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El morbo de vivir en una casa donde se cometió un asesinato

Las inmobiliarias las ofrecen más baratas pero no siempre avisan que en esas propiedades hubo un crimen. ¿Cuánto cuesta vivir en una casa del horror? Los casos más sorprendentes. Mirá el video exclusivo del sótano de Puccio en San Isidro.

por Rodolfo Palacios

16 Junio de 2015 10:51
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La casa maldita no podía ser alquilada. Era como si un maleficio hubiese caído sobre ella. Los que averiguaban por el cartelito de alquiler que habían puesto en la fachada de Martín Omar y 25 de Mayo, en San Isidro, se llevaban una desagradable sorpresa cuando el agente inmobiliario les decía la verdad oculta: “Esta es la casa de los Puccio”. Los interesados salían despavoridos.

En el sótano de esa casa, de 1982 a 1985, Arquímedes Puccio y sus hijos Alejandro y Daniel secuestraban empresarios y los mantenían cautivos en la bañera del primer piso y en el sótano de su casa. Mataron a tres de los secuestrados.

Pero no hace mucho, la casa del siniestro clan Puccio pudo ser alquilada. “Vive gente joven que estaba al tanto del pasado siniestro de esa vivienda. “Pagan 30% menos de alquiler”, dijo una fuente. El valor de alquiler sería de 15.000 pesos mensuales.

En los Estados Unidos, una propiedad que fue escenario de un asesinato suele ser vendida hasta un 30% menos. Por ética, en algunos estados se exige que se le notifique al comprador que ahí mataron a una persona. En la Argentina no todos lo hacen. Algunos alquilan o venden la propiedad sin avisar que ahí se cometió un asesinato.

El sótano de los Puccio. Los secuestrados dormían en un catre.

Casas del horror

Pero no todas las inmobiliarias avisan que la propiedad ofrecida fue escenario del horror. Eso ocurrió en el edificio de Chacabuco al 500, en San Telmo, donde el 27 de marzo de 1998 el ex gerente de Techint, Ramón Da Bouza, fue asesinado por sus dos hijos. La inmobiliaria publicó un aviso en el diario en el que presentaba el departamento cuatro ambientes como una “oportunidad única”. La mujer que lo alquiló no supo que ahí habían matado a un hombre. Se enteró tiempo después, cuando encontró una bala incrustada en el piso de parquet y la cinta de “peligro” en el tacho de basura. A sus visitas no suele decirle el pasado sangriento de su hogar, al que ella no piensa abandonar porque ya se acostumbró a vivir ahí. “Ese departamento de tres ambientes hoy estaría en 5.500 pesos de alquiler, pero como hubo un crimen lo bajan a 3.500”, dijo un agente inmobiliario de la zona.

“Guarda que donde vos laburás está el fantasma de un empresario asesinado”, le dijo el portero a la empleada doméstica. La chica se fue llorando y no volvió nunca más.

“Guarda que donde vos laburás está el fantasma de un empresario asesinado”

En La Plata, la casa de la calle 48 entre 11 y 12 es una especie de paso obligado para los curiosos. El 15 de noviembre de 1992, el odontólogo Ricardo Barreda mató a escopetazos a su esposa, a su suegra y a sus dos hijas. Luego fue al zoológico porque lo relajaba ver jirafas y elefantes, y a la noche tuvo sexo con su amante en un hotel alojamiento. En la casa de La Plata siempre aparecen pintadas contra Barreda, a quien supuestamente su mujer y sus hijas llamaban "conchita”. Una vez alguien intentó comprar esa casa, que está valuada en 500 mil dólares. Al final fue expropiada y será un centro de atención a las víctimas de la violencia de género. “Es insólito, pero unas diez personas quisieron alquilarla”, contó una fuente judicial. La casa es una especie de museo del horror: cuando se abrieron sus puertas para una inspección judicial, dicen que  un funcionario se llevó en su valija un palto y un tenedor para tener de recuerdo.

La casa de La Plata donde Barreda mató a las cuatro mujeres. 

La extraña y polémica fascinación de algunos curiosos por Barreda llevó a que el múltiple asesino fuera filmado cuando va de compras o viaja en subte. 

Barreda tomando la línea D de subte, desde Belgrano al microcentro. Cuando sale a caminar, algunas personas le piden autógrafos o se sacan fotos con él. Unas pocas lo insultan o le dan vuelta la cara. 

Barreda viajando en colectivo:

El PH satánico

Cualquiera que pase por la calle Manuela Pedraza al 5800, en Saavedra, verá un PH blanco. A simple vista, eso no dice anda. Pero el 27 de marzo de 2000, en esa casa, Juan Carlos Vázquez fue asesinado de 100 puñaladas. Se lo llamó “el caso de las hermanas satánicas”. Sus dos hijas fueron detenidas. Una de ellas, al parecer, no tuvo nada que ver y sólo fue testigo. Los dueños se ocuparon de limpiar el espantoso cuadro a baldazos de agua con lavandina. Estuvieron cinco días para sacar todas las manchas. Nunca pudieron alquilarla.

La casa maldita donde se cometió el crimen satánico de Saavedra.

El ex futbolista David Beckham no tuvo reparos en comprar la mansión en Miami donde vivió el diseñador Gianni Versace hasta 1997, cuando fue asesinado. Hace un año la compró en 75 millones de dólares. El día que la venda quizá la casa se revalorice. O todo lo contrario. 

La mansión de Versace fue disputada por ricos y famosos.

 

“hay personas que tienen un morbo increíble. Y cuando alquilan una casa donde hubo un asesinato reciben visitas y les hacen el tour criminal”, dijo una fuente policial. ¿Alquilarías una casa donde hubo un crimen?

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