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El ladrón silencioso: murió Mario Fendrich, el empleado bancario que se llevó millones sin violencia

El santafesino falleció luego de sufrir un ACV mientras vacacionaba en Cuba.

19 Diciembre de 2018 09:37
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"Gallego, me llevé tres millones de pesos del tesoro y 187 mil dólares de la caja". Esa fue la nota que encontró Juan Sagardía, gerente de la sucursal del Banco Nación ubicada en la esquina San Martín y Tucumán de la ciudad de Santa Fe, en la puerta de la bóveda. 

Fendrich murió en Cuba, donde se encontraba de vacaciones.

El autor era uno de sus empleados, Mario Fendrich, quien había diagramado en silencio uno de los robos más espectaculares de la historia criminal argentina y que el martes murió a los 77 años luego de sufrir un ACV,  en Cuba, donde se hallaba de vacaciones. 

El golpe ocurrió el viernes 23 de septiembre de 1994. Tiempo atrás, el bancario se había hecho con una copia de la llave de la bóveda. Al llegar al banco, desconectó las alarmas, tomó los fajos de dinero para colocarlos en una caja de madera y, antes de salir, programó el reloj trigonométrico de la puerta para que se abriera cuatro días después. 

A su mujer, Fendrich le había dicho que después de salir del trabajo iba a pescar con un amigo. Por supuesto, nada de eso era verdad: con su botín, huyó a bordo de su Fiat Regatta rojo.

Desaparición y entrega

Desde ese momento, transcurrieron más de tres meses sin noticias del bancario. Concretamente, 109 días durante los cuales su paradero fue un misterio y, también, el destino del dinero robado. 

Varias teorías se lanzaron sobre ese paréntesis. Algunos dijeron que Fendrich estaba oculto en Paraguay, otros que se había fugado a Brasil con una joven amante. Una versión aseguraba que todo su dinero había ido a parar al casino e incluso se aventuraba que recurrió a un cirujano plástico para alterar su identidad.

El misterio -o parte de él- se despejó cuando el mismo bancario terminó entregándose a las autoridades santafesinas el 9 de enero de 1995, un día después de la muerte del ex campeón mundial de boxeo Carlos Monzón. El dato no es casual: calculó que con esa noticia acaparando los medios, su detención pasaría inadvertida.

Diez meses después, le llegó la condena a ocho años, dos meses y 15 días de prisión, más una inhabilitación de por vida para ejercer cargos públicos.

¿Dónde está el dinero?

Trasladado a la cárcel de Las Flores, pronto comenzó a trabajar como empleado administrativo y se distinguió por su buena conducta, que finalmente fue recompensada: luego de cumplir poco más de la mitad de su condena, salió en libertad condicional. 

Fendrich terminó entregándose a la Justicia.

Del botín, ni noticias. Tanto que la Justicia le impuso a Fendrich el particular requisito de devolver el dinero robado si alguna vez era hallado. Sin embargo, lo único que pagó fueron 72.000 pesos de una multa derivada de su condena. 

Tanto el destino de los millones como el mecanismo detrás del hecho quedaron en las sombras. El bancario, tiempo después, señaló que había planeado el robo junto a amigos en una charla y que la idea surgió casi como una broma. Esa confesión derivó en que se pensara que había sido traicionado por algún cómplice que se quedó con lo robado. 

Lo último que se supo de él es que vivía tranquilo y casi anónimo, atendiendo una agencia de quiniela en Santa Fe y animándose de vez en cuando a ir a la cancha a alentar a Colón. Nada en su existencia modesta dio nunca a sugerir que esas manos alguna vez se posaron sobre cientos y cientos de billetes.