La cifra es más que llamativa. Por hora, en el mercado negro de la telefonía móvil se vendió un promedio de 285 celulares. Representa unos 2,5 millones de equipos que se encuentran en la ilegalidad, ya sea producto de la delincuencia o del contrabando. En noviembre pasado el Gobierno lanzó un proyecto para que todas las líneas sean registradas y así evitar robos.
Los datos se desprenden de un informe de la consultora Carrier y Asociados, del analista Enrique Carrier. Según se explica, el 2016 “fue el peor año para la venta de celulares en el último lustro” en la Argentina. El estudio asegura que el año pasado se produjo un 19 por ciento menos de aparatos que en 2015.
La consultora dice que en 2016 se vendieron más de 2,5 millones de equipos en el mercado negro.
Según la consultora, los altos precios de los equipos de media y alta gama, así como también la devaluación del peso y el crecimiento de la inflación en el último año fueron centrales para que un sector se volcara a las compras en el segmento informal. De todos modos, destacan que hubo un incremento de la oferta de equipos económicos, inferiores a los $3000. Sin embargo, aclaran que “no fue suficiente para detener la caída” del mercado.
Aunque aclaran que no es fácil dimensionar el mercado informal, señalan que “se puede hacer una aproximación gracias a las activaciones que se producen en la configuración inicial, que quedan registradas por los fabricantes”. Por eso, creen que las marcas locales tienen datos certeros respecto a la cantidad de aparatos que se vendieron en el mercado ilegal. Los únicos equipos que no se pueden relevar son los Iphones, ya que no se producen ni ensamblan en Tierra del Fuego.
En 2016 se produjeron 19 por ciento menos de equipos en el mercado formal.
En 2016 se adquirieron 2,5 millones de unidades. La cifra representa un 25 por ciento más que los 2 millones ingresados de manera ilegal en 2015. En 2014 habían sido 1,5 millones. Por hora, se venden alrededor de 285 celulares en el mercado negro.
Para Carrier, el crecimiento es por dos razones: las complicaciones para ingresar equipos que no se producen en el país, pero también la brecha de precio entre un equipo adquirido en el exterior y uno adquirido en la Argentina. “Eso da margen suficiente para correr los riesgos y aceitar lo que sea necesario para ingresar la mercadería”, señala Carrier.
EL PLAN DEL GOBIERNO
En noviembre pasado, el Gobierno lanzó un proyecto de “nominatividad de telefonía móvil”. El objetivo es identificar a los titulares de todas las líneas de celulares del país, para evitar las dificultades que se generan ante un robo. El plan fue puesto en marcha en una tarea conjunta por el Ente Nacional de Comunicaciones y el Ministerio de Seguridad.
El plan de nominatividad fue lanzado en abril pasado y tardará poco más de un año en completarse.
De todos modos, completar el programa llevará poco más de un año y medio. El eje es que los teléfonos celulares que sean robados sean inhabilitados tras ser denunciados. Por eso, no se podrá utilizar más “chips anónimos”. Si no están asociados a una identidad, serán bloqueados.
Meses atrás, las cifras difundidas por la propia ministra Patricia Bullrich habían sido inferiores a las del informe de la consultora Carrier y Asociados. Según la funcionaria, en 2016 se redujo un 20 por ciento la venta de equipos robados. En noviembre decía que la cifra se redujo de 214 celulares robados por hora a 175.