20 Octubre de 2016 10:00
Mar del Plata no puede despertar del horror: además de tener la mayor tasa de homicidios per cápita de la provincia de Buenos Aires, y de haber sido el lugar del crimen de Lucía Pérez, la adolescente de 16 años violada hasta morir, ahora enfrenta una ola de abusos sexuales: fueron denunciados dos casos con poco tiempo de diferencia entre ambos; uno consumado y otro evitado a último momento.
Por la cercanía del crimen de Lucía Pérez crece la preocupación. El salvaje femicidio ocurre no sólo en un marco de creciente violencia contra las mujeres, sino también porque siguen apareciendo otros hechos de ataques sexuales a jóvenes, lo que obligó a una nueva organización por parte de los padres para poder resguardar la seguridad de las adolescentes.
La ola de violaciones
El primero fue el ocurrido en el barrio Parque Palermo, cuando una joven que se dirigía a la escuela a realizar el examen "Aprender 2016" fue interceptada por tres hombres y obligada a subir a un auto, donde fue violada. Luego, fue abandonada en el centro marplatense, donde llamó a sus padres para que la vengan a buscar.
El último caso denunciado fue un intento de abuso sexual ocurrido en el barrio de Don Bosco: una madre denunció que evitó que a su hija le ocurriera lo mismo que a la adolescente del barrio Parque Palermo. "No sé si son los mismos pero la situación fue similar", inicia su relato María Basso. El hecho sucedió el martes por la noche, cuando su hija, de 18 años, regresaba a las 22 hs del colegio.
"Sale del vespertino, y con una compañera, camina hasta mi casa. Pero ese día me llamó para que la vaya a buscar antes, y cuando estoy por cruzar hacia donde estaba sentada, esperándome, distraída con el celular, veo a un auto dar una vuelta en "u" y frenar frente a ella. De inmediato le grite que corra hacia mi y el auto se fue", describió preocupada.
Lo grave, es que hace un mes, otra compañera del mismo colegio fue sorprendida por un hombre mayor, que luego de amenazarla con un elemento cortante, la manoseó y le robó sus pertenencias. "A la nena le cortó el cuello, y la manoseó. Menos mal que no la llevó a la plaza que está a una cuadra, porque no sabemos lo que pasaría con ella", dijo angustiada.
Padres preocupados y alertas: la conexión narco
Como María Basso, son muchos los padres que se mantienen conectados para ver cómo cuidar a sus hijos. "Estamos preocupados, vemos personas extrañas dando vuelta por el barrio vendiendo drogas y sustancias de todo tipo y a toda hora. Delante de los chicos les pasan paquetes con drogas. La policía los detiene y al día siguiente salen como si nada".
Un grupo de hombres de circularía en un auto oscuro acosaría a las jóvenes.
Para evitar mayores peligros, los padres organizaron postas para encontrarse con sus hijos adolescentes y controlar que nadie ataque a las jóvenes. "Tenemos miedo, le puede pasar a cualquiera. Yo no trabajo y me dedico a ir por ella y sus amigas. Las mamás estamos conectadas pero es una situación grave. La policía no da a basto y nosotros tenemos miedo", sumó María.
"Lo grave es que los chicos naturalizan que los acosen, o les quieran vender drogas. No debemos tomarlo como algo que ocurre y nada más, pero hace tiempo que sucede y nada hace nada", denunció.
