Un colectivero que aseguró haber presenciado el momento exacto en el que el jubilado Adolfo Ríos le disparó tres veces a Franco Moreyra, se presentó a la Justicia para dar su versión de los hechos y complicó al homicida.
En su declaración, el testigo relató que mientras manejaba su auto, un Fiat Uno de color blanco, vio al ladrón con evidentes dificultades para desplazarse y decidió preguntarle si necesitaba ayuda.
Fue allí cuando, por el espejo retrovisor, observó a "un hombre mayor con un arma en la mano" acercándose. Atemorizado, el colectivero decidió irse del lugar, no sin antes ver cómo el jubilado "lo da vuelta a este chico que estaba parado, medio doblado, y le efectúa un disparo".
El chico cae en el asfalto al lado del cordón y allí el hombre mayor le apunta de nuevo y dispara"
"El chico cae en el asfalto al lado del cordón y allí el hombre mayor le apunta de nuevo y dispara", agregó el testigo, quien recordó estar totalmente confundido sin saber "quién era quién, si debía ayudar o no", ya que no conocía las razones del ataque.
Obviamente preocupado por el herido, regresó con su auto al lugar del hecho donde observó a Moreyra "tirado en el piso" y levantando una mano. "Este hombre le vuelve a disparar y le empieza a pegar patadas", agregó.
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El análisis de los disparos
El colectivero decidió presentarse a declarar no sólo porque los hechos tomaron estado público -y pudo saber así como se habían desarrollado- sino también porque circularon versiones de que una persona que pasó por la escena del crimen en un auto blanco era un supuesto cómplice de los delincuentes que entraron a robar en la casa de Ríos.Así, el testigo buscó desmentir este rumor explicando que en ese momento se estaba dirigiendo a su trabajo en la línea 257 y ofreciendo su descripción de lo sucedido.
Aunque el colectivero declaró haber observado tres disparos, la autopsia que se le practicó al cuerpo de Moreyra en la Morgue Judicial de Ezpeleta se hallaron dos proyectiles: uno que ingresó de frente por el tórax y otro en el abdomen, que causó la muerte del delincuente a causa de una hemorragia generalizada.
Sin embargo, en el tobillo derecho del fallecido había heridas con fractura expuesta de tibia y peroné. Y si bien en la autopsia no se las atribuyó a un balazo, en el video que registró parte del ataque puede advertirse que Moreyra no puede ponerse de pie para escapar y que una de sus piernas parece estar lesionada.
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Para aclarar este punto, el fiscal Ariel Rivas, a cargo de la investigación, pidió la realización de un peritaje balístico para determinar desde qué distancia se hicieron los dos disparos que recibió Moreyra.Durante la investigación, se encontraron cinco vainas servidas de la pistola 9mm de Ríos dentro de la casa a la que entraron a robar los delincuentes, y otras tres en el lugar donde fue ultimada la víctima.
Ríos continúa imputado por "homicidio simple agravado" por el uso de arma de fuego y recibió el beneficio de la prisión domiciliaria bajo juramento de presentarse ante el juzgado cada vez que se lo requiera, por lo cual no tiene que utilizar tobillera electrónica.
Voces encontradas
En relación al caso, el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, se mostró en desacuerdo con la imputación ya que consideró que el jubilado actuó en "legítima defensa” porque "no se levantó con la intención de dañar a nadie y fue agredido por cinco delincuentes".Por su parte, la abogada Claudia Cesaroni, referente de CEPOC, discrepó con el funcionario señalando que "el episodio obviamente no es un caso de legítima defensa" ya que "la persona asesinada estaba escapando".