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El insólito pedido de un policía que llevaba más de 130 kilos de cocaína en el baúl del auto

La droga estaba en cajas de la marca "Querubín", las cuales se encontraban en el baúl de su Chevrolet Corsa Classic.

13 Junio de 2018 17:04
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Marcelo José María Flores, un policía que trabajaba como chofer en la comisaría 42° de Tartagal, emprendió un viaje a bordo de su Chevrolet Corsa Classic. El sol todavía no salía, cuando llegó al control vial ubicado en el kilómetro 1485 de la ruta nacional 34, en Salvador Mazza. El hombre de 44 años llevaba puesto el uniforme e intentó evitar el control sacando “chapa” cuando lo pararon.

Flores fue detenido en Salta. 

Sin embargo, los gendarmes no se detuvieron en su labor a la hora de ver la credencial de Flores y decidieron llevar adelante el correspondiente control. En primer lugar le pidieron que se bajara del auto y que abriera el baúl. Un procedimiento de rutina, muy habitual en este tipo de controles.

Fue entonces, cuando el nerviosismo de Flores se apoderó de su cuerpo y en un acto de desesperación disparó: “Jefe hágame la gauchada, estoy cagado”. El policía llevaba en el vehículo 135,685 kilos de cocaína, con una concentración promedio superior al 83,8 por ciento.

Poco le importó semejante ruego a los gendarmes, quienes descubrieron la droga en el baúl del coche, en cuatro cajas de la marca “Querubín” y distribuida en 130 paquetes. Según consignó Clarín, la droga incautada equivale a poco más de 2,1 millones de dólares.

Todo ocurrió a las cinco de la mañana a la altura del paraje El Arenal de Salvador Mazza, en Salta, una ruta por donde los narcos pasan habitualmente la cocaína que proviene de Bolivia. El sospechoso fue detenido de forma inmediata por personal de la Sección Vial Caraparí, dependiente del Escuadrón 61 Salvador Mazza de Gendarmería Nacional.

El fiscal federal de Tartagal a cargo del caso, Carlos Hernán García, requirió la elevación a juicio de la investigación. Flores fue  desplazado de la Policía. Se le fue secuestrada la pistola 9 milímetros que llevaba debajo del asiento del conductor-la cual había sido robada en 2002 al Cuerpo de Bomberos de la Policía de Córdoba- y el cargador con 13 municiones.

La droga estaba en cajas de Querubín. 

De esta manera, Flores fue imputado por "tráfico de estupefacientes en su modalidad de transporte, agravado por su calidad de funcionario público", por "tenencia de arma de guerra en concurso ideal" y "encubrimiento en la modalidad de receptación de cosas provenientes de un delito".