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El nuevo video que muestra como los policías mataron al remisero en Villa Crespo y los confusos testimonios

La jueza de la causa resolvió este jueves darle el beneficio de la domiciliaria a las dos oficiales mujeres. Hay un solo policía detenido.

por Agustina Acciardi

11 Octubre de 2019 17:22
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Por el crimen de Claudio Romano, el hombre de 39 años que fue asesinado de nueve disparos el 1° de octubre pasado en Villa Crespo, hay tres oficiales de la Policía de la Ciudad que están imputados desde el momento en que ocurrió el hecho. A pesar de que todavía faltan conocer los resultados de algunas pericias que pueden resultar claves para la investigación, en las últimas horas la jueza a cargo de la causa resolvió darle el beneficio de la prisión domiciliaria a las dos oficiales mujeres implicadas en la situación.

Tras esta decisión, se hizo público también un nuevo video de una cámara de seguridad que muestra el momento de los disparos, al mismo tiempo que BigBang pudo acceder a las declaraciones completas de los tres oficiales, quienes negaron conocer de ante mano a Romano y quienes indicaron ante los investigadores que le dispararon a la víctima porque en todo momento tuvo intención de atacarlos con la navaja que llevaba en su mano.

La prisión domiciliaria fue pedida este martes por los abogados de los tres policías, y el jueves la jueza Ángeles Gómez Maiorano resolvió hacer lugar a lo solicitado solo para las dos mujeres, ya que una es madre de un niño pequeño al que debe amamantar, y la otra está a cargo de un menor de cinco años que la necesita.

"No puedo ser objetiva con esta decisión, porque tengo sentimientos de por medio", dijo a este portal Lucía Sánchez Cáceres, esposa de Romano, quien además agregó que el jueves de la próxima semana la jueza deberá aclarar la situación de los tres sospechosos, y finalmente tendrá que decir si los imputa o los absuelve por falta de mérito.

"De los nueve disparos solo dos se recuperaron del cuerpo, y dos vainas servidas del piso. Las vainas y los plomos que faltan, la policía las hizo desaparecer como por arte de magia, así que va a ser difícil probar cuantas veces dispararon las oficiales que están con prisión domiciliaria", se lamentó.

Según los resultados preliminares de la autopsia, la víctima recibió nueve impactos de bala, y uno de esos, el que le dio en el tórax, fue el que le produjo la muerte instantánea. Además, el hombre de 39 años presentaba pequeñas heridas en sus muñecas, y otros dos cortes en el abdomen.

En el informe, que es muy escaso, se habla de "lesiones escoriativas cortantes" en el abdomen, pero no se determina si esas heridas fueron provocadas mucho antes del enfrentamiento con la policía, o si ocurrieron en el mismo momento.

Aunque todavía falta conocer el resultado final de la autopsia y de las pericias balísticas, en las últimas horas sí apareció una grabación de una cámara de seguridad que muestra la situación de manera mucho más clara, ya que la toma del video es de frente.

En base a las imágenes, lo que se puede ver es que Romano estaciona su auto y va directo hacia la ventanilla del conductor, y que en ese momento ambos forcejean, por lo que la víctima corre hacia el otro lado del patrullero, donde se encuentra con la inspectora. Allí ella abre la puerta para frenar al hombre, por lo que él cae al suelo, ya herido de un disparo, aunque luego intenta levantarse en varias oportunidades, y ahí recibe otros balazos que le provocan la muerte.

La declaración de los policías

Los tres oficiales implicados en el hecho fueron detenidos de manera preventiva la misma tarde que se produjo la muerte de Romano, y dos días después declararon ante la jueza y el fiscal. 

Según indicó Ramón Pérez, de 39 años, ese día él y la inspectora Beatriz Manzanelli se acercaron hasta la calle Malabia al 933 para hacer una diligencia con el encargado del edificio por el robo de unas bicicletas que había sucedido el día anterior. Cuando llegaron al lugar en el patrullero, se estacionaron en el garaje del inmueble, y luego se corrieron hacia adelante para que el encargado pudiera entrar su auto. Mientras esperaban que saliera, y conversaban con la oficial Daniela López que estaba en la calle desde antes, Romano estacionó su auto Polo detrás del vehículo policial.

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"De la nada veo una sombra, y siento algo que meten por la ventana, sentí un pinchazo y veo sangre. Pongo la mano para arriba y me corta la campera. Ahí me doy cuenta que era un tipo que se encontraba totalmente enajenado. Yo tenía la ventanilla abierta por la mitad. Después de que me atacó a mí, dio la vuelta y fue para la ventana de Manzanelli. Yo disparo desde adentro del móvil, impactando la bala en la ventanilla", contó en su indagatoria el oficial Pérez, quien asumió que le disparó a la víctima cuando se fue hacia el lado de la ventanilla del acompañante.

Según su explicación, le dio varias veces la voz de alto a Romano, pero en ningún momento él hombre contestó. "Cae al piso, se vuelve a reincorporar y seguía amagando a atacarnos con el cuchillo. Yo le tiro una patada para que suelte el cuchillo, el hombre se vuelve a intentar parar y es ahí donde se le efectúan los disparos. Estaba fuera de sí, no emitía palabra alguna y tenía cara de enajenado”, agregó.

