María Gabriela Oliveto, la mujer de 51 años que fue secuestrada ayer por la madrugada en su casa de Leones, Córdoba, fue liberada hoy cerca de las cuatro de la mañana. Pese a que los dos encapuchados que la raptaron habían pedido un millón de pesos, la dejaron a su suerte sin cobrar un centavo. Apareció atada y en camisón en Pilar. Dudan de su pareja, un empresario vinculado a los transportes de carga cerealeros.
Gabriela junto a su pareja, el empresario vinculado al transporte de carga Emilio Francucci.
El secuestro se produjo en la madrugada del lunes, luego de que dos delincuentes ingresaran a su domicilio al grito de: “Acá estamos, ya sabés a qué venimos”. El mensaje iba dirigido a Emilio Francucci, pareja de Gabriela desde hace dos años. “Los ataron a todos, incluido los dos hijos adolescentes de Gaby (de una pareja anterior), y se la llevaron”, precisó Amanda, su madre.
Fueron 22 horas de desesperación. “La secuestraron alrededor de las cuatro de la mañana y desde ahí no hemos tenido noticias”, detalló José, uno de los hermanos de Gabriela. Su pareja, sin embargo, declaró a la Policía que los encapuchados se habían llevado dos teléfonos celulares para “negociar el rescate”, por el que pedían un millón de pesos.
Sin novedades y con la Policía local alertada, la familia Oliveto se sorprendió al recibir un llamado de María Paula, otra de las hermanas de Gabriela, quien vive en Pilar. “Cuando la soltaron en Buenos Aires habló con una persona para que le prestara el teléfono y se comunicó con su hermana, que vive allá. Eran las dos de la mañana”, dijo Amanda.
Gabriela es mamá de una adolescente de 15 años y de un pequeño de 11. Ambos de un matrimonio anterior.
Tras recibir el llamado de su hermana, Paula fue de inmediato a buscarla. “La dejaron en la calle”, precisó José, quien además destacó que la mujer se encuentra “en buen estado” y que “no sufrió hechos de violencia”. Luego del reencuentro familiar, Gabriela fue llevada a la DDI de Pilar y luego trasladada a un hospital de la zona para un análisis general.
Las dudas a la orden del día
“Es todo muy raro. Leones es un pueblo de diez mil habitantes en el que hay robos, pero jamás había sucedido algo así”, advirtió la madre de Gabriela, quien se negó a brindar detalles de la pareja de su hija: “De eso prefiero no hablar, porque ya he tenido muchos líos en mi vida. Soy una mujer grande y mis hijos saben lo que hacen”.
La modista empezó hace dos años una relación con el empresario transportista de cereales.
El incidente no sólo llamó la atención de los vecinos. Las autoridades locales, acostumbradas a hurtos y robos menores, se vieron por primera vez inmersos en una intensa búsqueda que incluyó rastrillajes y allanamientos. Pero, pese al trabajo conjunto con la Federal, Gabriela parecía haberse esfumado del mundo.
La pareja viajó a Europa y tenía un elevado nivel de vida.
Las dudas comenzaron desde la declaración de Francucci, quien también se encontraba en la casa al momento del secuestro. Pese al buen nivel de vida de la familia, los delincuentes no se llevaron nada de valor material y sólo se fueron con Gabriela, quien estaba vestida con ropa de pijama por el horario.
Aunque la familia insiste en que no pagó el rescate, dado que no mantuvo comunicación con los secuestradores, la investigación cree que su pareja podría haber desembolsado la elevada cifra. ¿Quiénes la secuestraron? ¿Por qué lo hicieron? Esas son las preguntas que ahora deberán responder las autoridades.