La “voz de la calle” en Ecuador no está muy convencida de la versión oficial en relación al femicidio de Mariana Menegazzo y María José Coni. Los dos acusados señalados por la policía y el gobierno ecuatoriano, Alberto Segundo Ponce y Aurelio Eduardo Rodríguez, han sido señalados como “perejiles” por las familias de las chicas asesinadas, pero también por parte de la opinión pública del país donde sucedió el hecho.
Los detenidos en el momento de su traslado a declarar.
Así, Victoria, una argentina que reside en el pueblo ecuatoriano de Mompiche, conversó con un grupo de residentes de Montañita, quienes afirmaron que los dos acusados por el crimen trabajan como guardias de seguridad y son conocidos dentro del universo turístico. “Los que los conocen piensan que no son ellos, que no hay ninguna manera de que estén implicados en el asunto, son dos pibes que agarraron simplemente para evitarse problemas internacionales”, le contó a BigBang.
“No creen en la investigación de la fiscalía, piensan que detuvieron a dos 'perejiles' para sacarse el asunto de encima, pero tampoco piensan que sea un asunto de trata”, concuerda María, otra argentina residente en Ecuador en relación a la opinión del pueblo sobre el femicidio.
El lugar donde fueron encontrados los cuerpos.
“Montañita es el segundo lugar en todo Ecuador de mayot ingreso de divisas por turismo y al Gobierno le conviene solucionar esto pronto”, subraya. “Es un lugar pequeño y muy concurrido. La droga circula en todos lados, es ofrecida abiertamente y es ahí donde no hay control. La indignación pasa por eso, por el descontrol”.
Machismo sudamericano
“En Mompiche (un pueblo donde el surf es actividad corriente), las chicas que surfean muchas veces dejan de hacerlo cuando se ponen de novias porque a sus parejas no les gusta que se muestren. La mujer acompaña, pero no es protagonista”, describe Victoria, consultada sobre el machismo de los ecuatorianos.
Sin embargo, también reconoce que las actitudes de los hombres ecuatorianos en relación a las mujeres no difieren demasiado de las que se observan en nuestro país, algo en lo cual también concuerda María, quien remarca: “es lo mismo que ocurre en Argentina”.