De haberse concretado, el plan de fuga de la cárcel de Ezeiza de Henry de Jesús López Londoño, alias "Mi Sangre", considerado uno de los narcos más peligrosos de Colombia, probablemente habría sido el escape más espectacular de la historia criminal argentina. Según creen los investigadores, el presunto narcotraficante planeaba irse de esa cárcel a través de un golpe comando ejecutado desde el exterior, al mejor estilo de los narcos mexicanos y colombianos. "Nos imaginamos helicóptero, autos, una banda con fusiles, como si fuera una película", dijo a BigBang una fuente penitenciaria.
"Mi Sangre", según sospechan, planeaba irse de la cárcel de Ezeiza.
El plan de Mi Sangre
López Londoño está detenido en Ezeiza desde el 30 de octubre de 2012. El colombiano tenía pedido de captura internacional, acusado de ser jefe del cartel "Los Urabeños" y había ingresado al país a fines de 2011 con su mujer e hijo. Por aquel entonces, López Londoño se desplazaba con custodia y vivía en distintos countries. Se sospecha que acumulaba información (planos y GPS) para escaparse.
El mapa tenía la ubicación detallada de las comisarías de Ezeiza.
“Mi Sangre” fue descubierto planeando su eventual huida del penal. El narcotraficante tenía en su poder un teléfono celular, alrededor de 100 CDs y estaba por obtener un mapa con la ubicación detallada de comisarías y dependencias policiales próximas a la cárcel de Ezeiza.
Ezeiza, escenario de otra polémica.
BigBang te cuenta cuáles fueron las nueve fugas argentina históricas en los últimos 50 años.
El túnel de los huesos
“Yo hice la gran Chapo Guzmán hace más de 20 años”, se jacta Hugo Sosa Aguirre, alias La Garza Sosa, el mítico ladrón argentino que se fugó cinco veces de cárceles argentinas. El ex líder de la superbanda que robaba bancos y blindados refiere a una histórica fuga ocurrida en 1991 en la cárcel de Devoto, cuando siete presos se fugaron por un túnel que construyeron desde el hospital del penal hasta la calle.
Ese escape llegó al cine hace cuatro años. Se la llamó la fuga del “túnel de los huesos”. En el medio del túnel se encontraron con huesos humanos.
La fuga de Víctor Schillaci y de los hermanos Cristian y Martín Lanatta, que se escaparon del a cárcel de Alvear el 27 de diciembre de 2015, también figura en la lista histórica.
Los Lanatta y Schillaci. "Fue una fuga de otra fuga", dicen.
“La de estos tipos fue paga, no tengo ninguna duda, las mías no, eran a pulmón”, dice La Garza Sosa.
Una escena del Túnel de los huesos.
Los delincuentes argentinos que más saben sobre el “arte de la fuga” opinan que fugas como las del mexicano narco Chapo Guzmán o la de los condenados del triple crimen suelen ser tarifadas.
El Chapo se fugó por un agujero en la bañera hacia un túnel que tardó un año en construir.
El tunelero de Ezeiza
Martín Alejandro Espiasse Pugh, de 35 años, matador hace seis años de dos policías, es uno de los 13 presos que huyeron el 20 de agosto de 2013 del pabellón B del módulo 3 del Complejo Federal I de Ezeiza, donde cavaron un túnel y salieron por un boquete. Los investigadores creen que fue uno de los ideólogos del escape y por eso es uno de los presos más buscados del país. Para todo aquel que aporte datos que permitan encontrarlo, se ofrece una recompensa de 500 mil pesos.
Espiasse Pugh, uno de los expertos en fugas.
El escape del hombre del traje gris
Luis Mario Vitette Sellanes, el llamado “Hombre del traje gris” que robó el banco Río de Acassuso el 13 de enero de 2006, se fugó hace unos 20 años de una cárcel de Entre Ríos. Cuenta la leyenda que cavó un túnel y corrió a campo traviesa. “Nadé por aguas sucias hasta que, casi ciego y sin fuerzas, llegué a un lugar inhóspito. Descubrí que era libre, que nadie me seguía”, le dijo a BigBang. Sobre la fuga del Chapo, cree que “la única manera de fugarse de esa cárcel inexpugnable es poniendo plata a los guardias”.
Vitette fue “hombre araña”, ladrón de bancos y experto en escapes. Foto: Diario Perfil.
“Nunca puse un peso para fugarme”
"Nosotros nunca garpamos para fugar. Pero un tipo como este seguro puso una montaña de guita para tomarse el palo. En esa cárcel nunca se había escapado nadie", opinó a BigBang Hugo Sosa Aguirre, alias la Garza Sosa. El 16 de septiembre de 1994, el famoso ladrón protagonizó otr increíble fuga increíble de la cárcel de Devoto: junto a cuatro de sus compañeros se disfrazaron con los guardapolvos de los médicos del hospital penitenciario. Cuando llegaron a la muralla externa, uno de ellos disparó al cielo y enfrentó a dos guardias. Los cinco presos bajaron por las sábanas blancas anudadas que habían colgado horas antes y huyeron a los tiros en dos autos que los esperaban en la calle Bermúdez.
La fuga de Devoto entró en la historia criminal argentina. Fuente: Diario Clarín.
“La mejor forma de fugarse es ser inteligente. Los mejores para eso son los boqueteros, que son capaces de construir túneles e incluso los alfombran y les ponen ventilación”, dijo Rubén de la Torre, uno de los boqueteros del robo del siglo al banco Río.
Tractorcito, un as del escape
Daniel “Tractorcito” Cabrera es otro experto en escapar de cárceles y comisarias. Entre sus fugas más espectaculares está la de junio de 1998 cuando, junto a con otros tres presos pesos pesados, se escapó del penal de Devoto disfrazado de abogado. Sin embargo ninguna otra supera el gran escape del 17 de setiembre de 2000 del Departamento Central de la Policía Federal. Cabrera se fue caminando por la puerta grande del edificio junto a dos compañeros de encierro, dos paraguayos acusados de ser los asesinos del vecepresidente de su país, Luis María Argaña. "Tractorcito" había logrado que lo alojaran allí luego de denunciar ante el juez Alberto Baños que su anterior fuga (la de 1998) había sido posible tras pagarle a los penitenciarios de Devoto una coima de 100.000 dólares.
Tractorcito, un fugado eterno.
La fuga del ángel negro
Carlos Eduardo Robledo Puch, el asesino que entre 1971 y 1972 mató a once personas, en agosto de 1973 se fugó de la cárcel de La Plata después de saltar un muro con sábanas anudadas. Lo recapturaron a los cuatro días. El castigo fue terrible. Justo se había escapado en medio de una amnistía que iba a favorecer a presos políticos. El pacto era no escapar. Cuando volvió, Robledo recibió una paliza tremenda. Los guardias no le tocaron un pelo: no hacía falta. Era tanta la furia de los presos, que ellos mismos se encargaron de darle un escarmiento.
Se escapó en 1973 de la cárcel de La Plata.
Un fugado histórico
Un gran experto en fugas fue Jorge Eduardo Villarino, el rey de las fugas o el intelectual del hampa porque leía a Gabriel García Márquez.
Jorge Villarino, el Rey del Boleto.
Con cada golpe su nombre ganaba fama. Y tres ingeniosos escapes de la cárcel lo convirtieron en "El rey de la fuga". Se escapó cuatro veces, una de ellas en 1958, cuando se escapó de Devoto escalando los techos. También se fugó de Caseros (se sospecha que coimeando a unos guardias) y de la Penitenciaría Nacional, que estaba en la avenida Las Heras.