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El testimonio clave: declaró el conductor del Fiat Uno y dijo que el jubilado le "disparó tres veces"

Se trata de un chofer de colectivo que pasó a bordo de su vehículo particular justo en el momento en el que el jubilado habría rematado al ladrón.

22 Julio de 2020 16:29
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Las horas pasan y la situación judicial de Jorge Adolfo Ríos, el herrero de 71 años que fue sorprendido mientras dormía por cinco delincuentes que ingresaron a su casa, ubicada en Quilmes Oeste, y lo golpearon salvajemente a la vez que le pedían dinero, se complica cada vez más.

Durante la secuencia del robo, el jubilado acabó con la vida de Franco Martín Moreyra, de 26 años. Al ser rodeado por los malechores, Ríos sacó su pistola Bersa Thunder calibre 9 milímetros de su propiedad y les efectuó al menos seis disparos. Todos, menos Moreyra huyeron. 

En un video, captado por una cámara de seguridad, se ve como Moreyra sale de la casa de Ríos rengueando mientras se dirige hacia al esquina, y minutos después en las imágenes aparece el hombre mayor, quien se ubica al lado del delincuente ya rendido en el piso. 

Durante la secuencia, el herrero le pega una patada, se agacha, le apoya el arma "en el sector intercostal" del delincuente y, según sostiene el fiscal  Ariel Rivas, ahí efectúa un disparo para rematarlo a unos 60 metros de su vivienda.

A este material se le sumó la autopsia al cuerpo del delincuente, que determinó que tenía dos disparos de bala, uno de ellos a quemarropa, que terminaron por generar su muerte.

De acuerdo al informe preliminar de la autopsia, del cuerpo de Moreyra se extrajeron dos proyectiles. El primero de ellos ingresó en el tórax en la línea media axilar, a nivel del sexto espacio intercostal, cruzó la quinta vértebra dorsal y se alojó en el hombro derecho. 

El segundo disparo, y que le causó la muerte, fue a quemarropa según los forenses. Ingresó mediante la “fosa ilíaca derecha” en el abdomen, pasó por el retroperitoneo y rompió la arteria aorta y la vena cava, lo que provocó una hemorragia abdominal y el shock hipovolémico.

Pero además del video y de los datos preliminares de la autopsia, existe un tercer escalón que terminaría de condenar a Ríos por su accionar, el de asesinar "a sangre fría" al ladrón.

Se trata de la declaración del conductor del Fiat Uno Blanco, con el capot de color negro, que aparece en dos diferentes oportunidades en la grabación que muestra cómo el jubilado "remata" a Moreyra en plena calle. 

En la secuencia se puede ver como el vehículo pasa dos veces delante de los protagonistas, pero nunca se detiene y termina desapareciendo de la escena.

Si bien en primer lugar los investigadores dedujeron que se podría tratar de los "compañeros" del ladrón, finalmente esa hipótesis fue descartada cuando el conductor del vehículo se presentó por voluntad propia a declarar.

Se trata de un colectivero que, por "casualidad", estaba pasando por ahí y se desligó totalmente del hecho delictivo. El hombre, cuya identidad se mantiene en reserva por seguridad, explicó que es un trabajador "esencial" (chofer de colectivo) y detalló que aminoró la marcha al ver que había una persona recostada en la vereda. En un principio, pensó que se había tratado de un "accidente de tránsito". "Su intención era ayudarlo", explicaron las fuentes.

Pero el testigo aclaró que rápidamente vio a un "hombre mayor armado" acercándose al herido, por lo que se asustó y decidió seguir la marcha. Sin embargo, explicó, que ante la duda de si era policía, decidió regresar.

Fue entonces que, declaró, vio como Ríos se agachaba y luego escuchó "tres disparos", por lo que aceleró y se fue rápidamente del lugar de los hechos. 

Para el fiscal Ariel Rivas, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 del Departamento Judicial de Quilmes y a cargo de la investigación, no hay dudas: “el ladrón fue baleado en un estado de total indefensión, cuando ya no representaba ningún peligro” e imputó a la víctima del asalto por "homicidio agravado" a raíz de todos los elementos que, hasta ahora, logró almacenar dentro de la causa. 

De todos modos, el abogado de Ríos, Marino Cid Aparicio, puso en duda el testimonio del colectivero. En diálogo con BigBang aseguró que es falso y que, a pesar de que todavía no pudo leer la declaración,  evalúa denunciarlo por falso testimonio.

Respecto del disparo que causó la muerte del ladrón, aseguró que fue realizado "de abajo hacia arriba", dentro de la casa de Ríos y no en la vereda, como muestra el video que figura en la causa. Respecto a esta grabación, comentó que en ningún momento se ve que su defendido tenga un arma en su mano, y muchos menos que dispare.

"Jorge está quebrado anímicamente por lo que pasó", dijo, y por último aclaró que todavía no pudo hablar demasiado con él porque se encuentra "muy mal de salud".

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