Ante las preguntas del fiscal y la jueza, el policía aseguró que nunca antes había visto a Romano, y que tampoco su auto había estado implicado en algún hecho delictivo previo. Además, confirmó que le disparó tres veces al hombre fallecido, una desde adentro del auto, y dos cuando ya estaba afuera.

Por su parte, la inspectora Beatriz Manzanelli, de 41 años, sostuvo que ella iba sentada del lado del acompañante, y que de repente vio que un hombre se asomó por la ventanilla de Pérez, y que sin decir ni una palabra comenzó a tirar manotazos.

"Pérez me dice que estaba armado el hombre. Ahí digo qué hacés, qué hacés, saco el arma, bajo del móvil y el hombre se viene para mi lado. En todo momento le pedía que tirara el arma, pero en ningún momento respondía, ni decía nada. Veo que su cuchillo tenía sangre, pensé que era de mi compañero. Ahí, cuando estaba entre la trompa y la primer rueda, efectúo el primer disparo a la altura de las piernas, como sigue caminando y ya había llegado a la primer rueda, le efectúo un segundo disparo en la misma dirección y como seguía en pie, dirigiéndose hacia mí con el cuchillo en la mano, me voy para atrás y ya estando Romano a la altura de la puerta, efectuó un tercer disparo, en la zona del abdomen", confirmó.

Según ella, mientras la víctima estaba en el piso, intentó varias veces reincorporarse para "lesionarlos con el arma", por lo que su compañero Pérex intentó sacarle la navaja con una patada que desconoce donde impactó. "Cuando él le pega la patada, yo bajo el arma y me tiro para atrás. Si bien le llega a pegar, no logra que se deshaga del cuchillo. El hombre se vuelve a intentar incorporar, y se pone mirando a López a quien le arroja el cuchillo. Ahí escucho una detonación y finalmente, el hombre cae. El hombre estaba fuera de sí, descontrolado, caminando siempre hacia ellos con el cuchillo en la mano. Me sorprende mucho que con los tiros en las piernas en ningún momento dejara de caminar y cesara con la agresión. ", sumó.

Manzanelli agregó que no conocía a Romano, y que tampoco sabe que él haya participado ese mismo día en algún otro hecho. A su vez, aclaró que el hombre fallecido todo el tiempo "los miraba a los tres como amenazándolos con acuchillarlos", hasta que en un momento le arroja su navaja a la oficial Daniela López, y ahí ella le disparó.

"Romano estaría a la altura de la segunda rueda del móvil, mientras que López entre el patrullero y el Polo. No recuerdo cuantas veces disparó ella porque estaba pendiente de que Romano tirara el arma. Nunca quise que la situación terminara así, pero fue la única manera para reducirlo, no nos hacía caso, no había forma de pararlo. Temía por mí y también por mis compañeros, yo lo había visto a Pérez sangrando y tenía miedo que nos cortara a nosotras", dijo, antes de agregar por último que le disparó a la víctima tres veces.

Del mismo modo, la oficial Daniela López, de 32 años, también declaró ante el fiscal y la jueza, y en su explicación, aclaró que ella fue hasta la calle Malabia para observar dos consignas, y mientras estaba ahí se encontró con Pérez y Manzanelli qye buscaban al encargado de un edificio para llevarlo a declarar.

"Yo mientras me quedo esperando en la vía pública sobre Malabia, al lado de un auto negro. Ahí veo que llega un auto que se estaciona atrás del móvil. Observo que se baja un hombre que tenía todo el pecho, la cadera y la pelvis de color rojo. Cunado observo mejor, me doy cuenta que era sangre. Ahí le digo '¿te pasó algo, estás bien?' Este hombre me observa, me ignora y se dirige hacia el móvil. No recuerdo los colores de su ropa pero me di cuenta que estaba todo rojo y no era pintura, era sangre. Ahí observo que se dirige hacia la ventanilla del conductor y realiza un movimiento con su brazo, introduciéndolo en el patrullero", explicó.

En base a su relato, en ese momento ella intenta desenfundar su arma y cuando levanta la vista, Romano ya había dado vuelta al móvil y se encontraba tirado en el piso, mientras que su compañero Pérez tenía sangre en el cuello.

"El masculino procuraba  incorporarse, con el cuchillo en la mano, haciendo amagues con lesionarla tanto a mí como a mis compañeros. No paraba de moverse. En un momento veo que él me mira y me arroja el cuchillo, en esa oportunidad efectúo dos disparos, apuntándolo a la zona de las piernas y la cadera. Mi intención no era lesionarlo. En el momento en que yo le pedí que se quedara en el piso, el hombre me refirió 'en el piso no me voy a quedar', después no recuerdo si dijo alguna otra cosa", aseguró.

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Además, indicó que no había mucha distancia entre ella, sus compañeros y Romano, y que, como en todo momento él amenazaba con la navaja, no hubo otra forma de persuadirlo más que usando su arma reglamentaria.

"Yo lo noté calmo en el trayecto en que salió del vehículo y se dirigió hacia el patrullero. Luego se alteró un poco cuando le dije que se quedara tendido en el piso. Entré en shock cuando vi al hombre tirado y a mi compañero agarrándose el cuello con sangre en sus manos. Los refuerzos que llegaron me acompañaron a ingresar a un móvil y me dieron agua", comentó por último.

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