El segundo paro general de la CGT en lo que va del Gobierno de Javier Milei, en reclamo de las políticas de recortes de fondos y las políticas de ajuste que llevó adelante el libertario, y de la ley de Bases y el paquete fiscal, ambos proyectos que obtuvieron la media sanción de la Cámara de Diputados y comenzaron a ser tratados en las comisiones del Senado de la Nación, inició con algunas líneas de colectivos cumpliendo con su recorrido normal.
Esto a pesar de que la Unión Tranviaria Automotor (UTA) adhirió a la medida de fuerza. "Hay trabajadores pertenecientes a empresas prestatarias de servicio que tienen la voluntad de cumplir con su trabajo y no se van a adherir al paro", advirtió la Secretaría de Transporte a través de un comunicado. De esta manera, precisaron que serían 42 líneas de colectivos las que prestarán servicio durante este jueves con el objetivo de asegurar la circulación.
Además, se informó que tanto la Secretaría de Transporte como el Ministerio de Seguridad "dispondrán efectivos policiales, móviles y agentes para asegurar las condiciones para que puedan transitar". ¿Qué colectivos funcionarán con normalidad? Las líneas 6, 7, 8, 9, 20, 21, 23, 24, 25, 28, 31, 44, 50, 51, 56, 57, 74, 76, 78, 79, 84, 87, 91, 99, 100, 101, 106, 107, 108, 111, 115, 117, 127, 130, 134, 135, 146, 150, 161, 164, 177 y 188.
Desde la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) indicaron que estarán verificando el nivel de cumplimiento de colectivos en el AMBA y en los casos que corresponda, se aplicarán sanciones. De todas maneras, las garantías de Seguridad que ofrecieron desde el Gobierno fallaron durante la mañana de este jueves: dos colectivos fueron atacados y terminaron con varios vidrios rotos durante las primeras horas del paro general en los barrios porteños de Barracas y Liniers.
Fuentes policiales informaron que, tras un llamado al 911, personal de la Comisaría Vecinal 4 D de la Policía de la Ciudad se trasladó hasta la terminal de la línea 60 en Barracas donde una de las unidades sufrió la rotura de vidrios y el chofer, 44 años, afortunadamente no sufrió heridas y, ante la agresión, volvió a la cabecera. El otro hecho sucedió en el barrio de Liniers, donde fue dañado un colectivo de la línea 106 que también resultó con los vidrios rotos.
Según trascendió, efectivos de la Comisaría Vecinal 9 B acudió hasta la cabecera donde el supervisor señaló que el incidente se produjo minutos después de la medianoche, cuando el colectivo circulaba por la avenida Juan B. Justo y Barragán, en momentos en que la unidad se hallaba sin pasajeros. El conductor, según el supervisor, no reconoció a los atacantes, en tanto el colectivo fue trasladado para su arreglo a un taller de la empresa, en provincia de Buenos Aires.
A través de las redes sociales, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, denunció estos hechos y los calificó de "mafiosos". "¡Arrancó la mafia! No dejemos que rompan todo lo que estamos logrando. Nosotros vamos a cuidar a todos los que vayan a trabajar. Llamá al 134 y denunciá", pidió la funcionaria junto a algunas de las postales de los destrozos en las unidades de la empresa DOTA, la cual le había ordenado a sus empleados cumplir con el 50% del servicio.
De hecho, Marcelo Pasciuto, director de DOTA, dialogó con Radio Mitre y afirmó: "Las 70 líneas nuestras están trabajando, la única que tiene servicio reducido es la 60″. Y consultado sobre los ataques que recibieron las unidades de la empresa esta madrugada, lamentó: "Es el costo por querer trabajar". "Cada vez que pasan estas cosas, los vándalos de siempre salen a romper para amedrentar al que quiere cumplir con su trabajo. Ponen en riesgo a sus propios compañeros", manifestó el Grupo DOTA.
Hay que tener en cuenta que la totalidad de las líneas de DOTA que salieron a funcionar con total normalidad este jueves viajan vacías debido a que, por ejemplo, el acatamiento al paro de ATE promedia el 97% en todo el país. Mientras que el sector privado le garantizó a los empleados esenciales transportes para que pudieran llegar a sus respectivos puestos. El resto cumplió con sus labores desde sus respectivas casas o directamente perdieron la jornada laboral.