Carolina Ledesma tenía 20 años, vivía en Ingeniero Budge, en la localidad de Lomas de Zamora, y tenía dos hijos pequeños. Además, estaba embarazada y tenía miedo de decírselo a su pareja, Ángel Andrada, porque sabía que él estaba casado y que esperaba la llegada de otro bebé junto a su esposa.
A pesar de la incertidumbre, se animó a contarle la verdad, y eso generó un desastre. Acorralado por la situación, Andrada le disparó en el abdomen a la joven, la dejó morir y luego escapó. Ahora la policía lo busca, y a pesar de los allanamientos realizados, aún no se pudo dar con su paradero.
Carolina Ledesma fue asesinada por su pareja.
El tío de la fallecida, Raul Ledesma, contó a este portal que su sobrina y el acusado estaban juntos desde hacía menos de un año. Pocos sabían de la relación, aunque ella sí se había animado a decirle a sus familiares que estaba embarazada.
"Estaba contenta, pero tenía miedo de decirle a Ángel lo del embarazo porque él no quería tener al bebé", explicó. Él estaba casado y su mujer "oficial" también estaba embarazada (ya dio a luz).
Ángel Andrada tenía otra mujer, quien también estaba embarazada.
Ledesma contó que su sobrina vivía en Ingeniero Budge con sus dos hijos, un varón de dos años y una niña de cinco, y que ellos estaban en la casa en el momento en que el atacante la quitó la vida a su madre.
"Mi hermana (la mamá de Carolina) la encontró en la cama con un disparo en la panza y con el bebito de dos años durmiendo al lado", contó apenado el tío de la fallecida, quien además agregó que ahora los nenes están con la abuela paterna, y que no los ven desde que ocurrió el crimen.
Ledesma era madre soltera.
Raul Ledesma también indicó a BigBang que su sobrina ya había pasado antes por otra relación conflictiva. Con el papá de sus hijos vivió episodios muy malos, hasta que finalmente logró poner distancia y se separaron por el bien de ambos.
"Tuvo otra relación violenta previa con su ex marido. Venía golpeada, se peleaban, él no le dejaba usar Facebook, pero pudo salir de eso gracias a la contención de las chicas de la fabrica donde trabajaba. Ahora ella quería hacer una vida tranquila con sus dos hijos", opinó.
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La víctima vivía en un terreno que compartía con el cuñado de su ex marido. Por eso mismo, cuando Gladys Ledesma encontró a su hija muerta en su casa, le fue a preguntar a los vecinos si habían escuchado gritos o una discusión. Ellos dijeron que no, aunque sí mencionaron que oyeron un disparo. "Como en una villa es común escuchar un tiro, nadie se sorprende", agregó el tío.
Ledesma trabajaba en un polo textil.
Ledesma era militante de la Organización Barrial Tupac Amaru de Buenos Aires y trabajaba en el polo textil de la agrupación desde hacía un año y medio. Allí era contenida y aconsejada por sus compañeras. Ahora, los que la conocían se encargan de compartir la foto del prófugo, para dar con su paradero.
"Carolina fue madre joven por primera vez y después llegó el hijo más chiquito que era re pegado a ella. Ella era simple. Tenia ganas de vivir, criaba a sus hijos y siempre les daba todo", sintetizó, muy apenado, Raul Ledesma.