19 Abril de 2023 12:43
Una jubilada de 78 años falleció este martes luego de que su corazón no soportara la imagen con la que se encontró cuando vio a su hijo golpeado, encapuchado, con un cable alrededor del cuello, luego de un robo que realizaron en su vivienda dos delincuentes que huyeron del lugar con 30 mil pesos.
La víctima, María del Carmen Costábile, vivía en la calle Santa Rosa al 2000, del barrio San Cayetano de la localidad de Dorrego en Guaymallén, provincia de Mendoza, en la parte de adelante del hogar en el que tres individuos que habrían ingresado por detrás y sorprendieron a su hijo durmiendo, debido a que este trabaja por las noches en el rubro de seguridad y descansaba durante el día.
Según el relato de los investigadores, los delincuentes torturaron ahorcando con un cable al hombre, a quien habían encapuchado con una sábana, mientras al mismo tiempo lo tenían atado de pies y manos y lo amenazaban en busca de dinero. Luego de amedrentarlo con golpes de puño e insultos, y encontrar los 30 mil pesos que éste tenía, los agresores le pidieron que trajera a su madre. Costábile, ni bien vio la escena, se descompensó y terminó perdiendo la vida.
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"Le taparon la cabeza y le pusieron un cable en el cuello y lo ahorcaban para que dijera dónde había plata. Lo golpearon mucho y revolvieron por toda la casa antes de irse con unos miserables 30 mil pesos", declaró a Uno! Mónica Cabrero, una de las hijas de la víctima, haciendo referencia a la tragedia que está atravesando su familia, las torturas aplicadas a su hermano, y al acotado botín que se llevaron.
Los hechos ocurrieron cerca de las 10 de la mañana, de acuerdo a la Comisaría 45° local y el llamado al llamado de 911 de su hijo que alertaba sobre un preinfarto, el cual pudo hacer recién después de liberarse de sus ataduras. Nada pudieron hacer las maniobras de reanimación que se le aplicaron a la víctima desde el servicio de emergencias, por lo que tuvo que tomar intervención el Cuerpo Médico Forense, para realizar las pericias necesarias. En el operativo, además, intervino la Unidad Investigativa de Delitos (UID).
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A nivel judicial, la muerte es investigada como un homicidio en ocasión de robo, un delito que tiene una pena que va desde los 10 a los 25 años de prisión, por el fiscal Gustavo Pirrello de la Fiscalía de Instrucción N° 17 de la Unidad Fiscal de Homicidios (UFH). Para los funcionarios de la Justicia las conclusiones son claras: más allá de que hayan atacado o no a la víctima, esta falleció debido al inmenso estrés al que se enfrentó cuando vio a su hijo torturado.
Los delincuentes siguen prófugos, aunque todavía se aguardan las pericias de la Policía Científica de Guaymallén realizadas sobre el material secuestrado en la escena del crimen, las cuales podrían llegar a arrojar resultados que terminen en la detención de estos individuos.