por Alejo Paredes
03 Agosto de 2020 14:06"Mami, tengo la pierna derecha dormida". Con esa frase, Mora Callejón, de 19 años, le avisaba a su mamá, Silvana Mancuso, que no tenía sensibilidad en su pierna derecha, de la cadera hasta la punta del pie.
"Como imaginar que por la impericia y la negligencia de un neurólogo. que no le dio importancia a lo que ella le contó, de su dolor de cabeza y su pierna dormida, nos mandó a un SPA y le costó la vida", recuerda Silvana, como si todo hubiera ocurrido ayer, con las mismas lágrimas y el dolor por haber perdido a esa "chica sana, amorosa y querida por toda la comunidad de San Martín".
Todo comenzó 29 de octubre del 2008, jornada en la que se celebraba el primer Día Mundial del ACV. "Mora amaneció con la pierna dormida desde la cadera hasta el pie y con cefalea. Ese mismo día fuimos al clínico, el 30 al neurólogo, el 31 al traumatólogo. Los dos últimos nos negaron estudios complementarios que podrían haber evitado el desenlace fatal", recordó Silvana, en diálogo con BigBang.
Según detalló la mamá de la estudiante de Diseño de indumentaria y textil en la Universidad de Morón, su hija "no expresaba ningún tipo de dolor, solo no tenía sensibilidad": "Salimos del clínico y nos cruzamos para pedir turno con el neurólogo, pero recién tenían turno para dentro de 12 días. Algo en mí me decía que no podíamos esperar, llamo por teléfono a mi mejor amiga y le pido que me pase el teléfono del neurólogo que atendía por entonces a su suegra".
Ese neurólogo no era otro que Jorge Orlando Ferrari, especialista jerarquizado en neurología y miembro de la sociedad neurológica argentina, quien por aquel entonces se paseaba por los canales de televisión dando cátedra de sus conocimientos. "Él nos negó sistemáticamente en tres oportunidades solicitadas por mí una TAC, medicándola sin estudios previos, enmascarando los síntomas y mandándonos a un spa", cuenta Silvana.
Actualmente, Ferrari está procesado por "mala praxis" y continúa trabajando en el Hospital Interzonal General de Agudos "Eva Perón" (ex Castex) de San Martin a la espera de que la Corte Suprema de Justicia falle y de lugar a un eventual juicio oral y público. "Yo en 2008 no tenía ni idea de lo que era un ACV ni sus síntomas. Nos atiende Ferrari y Mora le cuenta sobre la pierna", agregó Silvana.
Y sumó: "Le dijo que no era problema del nervio ciático, porque sino tendría dormido desde la cadera hacia la rodilla. Entonces me dijo que mi hija tenía un problema neurológico. En la pierna izquierda, Mora sentía todo. Pero en la derecha no sentía nada. La pinchaba y nada. Le pide que se pare y al verla de cuerpo completo nos dice ´cómo creció la nena´, enfrente de la mamá y en un contexto que hoy todavía me genera nerviosismo".
Fue entonces que Ferrari les dijo que si en 10 o 15 días no le pasaba su malestar, le iba a mandar a hacer un electromiograma. "Nos preguntó si teníamos un jacuzzi, nos dijo que él tenía uno muy bueno y nos mandó a un spa ,porque decía que era por estrés. Se negó a mis pedidos de hacerle una tomografía. El medico no tiene obligación de resultados ´de´ , pero si obligación de medios ´de´ poner a disposición del paciente todos los medios de los cuales disponga para salvarles la vida y como principio fundamental no dañar", asegura Silvana, que lleva luchando en la justicia más de una década.
Ferrari le dio a Mora medicamentos para que se relaje, pero ella nunca mejoró. "Por la desesperación, nos fuimos a ver al traumatólogo a la clínica Santa María y esperamos por cinco horas. Nos dio cinco sesiones de kinesiología. Como diagnóstico puso compresión lumbar en base a nada. Me dijo que algo me tenía que poner para que la obra social pague las sesiones y que no me iba a dar la orden para una resonancia. Ellos por impericia, negligencia y omisión permitieron que la enfermedad de Mora evolucionara libremente, llevándola a la muerte el 3 de noviembre del 2008".
Ese día, casi una semana después de haber visitado a Ferrari, Mora se descompensa: "No puedo entender como no la mandaron a hacer estudios. La soberbia de estos médicos mató a mi hija. La soberbia de Ferrari la mató, disfrazó los síntomas con la medicación. Mi hija pasó días adormilada por los remedios hasta que el 3 de noviembre golpeó a la puerta de mi habitación y con una voz que no pude reconocer, me dijo que no podía respirar", contó.
Ya en este punto, la voz de Silvana se terminó por quebrar, las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas y el recuerdo de Mora se hizo presente más fuerte que nunca, como si todo acabase de ocurrir hace tan solo minutos y no hace más de una década: "Llegamos a la guardia del Eva Perón. A Mora la asistieron, pero hizo un infarto. Me querían echar, pero les dije que me iba a quedar con mi hija".
Fue entonces que los profesionales que atendieron a la joven de 19 años le dijeron a Silvana que tenían que hacer de urgencia una tomografía porque Mora había sufrido un ACV. "El primer estudio se lo hicieron cuando ya no tenía salvación, cuando la cabeza le había explotado": "La operaron varias veces y lo único que hice fue preguntarle al médico si era irreversible. Me dijo que sí. La desesperación y verla a Mora ahí, sabiendo que la perdía, fue terrible".
