30 Septiembre de 2022 14:51
Néstor Zelaya es el director, la cabeza, el líder de la comunidad terapéutica "La Razón de Vivir", una presunta asociación Ilícita que reducía a la servidumbre y explotación laboral a las personas con adicciones.
La organización terapéutica, ubicada en la localidad de Berazategui y Florencio Varela, en la zona sur de la provincia de Buenos Aires, no contaba con la habilitación del Ministerio de Salud bonaerense y estaba orientada a la rehabilitación de personas con consumos problemáticos.
También tenía una sede en el departamento de Punilla, en Córdoba. De acuerdo con la investigación hecha por el fiscal Daniel Ichazo, Zelaya -conocido como “San Pipi”- era quien establecía contactos y realizaba apariciones en medios de comunicación, fijaba los aranceles a cobrar para ingresar a las quintas de rehabilitación y coordinaba la internación de un nuevo paciente.
También era el que señalaba cómo debían ser las condiciones de servidumbre y el trato de las víctimas, incluido el sistema de castigo y la prohibición de salir de las quintas. El fiscal sostiene que las víctimas eran obligadas a "mendigar leña para la calefacción y pedir dinero en las calles" o las iglesias de la zona. "También estaban obligados a cocinarse productos de baja calidad par ellos y de alta calidad para los jefes", señaló el funcionario público.
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"Las víctimas tenían prohibido comer y en ocasiones debían dormir en el suelo y a la intemperie expuestos a roedores", reza parte de la investigación. Además, el fiscal sostiene que los adictos veían "limitada su libertad ambulatoria" y eran "capturados" cuando huían del lugar sin autorización. "Además, los privaban de atención médica básica y de los medicamentos que tenían prescriptos”, resaltan.Néstor Zelaya, ayudado por Marcelo "Teto" Medina, era la cara visible de la organización. De hecho, participaban de distintos programas de televisión. Ambos daban charlas sobre el funcionamiento de ese centro de rehabilitación de jóvenes adictos y se presentaban como "operadores socio terapéuticos". Tanto Zelaya como Medina fueron convocados por el municipio de Concordia, Entre Ríos, en agosto pasado, para dar una charla sobre recuperación de adicciones.
Zelaya allí se presentaban como "especialista en adicciones, operador socioterapéutico en adicciones y director de La Razón de Vivir”. Y Medina como "periodista y operador socioterapéutico en adicciones". “Somos una quinta donde tenemos una estructura de día a día... Nosotros no trabajamos a que el chico se deje de drogar, sino a que también cambie esas actitudes negativas y recupere los valores de vida", declaró el líder de la organización.
El jueves, Zelaya accedió a brindar su testimonio frente al fiscal Ichazo, luego de que el juez Adrián Villagra le concediera la excarcelación a Medina "La persona adicta no valoraba el plato de comida que le hacía la madre. No trabajamos con medicación, sino psicológicamente, salvo que el paciente lo requiera. No vendemos la canasta en los colectivos, los chicos no salen a la calle”, insistió.
De acuerdo con la investigación, los integrantes de esta organización tenían como objetivo "engañar a las víctimas y a sus familiares y perpetuar en el tiempo la explotación laboral y servil de las víctimas”. También “imponer temor y violencia psicológica sobre las víctimas y evitar que intenten huir o resistirse a la servidumbre y los trabajos forzosos”. “Los chicos le hacen un pan a sus madres con sus propias manos”, aclaró Zelaya sobre el "trabajo" que hacían las víctimas.
En su presentación Zelaya y Medina destacaban que "La Razón de Vivir" contaba con cuatro instituciones, en Buenos Aires, dos instituciones, una en Berazategui y otra en Florencio Varela, en Santa Fe y Córdoba. Además, indicaban que cada institución "cuenta con un equipo de 15 profesionales, entre psiquiatras, psicólogos, profesor de educación física, profesor de arte, profesionales que dan charlas motivacionales, operadores en adicciones, acompañantes terapéuticos y profesionales que trabajan exclusivamente con la familia". “No tengo médico, no había un responsable médico”, dijo Zelaya ante el fiscal y contó que había en total unos 80 pacientes en las quintas de Florencio Varela y Berazategui.
En su carta de presentación, también precisaban que la institución "está inspirada en un concepto de tratamiento residencial comunidad terapéutica a puertas abiertas", la cual "cuenta con una estructura diseñada para motivar y lograr la permanencia de los residentes en el tratamiento". Asimismo aseguraron que "el objetivo principal de la institución, es buscar que la persona pueda recuperar valores, principios y que tenga un proyecto de vida que se pueda establecer". “(Teto Medina) Es un tipazo, daba charlas motivacionales, yo lo contacté por las redes. Venía los días martes. Le pagaba hoy en día entre 10 o 12 mil pesos el día. Por cada chico que llevaba, se agarraba la mitad con el operador", admitió Zelaya.
Y sumó: "Si eran 4 mil se llevaba cada uno 2 mil junto al coordinador. Yo lo tomo como una persona de mi familia. Él venía a dar charlas motivacionales, no tenía relación de dependencia conmigo”.
Según explicó, se cobraban a los pacientes por mes una suma de hasta "$120 mil” más una matrícula. En Instagram, la comunidad terapéutica se presentaba como Servicio de Salud Mental, Centro de Rehabilitación de Adicciones, Abordaje Inmediato y Traslados Nacionales e Internacionales.
A su vez, "Teto" Medina promocionaba sus charlas a través de la red Tik Tok. En ella se lo ve en primer plano y, con el fondo de los jóvenes sentados en círculo, expresa: "Por fin llegue a La Razón de Vivir, acá estamos con los chicos, tuvimos una charla re linda y como siempre decimos recuperarse y vivir mejor se puede. Aguante La Razón de Vivir".