En un giro tan dramático como vergonzoso, el presidente de San Lorenzo, Marcelo Moretti, quedó envuelto en un escándalo de corrupción que sacude los cimientos del club de Boedo. Mientras lloraba públicamente la muerte del papa Francisco -socio vitalicio, ídolo espiritual y nombre del futuro estadio del Ciclón-, una investigación televisiva mostró al dirigente del club recibiendo supuestos 25 mil dólares en coimas para fichar a un juvenil en las divisiones inferiores.
La denuncia fue presentada este lunes por el periodista Tomás Méndez en el ciclo Telenueve Denuncia, y expuso en crudo una operación de corrupción que incluye conversaciones telefónicas grabadas, cámaras ocultas, billetes en mano y un silencio ensordecedor por parte de la dirigencia azulgrana.
El escándalo comienza con un diálogo telefónico entre Moretti y la madre de un joven futbolista, desesperada por asegurarle un lugar en el club. La conversación no deja lugar a dudas: el presidente habla de "25.000 o 30.000 dólares" y acuerda con la mujer el pago en dos cuotas. La madre, en tono firme, le entrega una primera parte y promete la segunda en julio. Moretti, sin titubeos, responde: "Y la idea es que estén antes, para yo...".
Lo que sigue es una escena digna de una película de cine negro: una cámara oculta muestra el momento exacto en que la madre del futbolista le entrega a Moretti un fajo de billetes, presuntamente 20 mil dólares, en presencia del funcionario nacional Francisco Sánchez Gamino, director de Estudios para el Desarrollo Nacional. "Contalos", le pide la mujer al presidente del Ciclón. Pero Moretti no se inmuta: guarda el dinero directamente en el bolsillo interno de su saco sin contarlos.
Días después, una nueva entrega: "Acá está lo que faltaba...", dice ella. "Está bien, yo confío", responde él, sellando el acto de corrupción con una naturalidad escalofriante. Mientras el club aún no emitió comunicado alguno y Moretti evita hacer declaraciones, el único involucrado que reaccionó fue Sánchez Gamino, quien de inmediato cerró sus redes sociales ante la cantidad de insultos y reproches que comenzó a recibir en sus principales cuentas, sobre todo de hinchas de San Lorenzo.
Lo cierto es que el mutismo del entorno solo agrava la indignación de los hinchas, que se enteraron del escándalo pocas horas después de haberlo visto a Moretti en la misa en homenaje a Jorge Bergoglio, en la capilla Lorenzo Massa. El contraste es brutal: el mismo lunes, horas antes de que el escándalo estallara en televisión, Moretti escribía una sentida carta para despedir al papa Francisco, a quien describió como "una inspiración espiritual" y recordaba con emoción su última visita en Roma. Hablaba del futuro estadio "Papa Francisco", de una camiseta conmemorativa y de la simbólica casaca firmada por el Santo Padre, que prometió colocar en el hall central del nuevo estadio.
En la misiva, el presidente del "Cuervo" escribió: "Mi último contacto con el Papa fue hace poco. Le mandé una carta diciendo que rezaba por su salud. Me contestó el 1 de abril agradeciendo el gesto". Al mismo tiempo, sin que el Vaticano pudiera saberlo, ya tenía en su poder el dinero recibido por la madre de un juvenil desesperado por cumplir su sueño. El papa Francisco, aquel que denunció la idolatría del dinero, que se desvivió por los últimos, por los pobres, por los olvidados, es hoy el nombre que Moretti prometió inmortalizar en el cemento de Boedo. Pero la contradicción no podría ser más obscena, repudiable y delictiva.
Mientras rendía tributo al pontífice que predicaba la humildad, tejía acuerdos oscuros por dinero bajo la mesa. Por ahora, ni el club ni los organismos deportivos a cargo del fútbol argentino iniciaron sumario alguno. Pero la mancha ya está impresa en el escudo de San Lorenzo. ¿Cuánto vale el sueño de jugar en un grande? ¿25 mil dólares? El futuro estadio del Ciclón llevará el nombre del Papa. Pero este lunes, lo que se construyó no fue un templo en su memoria, sino un monumento a la hipocresía.