el 14 de diciembre pasado una denuncia ante el Juzgado Criminal y Correccional N° 41, en la cual Darío Schvartz, Leandro Koch y Malena Filmus confesaron haber sido víctimas sexuales de Cirulnik. Ante esta acusación, se pidieron pericias psicológicas y psiquiátricas del acusado, y además se solicitaron una serie de pericias que derivaron en que el próximo lunes 13 de mayo el médico deba enfrentar una declaración indagatoria.
Actualmente, las denuncias formales son seis, pero existen también otros 20 testimonios de adultos que acreditan haber vivido hechos parecidos cuando eran niños. Algunos fueron pacientes del doctor, otros lo vieron una sola vez en una guardia médica, y otros, como Schvartz, tenían una relación muy cercana con el pediatra porque las familias de ambos eran cercanas.
"Yo nací y mis papás ya eran amigos del matrimonio Cirulnik. De chiquitos, los hijos de él (tiene dos), y yo éramos amigos. Compartíamos siempre ratos en el club Kadima, de Moreno, y los primeros abusos fueron justamente cuando estábamos ahí. En ese lugar había un bar donde la gente comía, y mi familia y la de él pasaban el día en el bungalow. Dormíamos todos juntos, y por ahí si los grandes estaban en otro lado, él venía a dormir a los nenes, y para relajarme, me hacía un masaje en todo el cuerpo, y se detenía en el pene y me masajeaba un rato”, relató el denunciante.
Citan a indagatoria al pediatra Cirulnik, acusado de abusos sexuales a menores en la escuela ORT
"Las situaciones se dieron siempre a solas. A veces el me pedía los mismos masajes que me hacia a mi en el pene, para que se los hiciera a él. Algunas veces los abusos eran en el club a la hora de la siesta, y otras en su casa, porque yo iba mucho. También me atendía como pediatra, y me hacía cosas desubicadas, pero no tengo recuerdos de que ahí me haya abusado porque como éramos cercanos, el tenía acceso en otros momentos", aseguró.En su confesión, Schvarzt hizo varias pausas y el algunas oportunidades, luego del silencio, repitió que no sabía cómo explicar algunas cosas porque aunque ahora puede contar lo vivido con tranquilidad y sin vergüenza, durante muchos años no pudo hacerlo. Ni a sus papás, ni a sus amigos, ni a nadie pudo decirle el infierno que pasó. Recién cuando cumplió 21, hoy tiene 35, pudo confesarle a su psicólogo los abusos, pero aún así, después de eso, decidió volver a guardar todo en su interior por un tiempo más.
Según Schvartz, toda su adolescencia borró de su mente los episodios de su niñez, pero en el 2010 finalmente pudo poner en palabras los hechos, y ya con ganas de hablar, le contó a sus papás lo que Cirulnik le había hecho. Ellos le creyeron, y dolidos, citaron al pediatra para hablar cara a cara, y él les dijo que nada era cierto. Después de eso, el médico y su familia empezaron a negar ante sus conocidos la situación, y finalmente en el 2012 cuando ya todos habían accedido a la versión de Darío, el acusado optó por denunciarlo por injurias.
"Cuando le conté a mis viejos, se distanciaron de los Cirulnik y el resto de los matrimonios amigos empezaron a preguntar qué pasaba y ahí mi mamá no soportó y empezó a contar todo. Él reunía gente y le decía que yo estaba loco. Por eso me demandó por injurias, pero en un momento del juicio nos llamó el abogado de él ofreciendo un acuerdo para firmar un escrito y que cada uno pague su parte, y eso hicimos", sumó.
El denunciante, quien actualmente trabaja como contador, dijo a este portal que el pediatra trabajó como Director Médico de la escuela ORT durante 30 años, y que gracias a su confesión, muchos ex alumnos se acercaron para contarle que también habían sido víctimas de Cirulnik cuando él los revisaba en la escuela. Entre los primeros que hablaron se encuentran Leandro Koch y Malena Filmus, quienes escucharon a Schavrtz y lo contactaron para decirle que ellos también habían pasado por algo igual.
Incluso, en el año 1997 los papás de Koch fueron al colegio ORT para denunciar que su hijo había sido abusado en hora de clase, y en lugar de echar al médico, las autoridades recomendaron que lo mejor era que el nene se cambiara de escuela. Con esa impunidad el acusado actuó hasta finales del 2011, cuando finalmente los rumores se hicieron públicos entre la gente de la colectividad judía, y desde el colegio decidieron correrlo de su puesto.
Al día de hoy, desde la institución nunca se contactaron con ninguno los denunciantes, y en el pasado tampoco hicieron público que el doctor tenía acusaciones en su contra.
“Después yo fui creciendo y cuando tenia 12 o 13 años, que empezaba a ir a bailar, tengo recuerdos como que él hacía maniobras para que le toque el pene y yo me zafaba, no quería. Por muchos años me sentí solo, luchando solo, porque hubiese estado bueno que en el 2010 cuando nadie me creyó, alguien más me hubiera apoyado", se lamentó.
Además de los seis denunciantes, existen otras 20 personas que no se animaron a ir por la vía judicial pero que aún así aseguran hacer vivido hechos traumáticos con el acusado. Por eso mismo, muchos de ellos fueron ofrecidos por la querella como testigos de concepto, lo que significa que aunque no pueden decir qué pasó entre los denunciantes y Cirulnik, sí pueden contar sus propias experiencias con él.
"Yo no quiero que haya dudas. Esta es una lucha por la verdad, lo que pasó, pasó, pero necesito que la gente me crea. No creía que esto pudiera pasar, así que no sé que más esperar, pero me encantaría que termine preso", cerró Darío Schvartz.