El 5 de diciembre de 2008, Silvana presentó la denuncia penal correspondiente en la UFI N°4 de San Martín, a cargo de la fiscal Támara Vaisman, a quien acusa de haber hecho hasta lo imposible para favorecer a Ferrari. "Esta fiscal lo único que buscó a los largo de la investigación fue desestimar a los peritos de parte, al perito del cuerpo médico forense, tratándolo de ignorante, y a mi", disparó la mamá de Mora contra la agente fiscal.
En ese sentido, remarcó que cada hoja en la causa "debe estar sellada, pero observo que mi declaración testimonial mágicamente había desaparecido, siendo la primera en declarar, tuve que volver a declarar, sino en el momento del juicio no podría hacerlo. La fiscal ante mi llamado de atención por la desaparición de mi declaración, no emitió sonido y muy ´amablemente´ me la volvió a tomar como si nada”.
Al mismo tiempo, recordó que la fiscal Vaisman imputó recién a Ferrari cuatro días antes de que prescribiera la causa (la ipp prescribe a los 5 años), el día 24 de octubre del 2013. "Teniendo las pruebas suficientes para llamarlo a declarar, no lo hacía...Vaisman se tomó todo el tiempo del mundo. Cuando pasas a la etapa de juicio, son otros cinco años, y la causa pasa a estar en manos de otro fiscal", detalló Silvana.
El cuerpo médico forense de San Martín señaló en su informe que a "Mora Callejón se le negó chance de vida", es decir, "obtener una ganancia o una perdida en este caso la vida misma", la misma estuvo firmada por el Dr. Mazzaira: "Las juntas periciales fueron vergonzosas entre mis peritos de parte y los peritos de parte del ahora procesado, los míos fueron amenazados e insultados por los de Ferrari".
Actualmente, Ferrari está procesado con pedido de "probation", el cual ya fue rechazada por Casación, la jueza Liliana de Innocentis y la fiscal Ana De Leo: "Ahora apelaron a la Suprema Corte de Buenos Aires buscando siempre la prescripción de la causa, el 20 de abril de este año. El objetivo de ellos fue utilizar la garantía que tienen y pericias que no correspondían, para llegar a la prescripción de la causa".
Fueron casi 12 años de lucha judicial para lograr la tan ansiada justicia. En este duro camino, Silvana tuvo que superar sola los diferentes obstáculos que le fueron poniendo aquellos que dicen impartir justicia. En el trayecto, dos abogados decidieron abandonarla hasta que en 2017, a 15 días del juicio oral y público programado para marzo, Ferrari se declaró culpable y pidió una probation. "No podía creer lo que mis oídos estaban escuchando, nos abrazamos con mi otra hija (Silvana es mamá de Miranda y Alejo) pensando que la pesadilla había terminado...pero no fue así", recordó.
Al día siguiente, el abogado de Silvana renunció, aduciendo problemas de salud y que se encargaría personalmente de conseguirle otro. "Pasaron unos días y recibo el llamado del Correccional N°1, me informan que tenía 72 horas para presentar un abogado porque podría perder mi carácter de particular damnificado. Ahí me di cuenta de que fue una farsa entre ambos abogados, haciéndome creer que Ferrari se había declarado culpable", denunció.
Finalmente, el abogado Alberto Palacio representa a Silvana, quien se encuentra a la espera de que la Suprema Corte se pronuncie para llegar finalmente al juicio que anhela desde hace casi 12 años: "Tantas instancias de garantías hacen que los juicios por mala praxis se transformen en una burla, tanto para el sistema judicial en su totalidad como para los familiares de victimas".
Tras el fallecimiento de Mora, Silvana se convirtió en una referente en el país en la lucha y prevención del accidente cerebrovascular (ACV). Desde hace casi 12 años que hace jornadas de ACV y la ultima se la preparó al Sanatorio Anchorena de San Martín, en el Teatro Plaza. "Sé que la justicia se la impartí yo a Ferrari en estos 12 años de trabajo, para que a otros no les pase lo mismo que a nosotros. Porque la pena que le aplica la justicia es una falta de respeto para las víctimas: 3 años y, tal vez, 8 de inhabilitación en la matrícula. Presenté la Ley de ACV, en el Congreso de la Nación. Muchas vidas se salvaron por la difusión de esta enfermedad" concluyó Silvana, quien a pesar de los años sigue luchando por el recuerdo de su hija bajo el grito de "Justicia por Mora".
LOS SÍNTOMAS DEL ACV
Si el ataque cerebral no pudo prevenirse es muy importante saber reconocer los síntomas para reducir en forma inmediata el daño cerebral, ya que cada minuto transcurrido es crucial para prevenir los daños del ataque sobre la actividad motora del cuerpo, la palabra, la visión, la actividad psíquica y por supuesto la muerte.
Tendencia a estar confuso Tendencia al sueño Trastornos de la visión Trastornos del oído No poder hablar o bien intentar hablar y no poder completar la frase Inestabilidad en la marcha CefaleasCOMO PREVENIRLO
Se puede trabajar sobre los distintos factores de riesgo:
Tabaquismo Hipertensión arterial Dislipemia Falta de ejercicio físico Stress Obesidad Diabetes