El portero de un muy prestigioso colegio de Monte Grande, sede del municipio bonaerense de Esteban Echeverría, fue detenido acusado de los delitos de "abuso sexual agravado" y acoso sobre una alumna de tercer año de tan solo 14 años.
El colegio Parish Robertson.
Según la denuncia, Ramón Espíndola, portero del colegio Parish Robertson, generó un vínculo manejando una situación de poder, seducción y afinidad con el claro propósito de “atentar” contra la integridad sexual de la menor, erotizando la relación, estableciendo ese vínculo de dominación y control que fue “in crescendo”, estableciendo conversaciones en horario escolar y extraescolar.
Pero la adolescente de 14 años no fue la única víctima de Espíndola: en las últimas horas se dio a conocer que otra alumna de 15 años presentó otra denuncia “por abuso sexual” contra el portero del colegio privado. A su vez, desde la UFl N° 3 de Esteban Echeverría a cargo de la fiscal Verónica Pérez aguardar por la aparición de “más casos” contra Espíndola.
Según consta en el expediente judicial, la madre de la alumna de 14 años denunció que entre julio y diciembre, el portero del turno mañana del Instituto Parish Robertson, besó en varias ocasiones y sin consentimiento a su hija en el laboratorio de la entidad educativa.
La fiscal Verónica Pérez, de la UFl N° 3 de Esteban Echeverría, le imputa a Espíndola el delito de acoso por haberle escrito mensajes vía WhatsApp a la víctima, fuera del horario escolar, para pedirle que lo llame, que le envíe fotografías y para invitarla a salir del aula para encontrarse.
En la causa, además, la madre de la víctima describe que los padres de la institución confiaban en él porque era muy "amable", además de que lo acompañaron durante el duelo y el reclamo de justicia por su hijo.
Cabe recordar que Ramón Espíndola es el padre de Rodrigo Espíndola, el jugador de Nueva Chicago que murió tras ser baleado por ladrones cuando entraba a su casa con el auto en mayo de 2016. A su vez, había sido distinguido como "ciudadano ilustre" hace dos años por el municipio.
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Según detalló Crónica, el intercambio de mensajes entre la menor y el portero fue agravándose con el correr de los meses. “Primero eran preguntas del estilo '¿Qué hacés?', '¿Cómo estás?' y después fueron a horarios de la madrugada con preguntas tales como '¿Tenés novio?'. La nena se resistía y le decía que su mamá la llamaba o que no podía", señaló una fuente de la investigación.
En esa línea, detallaron que Espíndola utilizaba “la muerte de su hijo” para generar empatía con las estudiantes del colegio. Según detallaron, este hecho era un tema recurrente en las charlas con la menor y, según cuenta una persona cercana a la causa, el acusado afirmó que su hijo "le hablaba" y que "seguía en contacto con él".
En otro fragmento del diálogo, el portero le dijo a la adolescente que si no fuera por notoria diferencia de edad, podrían formar un vínculo más estrecho y acto seguido le escribió: "Te amo". Espíndola le propuso en varias oportunidades encontrarse, pero la menor se negó. Fue en el laboratorio, cuando tuvieron un momento a solas, donde ocurrió el abuso denunciado.