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¿Gepetto era médico?

Escándalo en Entre Ríos: una médica abandonó su guardia y dejó en su lugar a un carpintero

El hecho ocurrió en un centro de salud del departamento Islas, en el sur de Entre Ríos.

23 Abril de 2025 12:00
Escándalo en Entre Ríos: una médica abandonó su guardia y dejó en su lugar a un carpintero
El Ministerio de Salud de Entre Ríos inició un sumario administrativo

Lo que parecía una anécdota de mal gusto es, en realidad, un hecho gravísimo que pone en jaque la confianza en el sistema de salud público. En Entre Ríos, una médica del Hospital Behring de Estación Holt fue sumariada por el Ministerio de Salud luego de que se confirmara que, durante una guardia, se retiró sin autorización y dejó a cargo a un hombre que no era médico, sino carpintero. Lucía González Esquivel, profesional suplente del nosocomio, reconoció haber abandonado su puesto el pasado 1° de enero y haber designado, de forma totalmente unilateral, al "doctor Giroldi" para que la cubriera "por unas horas". 

La médica trabajaba en el Hospital Behring de Estación Holt
La médica trabajaba en el Hospital Behring de Estación Holt

Lo insólito -y escalofriante- es que el "Dr. Giroldi" no era doctor, ni siquiera estudiante de medicina. Era un carpintero. La situación se descubrió en el marco de una investigación interna del Ministerio de Salud, que además incorporó información provista por la Justicia. Fue entonces cuando el escándalo quedó expuesto en su total magnitud: el tal "doctor Giroldi" es en realidad Víctor Luis Giroldi, inscripto como carpintero ante la AFIP y sin ningún tipo de formación médica.

El caso llegó a la Justicia y terminó en un juicio abreviado en el cual el acusado reconoció los hechos. Fue condenado a seis meses de prisión condicional por el delito de ejercicio ilegal de la medicina. Según consta en la causa, atendió pacientes en el hospital sin tener la más mínima preparación para hacerlo.  Mientras tanto, González Esquivel intentó justificar su accionar señalando que se había ausentado porque fue requerida por la Fiscalía en su rol de médica de Policía. 

Sin embargo, esa explicación no la eximió de responsabilidad: no solicitó autorización ni informó a sus superiores, y dejó la guardia a merced de una persona sin matrícula ni conocimiento sanitario. "Se trató de una decisión absolutamente inconsulta y unilateral, que pudo haber derivado en un grave e irreversible riesgo para la salud de la población", advirtió un comunicado oficial del Ministerio de Salud. 

Desde la cartera también señalaron que la conducta de la profesional podría constituir una causal de cesantía, motivo por el cual se inició un sumario administrativo. Como medida inmediata, González Esquivel fue relevada de toda prestación de servicios de guardia, tanto activa como pasiva, y se dispuso que cumpla su carga horaria únicamente en consultorios externos, bajo supervisión directa.

El caso sacudió a la comunidad de Estación Holt y generó una ola de indignación entre los trabajadores de la salud. "Esto es inadmisible. Es una traición a la ética médica y a la confianza de los pacientes", expresó una enfermera del hospital, que prefirió mantenerse en el anonimato. ¿Cuántos pacientes fueron atendidos por un impostor sin saberlo? Y más aún: ¿qué hubiera pasado si uno de ellos necesitaba atención urgente, si su vida dependía de una intervención médica adecuada?

En medio de la investigación, la Dirección de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Salud dictaminó "que resulta imperioso adoptar acciones en resguardo de la población que asiste regularmente al nosocomio, asegurando que la prestación del servicio de guardia activa sea realmente de tal naturaleza, con profesionales que cumplan dicha modalidad de servicios de manera continuada, hasta tanto se determine la sanción atribuible a la conducta" de la médica González Esquivel.

Abandonó la guardia que cubría para cumplir con sus tareas en otro lado.

Mientras tanto, el Ministerio de Salud promete reforzar los controles, pero la sensación de vulnerabilidad persiste. Porque cuando el deber de cuidar se convierte en desidia, el daño no es solo institucional: es humano. Luego de dar a conocer las medidas adoptadas para corregir esa irregularidad, desde Salud entendieron que la actitud de la profesional "pudo derivar en un grave e irreversible riesgo para la salud de la población al ser atendida por una persona que no revestía la condición de médico", por eso, y ante la presunción de que se estaría frente a una causal de cesantía, se decidió abrir el sumario a la médica, según informó El Entre Ríos.