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El secreto detrás de la violación por la que se investigó a los gemelos Wagner

El fiscal que lo acusó hace cinco años de cometer tres violaciones recordó cómo fue el episodio en que Wagner acusó a su gemelo. El fallo que podría haberle salvado la vida a Micaela.

por Agusti­n Gulman

11 Abril de 2017 09:35
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Era el tercer caso de violación por el que el fiscal de Gualeguay, Diego Young, lo acusaba. Sebastián Wagner se paró, miró fijo al tribunal, al fiscal y a los abogados presentes y disparó una declaración que dejó a todos atónitos, sorprendidos: “No fui yo, en este caso fue mi hermano gemelo”. Hoy es el principal sospechoso por la muerte de Micaela García, la joven de 21 años hallada sin vida en un descampado en Entre Ríos el sábado, tras permanecer una semana desaparecida.

Se trata de uno de los casos más extraños de la Justicia argentina y en las últimas horas ese episodio ocurrido en 2012 tomó trascendencia por un dato que no es para nada menor: de haber sido condenado también por ese crimen, la pena de prisión de Wagner hubiera sido de 20 años. Esa era la cifra que pedía Young. Tras escuchar la llamativa defensa del acusado, el fiscal decidió levantar la audiencia y ordenar medidas de prueba para tratar de esclarecer el episodio sin precedente alguno, sólo un lejano parecido con un caso ocurrido en Córcega.

La foto que recorrió el país. Sebastián Wagner es el principal acusado por la muerte de Micaela.

Lo que siguió a continuación fue aún más llamativo que la propia acusación. Young recuerda a BigBang que hasta ese entonces desconocían que Wagner tenía un hermano gemelo, Maximiliano, quien ayer relató el karma que vive por tener la misma cara que el hombre que mató a Micaela. Los estudios de ADN que les hicieron a ambos demostraron que no había diferencias en sus genes.

EL CASO IMPUNE POR LA FALTA DE DINERO

La Justicia no pudo determinar cuál de los dos gemelos había cometido el abuso. La víctima era una menor, que según Young no quiso volver a declarar en la causa. La violación había ocurrido en 2010, pero el tribunal tuvo conocimiento recién en 2012, apenas después de que Sebastián ya tuviera una condena a nueve años por dos violaciones.

Esa condena fue acordada en un juicio abreviado: la primera violación ocurrió el 7 de julio de 2010, en Rosario del Tala. La joven estudiante se dirigía hacia desde la terminal de ómnibus a la pensión en la que vivía. Wagner la golpeó, la abusó y le robó dinero en efectivo. Cuatro meses más tarde, el 17 de noviembre, abusó a otra estudiante de 22 años en un parque, mientras la mantenía amenazada con un arma blanca.

Wagner fue condenado a nueve años de cárcel en 2012. Salió cuatro años después.

El caso impune ocurrió el 11 de mayo de 2010. Le dictaron la falta de mérito porque tras la acusación a su gemelo no se pudo comprobar quién había cometido la violación. Los estudios de ADN que se hicieron en Paraná y en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA) no determinaron ninguna diferencia genética entre ambos hermanos. Young decidió consultar a prestigiosos centros de genética internacionales.

Desde Estados Unidos le respondieron que no se podrían probar diferencias. Y desde Alemania le aclararon que si se repetían los estudios había posibilidades de probar las diferencias en el ADN de los gemelos, una prueba fundamental para esclarecer la violación. “El estudio costaba 130 mil euros. Elevé el pedido a la Fiscalía de Paraná, que preguntó al Gobierno de (Sergio) Urribarri. No hubo plata. No se hizo el estudio por dos razones: la falta de dinero y porque no había seguridad de demostrar las diferencias”, relata con cierta indignación el fiscal retirado.

LA INVESTIGACIÓN AL GEMELO

Desde aquel episodio, Maximiliano cortó casi todo el vínculo con su hermano. Una sola vez lo visitó en prisión y ayer en una serie de entrevistas que concedió desde Entre Ríos, fue más que claro: “Ojalá no salga nunca de la cárcel”. Hace dos años que no tiene ni diálogo ni lo ve.

 

Young recuerda a BigBang que tras los dichos de Sebastián se inició la investigación a su gemelo, quien fue sometido a interrogatorios y estudios genéticos que buscaban probar la diferencia entre ambos. “De las entrevistas surgía que era una persona normal, tenía un trabajo y estaba formando una familia, estaba por ser padre en esa época. Era sorprendente el parecido físico, desde el punto de vista visual era igual”.

Maximiliano Wagner, el gemelo del violador, acusado del femicidio de Micaela García.

Tras la negativa de pagar los estudios, el tribunal que lo juzgaba, a cargo de Rubén Chaia, Fabián López Moras y Alberto Seró, dictó la falta de mérito. El caso quedó impune. De haberse probado el delito hubiera sido el tercero. Y por ende, Wagner hubiera sido considerado violador serial. “La pena hubiera sido la máxima, perpetua, que en Argentina son 20 años”, dice Young.

LA DENUNCIA PREVIA A LA MUERTE DE MICAELA

Lunes 3 de abril. Micaela se encontraba desaparecida hacía 48 horas. Ese día, el padre de una niña de 13 años denunció en la Justicia de Gualeguay que Sebastián Wagner la había manoseado dos meses antes, en febrero. Ante las autoridades, Daniel Cristiani mostró, además, mensajes amenazadores del hombre hacia la adolescente.

“Cuando te agarre te hago mía, la otra vez te salvaste, te voy a hacer mía, no sabés las ganas que tengo de volver a tocarte”, le escribió el presunto femicida de Micaela a la adolescente de 13 años en un chat de Facebook.

“WAGNER NO SE MOSTRÓ ARREPENTIDO”

El fiscal recuerda ante BigBang que fue “desagradable” el momento en el que acusó al hermano gemelo. “No teníamos previsto eso. Al igual que el Tribunal, yo ignoraba la igualdad del ADN”, señala.

Diego Young, el fiscal que acusó por violación a Sebastián Wagner en tres ocasiones.

- ¿Cómo era la mirada de Wagner en las audiencias?

- Era una persona normal, no se deducía un hombre frío, siempre contestó bien y nunca se alteró, pero nunca se mostró arrepentido con los otros hechos, los aceptó.

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