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El policía que mató a Blas Correas dijo que disparó en legítima defensa: el joven estaba desarmado

El oficial declaró en la causa por primera vez. Se encuentra detenido casi desde el primer momento del hecho.

21 Septiembre de 2020 17:22
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A poco más de un mes de la muerte de Valentino Blas Correas, el joven de 17 años que recibió un tiro por la espalda cuando circulaba en un auto con amigos por la ciudad de Córdoba, en las últimas horas declaró por primera vez el policía que le disparó y mató al chico.

En su descargo ante el fiscal de la causa, el oficial admitió que apretó el gatillo en defensa propia porque había escuchado detonaciones, algo que enojó mucho a la familia de Correas.

Según trascendió, el policía Lucas Gómez, acusado de haber cometido el delito de "homicidio calificado, agravado por el uso de armas" y "tentativa de homicidio reiterado en cuatro hechos" para el caso de los ocupantes del automóvil Fiat Argo, contó que no quiso matar a Correas, pero que debió disparar porque se vio "en una situación de peligro inminente".

Sobre esto, aclaró que apretó el gatillo de su arma porque escuchó tiros y pensó que lo estaban atacando desde el auto en el que los adolescentes circulaban al momento de intentar ser detenidos en un control vehicular.

Ante este relato, el abogado de Gómez solicitó el cambio de calificación de homicidio agravado por el de homicidio en legítima defensa putativa.

Respecto a estas declaraciones y a este pedido, el hermano de Blas, Juan Laciar, indicó a BigBang que están muy dolidos con estas palabras, y que duda mucho del relato del oficial.

"No leí las declaraciones en profundidad, pero sé que el abogado de Gómez dijo que actuó en legitima defensa, porque a él le avisaron que había seis chicos armados en el auto y un montón de cosas más", sostuvo.

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Esto hace referencia a que Gómez en su testimonial dijo que un motociclista (aun no identificado) con el que los chicos habían tenido un problema previo en la calle mientras circulaban para ir hacia sus casas desde un bar, le había indicado que los jóvenes tenían un arma.

"Si él se sintió amenazado por cinco chicos que iban en un auto haciendo nada, volviendo a su casa, a una velocidad despacio y a punto de frenar en el control policial, y por eso desenfunda un arma, no me quiero imaginar lo que sintió Juan (el conductor) y que se lo juzgue por pasar de largo el control", reflexionó.

"Sé que los abogados van a hacer todo para que sus clientes cumplan la menor pena, pero sí me indigné por un titular que vi, donde afirmaban que el policía actuó en legítima defensa, y nadie afirma eso, solo su abogado", agregó.

Además, Laciar agradeció a este portal por "no dejar morir el caso" de su hermano, y manifestó que le indigna que se hable "cualquier cosa" de Correas y sus amigos. "Van pasando cosas, que uno dice 'no hay esperanza de cambio', pero yo voy a seguir luchando", cerró.

"Blasito", como le dicen sus allegados, falleció a los pocos minutos de haber recibido el disparo, y por el hecho, quedaron detenidos en primera instancia los agentes Lucas Gómez y Javier Alarcón, ambos acusados de haber disparado contra el vehículo.

Gracias al resultado de las pericia balísticas, se pudo determinar que la bala que mató a Valentino salió del arma de Gómez, aunque también quedó claro que Alarcón disparó contra el auto.

En total, según indicó a este portal el abogado de la familia Correas, en el vehículo se encontraron cuatro impactos de bala (más el de Blas), y por ese motivo ambos fueron imputados por el delito de "homicidio calificado, agravado por el uso de armas en grado de tentativa reiterado en cuatro hechos”.

Luego de ellos, quedó también aprehendida la agente Wanda Micaela Esquivel, quien admitió que por orden de sus superiores, plantó un arma en el vehículo en que los chicos circulaban, con el objetivo de excusarse ante los disparos que dieron contra el Fiat Argo.

De este modo, Esquivel quedó imputada también por "encubrimiento agravado e incumplimiento de los deberes de funcionario", y con los resultados que arrojó la pericia balística, se comprobó que esa arma plantada no funcionaba y que no había sido disparada.

Como la causa continúa avanzando, semanas atrás el fiscal José Mana resolvió detener también a la oficial Yamila Martínez y al subcomisario Sergio González, otros dos agentes que ya estaban imputados acusados de "encubrimiento agravado y omisión a los deberes de funcionario público", ya que desde un primer momento se sospechó que los dos podrían haber sido quienes ordenaron la imposición del arma en el lugar, debido a que formaban parte del grupo de policías que se encontraba realizando el control en las calles.

El hecho

El asesinato de Correas ocurrió el jueves 6 de agosto a la madrugada en la ciudad de Córdoba, cuando el joven de 17 años circulaba con otros cuatro amigos en un Fiat Argo tras salir de un bar.

En el regreso, los chicos tuvieron una discusión con un motociclista, y mientras escapaban de esa situación, fueron interceptados por policías que estaban en un control policial, el cual esquivaron y siguieron la marcha.

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Ante esta situación, dos de los oficiales que estaban en la calle gatillaron contra el auto, y una de las balas ingresó por el vidrio trasero del vehículo y entró de manera directa por la espalda de Correas, quien iba sentado justo sobre ese lado.

El chico resultó gravemente herido, y a pesar de que sus acompañantes intentaron llevarlo a un centro de salud, los empleados del Sanatorio Aconcagua se negaron a atenderlo (por eso fueron imputados), y los adolescentes debieron seguir la marcha con Correas herido, hasta que finalmente fueron interceptados por otros policías que iban en moto.

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