por Leo Morales
02 Enero de 2023 11:24Faltan sólo 18 días para que se cumpla el tercer aniversario del crimen de Fernando Báez Sosa, el adolescente de 18 años asesinado a golpes a la salida del boliche Le Brique de Villa Gesell. Hay ocho imputados en el banquillo del juicio que comenzó hoy en Dolores, pero desde la defensa de la familia de la víctima ya anticipan que no será la única condena. El misterio detrás del "rugbier número 11" y el as bajo la manga de Fernando Burlando.
"No va a ser el único juicio", anticiparon en la previa de la primera audiencia desde la querella a BigBang. "A lo largo de la investigación fuimos recolectando muchísimas pruebas que involucran a al menos un joven más en el asesinato", suman. Se trata, para quienes siguieron de cerca la etapa de instrucción, del misterioso "rugbier número 11" que el estudio de Burlando intentó incorporar a la causa desde febrero del 2020.
Pese a que la defensa de la familia de Fernando presentó el material audiovisual digitalizado que prueba la presencia de un joven al que nunca se lo citó siquiera a declarar, la por entonces fiscal de la causa, Verónica Zamboni, desestimó la prueba y nunca avanzó en esa línea de investigación. Y es que, por ese entonces, las pericias a los celulares de los imputados generaron más confusión que esclarecimiento.
"Vamos por la perpetua": Burlando, los rugbiers y los dos ases que sacará en el juicio por Fernando
Antes de viajar a Villa Gesell, los diez jóvenes oriundos de Zárate armaron el grupo de WhatsApp "LosDelBoca3". En el mismo, además de los primeros detenidos -Juan Pedro Guarino y Alejo Milanesi fueron sobreseídos a las pocas semanas- se encontraba un contacto agendado como "Salvi". Sin embargo, un mail enviado en octubre del 2019 por Enzo Comelli a la propietaria de la cabaña en la que se hospedaron desacreditó para Zamboni la hipótesis del "rugbier número 11".
En el correo electrónico, el imputado le explica a la dueña del hospedaje que uno de los jóvenes que había firmado el contrato de alquiler, al que identifica como "Salvador", no iba a poder viajar "por temas familiares". Esa fue la prueba por la que la fiscal decidió descartar la pista, pese a que de la misma pericia tecnológica se desprende una conversación llamativa que ocurrió sólo horas después del asesinato de Báez Sosa y que nunca fue investigada, pese a los constantes pedidos de la querella.
A las 6:06 del 18 de enero, cuando el cuerpo de Fernando ya se encontraba en la morgue, Matías Beniccelli escribió en el grupo de WhatsApp: "Eu, amigo; dejen de lorear. Que están preguntando los otros pibes si nos peleamos". Al instante, Ciro Pertossi envió un audio en el que advirtió: "Chicos, no se cuenta nada de esto a nadie".
"Ya contaron. Porque Santino preguntó qué onda que nos peleamos. Son re loros, amigo. Dejen de flahsear", reforzó Benicelli, incorporando así la figura de Santino que volvió a alimentar la línea de investigación seguida por el estudio de Burlando. A partir de ese momento, el chat dejó de tener actividad hasta las 10.38, momento en el cual Ciro Pertossi les advierte la llegada de la Policía a la cabaña.
Ciro Pertossi: "Policía afuera, euuuu". Blas Cinalli: "Sí, mal. Está la poli. Salgamos".En febrero del 2020, a pocos días de cumplirse un mes del asesinato, Burlando dialogó con BigBang y ya anticipaba: "A los padres de Fernando les tengo que dar una respuesta clara y seria. Esto tiene que ser investigado y se tiene que identificar quién es. Saber si tuvo alguna participación o no. Este chico estaba con ellos, como Guarino y Milanesi".
"Le estamos pidiendo a la fiscal que lo investigue, porque no hacer sería dejar la investigación trunca. Le marcamos cuestiones serias. Este chico aparece en todas las grabaciones: durante la pelea, en el momento en el que festejan a la vuelta e incluso desayunando en el McDonalds".
Los momentos en los que aparece en imágenes de seguridad el rugbier número 11
Se lo ve durante el ataque en los videos registrados por los testigos. Se encontró con los diez imputados a la vuelta de Le Brique tras dejar a Fernando inconsciente. Se lo ve en el local de comidas rápidas junto a Lucas Pertossi y Máximo Thomsen.Si bien en un principio se especuló con la posibilidad de que fuera "Pipo", un amigo de Zárate de los imputados que se encontraba en la ciudad balnearia pero no compartía alojamiento con ellos; lo cierto es que la Justicia jamás avanzó con la identificación del joven, cuya silueta se puede ver en la secuencia que comenzó con el asesinato y culminó con las imágenes de Thomsen y Pertossi comiendo hamburguesas en el McDonalds de Gesell. A las imágenes de las cámaras de seguridad se le suma la declaración de un testigo que aseguró haber visto un auto blanco abandonar la casa que alquilaban los imputados en horas de la madrugada. Ellos mismos hicieron referencia al rodado en su primera declaración cuando, al momento de ser detenidos, intentaron culpar a Pablo Ventura. Las cámaras de seguridad confirmaron la existencia del auto blanco, lo que dio lugar a la detención de Pablo, que se encontraba en Zárate.Ventura, el "perejil de los rugbiers" estuvo cuatro días detenido hasta poder demostrar que no se encontraba en Villa Gesell al momento del crimen. Lo salvó la aparición de una cámara de seguridad que lo mostraba al momento del asesinato en su ciudad natal y cenando en un restaurante céntrico junto a sus padres. "Ventura quedó absolutamente desvinculado de la causa. Pero podría haber sido un plan para incriminarlo a él y desorientar la investigación en torno al número once", anticipaba en su momento Burlando.
"Desde un principio se hablaba de un número 11. De hecho, la detención de Ventura tuvo su fundamento en que todo indicaba que había un integrante más. La investigación se encaminó erróneamente detrás de Ventura, porque lo que pasó fue que al momento de la detención de los rugbiers dejaron correr ese nombre como para desviar la investigación", sumó Fabián Améndola, también del equipo de Burlando.