Franco Martín "Piolo" Moreyra, el ladrón de 26 años que irrumpió en la casa de Jorge Ríos (71) y fue herido de muerte por el propio jubilado, fue despedido con un amplio y polémico cortejo fúnebre hecho por la barrabravas del Quilmes Atlético Club.
El cortejo pasó por el estadio del club "cervecero", llegó hasta el cementerio de Quilmes y allí sólo pudieron entrar tres personas, debido a los protocolos por el COVID-19.
Un segundo imputado del asalto a la casa del jubilado se entregó hoy a la Policía, mientras que la autopsia realizada al cuerpo Moreyra reveló que recibió dos tiros, uno en el tórax y otro en el abdomen,
En este contexto, el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, dijo Ríos "no es un asesino" e insistió en que "entiende" el accionar que tuvo durante la madrugada del sábado.
Hasta el momento, por el asalto al jubilado hay dos detenidos, ya que hoy a las 0.30, un joven identificado como Martín Ariel Salto (27), se entregó en la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Quilmes, donde quedó a disposición del fiscal de la causa, Ariel Rivas, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 del ese distrito.En tanto, Gabriela, una de las hijas de Ríos y una vecina de nombre Patricia, declararon esta tarde ante la justicia acerca de las amenazas que recibió la familia del hombre a raíz de lo ocurrido.
Voceros policiales sostuvieron que aún resta detener a otros dos sospechosos ya que ayer había sido detenido Cristian Chiara (23), alias "Dibu", acusado del mismo hecho.
Las mismas fuentes agregaron que uno de los prófugos fue liberado en abril pasado de una unidad carcelaria, en el marco del habeas corpus colectivo que permitió flexibilizar la salida de presos bonaerense por la pandemia del coronavirus. Tanto Salto como Chiara serán indagados mañana por el fiscal Rivas.
De acuerdo con el informe de la autopsia, los forenses extrajeron del cuerpo de Moreyra dos proyectiles, uno de los cuales le ingresó en el tórax y se alojó en el hombro derecho, mientras que el segundo y mortal le entró en la zona abdominal por la fosa ilíaca derecha, pasó por el retroperitoneo, rompió la arteria aorta y la vena cava y le provocó hemorragia abdominal y un shock hipovolémico.
Por la muerte del ladrón, Ríos está bajo arresto domiciliario acusado de "homicidio agravado por el uso de arma de fuego", que prevé una pena de 10 a 25 años de prisión. Ayer, el jubilado habló por radio por primera vez y dijo que no nació "para matar a nadie", que no es un "delincuente" y envió sus "condolencias totales" a la familia del ladrón muerto.
Mientras, el fiscal Rivas trabaja en la incorporación de testimonios y en las últimas horas escuchó el del colectivero que a bordo de un Fiat Uno blanco pasó por el lugar donde murió el ladrón y quedó filmado por las cámaras de seguridad. El testigo dijo que inicialmente al ver al hombre en el suelo pensó que había sufrido un accidente, pero luego escuchó tres disparos, por lo que se fue asustado del lugar.También fue citada para declarar el próximo viernes la vecina Patricia, quien dijo que presenció la huida de los ladrones y salió a asistir a Ríos, a quien encontró en "estado de shock" y "completamente ido" con el arma en la mano. Esta mujer sí declaró esta tarde en la causa por las amenazas denunciada por la familia del jubilado, que está a cargo de la fiscal María Eugenia Aparicio, de la UFI 11 quilmeña.El hecho ocurrió este 17 de julio, cerca de las 5, cuando los ladrones ingresaron por tercera vez en la misma noche a robar a la vivienda de Ríos, ubicada Ayolas al 2700, en Quilmes Oeste. El jubilado fue sorprendido mientras dormía, fue golpeado e intimidado por los asaltantes con un destornillador mientras le exigían dinero, por lo que extrajo una pistola Bersa Thunder calibre 9 milímetros y disparó.
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En las imágenes de las cámaras de seguridad se ve como Moreyra quedó rezagado del resto de la banda porque estaba herido en un tobillo y trató de huir rengueando hasta que cayó a la vuelta de la esquina. En los mismos videos se ve que Ríos salió armado de su casa, alcanzó a Moreyra, lo pateó y lo revisó.
Si bien en la filmación no se observa a simple vista ningún fogonazo por la mala calidad de la imagen, la fiscalía cree que en ese sitio, a 60 metros de su casa y cuando Moreyra ya no representaba ningún peligro, el jubilado lo remató.