21 Marzo de 2024 09:01
Poco más de dos minutos dura el video en el que se ve a Abel Guzmán sujetando un arma cara a cara con su compañero de trabajo, Germán Gabriel Medina, en "Verdini", una peluquería ubicada en Beruti al 3017 a la que suelen ir figuras del espectáculo. El establecimiento ya había cerrado sus puertas y los empleados habían decidido quedarse a charlar tras haber finalizado la jornada laboral. Fue en ese momento que, por razones que aun no trascendieron, se inició una discusión entre los otros dos hombres que terminó de la peor forma posible: Medina fue asesinado a sangre fría por Guzmán, quien por estas horas es intensamente buscado por la policía.
Todo ocurrió dentro de la reconocida peluquería del barrio porteño de Recoleta cuando caía la noche. En el video tomado por la cámara de seguridad del local, se puede observar a cuatro personas -tres hombres y una mujer- formando un círculo de diálogo y con bebidas en sus manos, mientras que Guzmán aparece parado, visiblemente fuera de sí, molesto y sujetando un arma con su mano derecha con la que increpa a sus compañeros.
La primera en abandonar la escena fue la joven que al ver que el agresor se le acercaba, tomó su bebida, decidió pararse y alejarse del lugar. Lo mismo hizo su compañero de lentes que estaba exactamente sentado frente a ella en la ronda. En las imágenes también se puede ver como Guzmán les ordena que se levanten de sus respectivas sillas y se hagan a un lado para poder enfrentarse a Medina, quien no atinó a moverse ni levantarse de la silla.
En tan sólo 15 segundos Guzmán dijo algunas palabras con ademanes de por medio, apuntó contra el colorista sujetando el arma con sus dos manos y a sangre fría lo ejecutó. Luego, frente a la pasividad del resto de sus compañeros, huyó a toda velocidad. Incluso, al minuto se ve como uno de los testigos abre una venta para permitirle al asesino huir de la peluquería sin ser visto. Medina -de 33 años- quedó gravemente herido, con un tiro en la cabeza, y fue trasladado al Hospital Fernández.
Allí falleció poco después, mientras que su agresor sigue prófugo. "Recibimos una llamada sobre que había un herido por arma de fuego. La ambulancia fue a los pocos minutos y se encontró con el hombre con un disparo en el cráneo. Rápidamente, se inició el traslado. Estaba con un paro cardíaco y lo llevamos al Hospital Fernández", dijo el titular del SAME, Alberto Crescenti, y agregó que "el paciente estaba en grave estado y lo habíamos trasladado con un paro cardiorrespiratorio".
En diálogo con TN, el profesional explicó que "se siguió con la maniobras en el shock room del Fernández tratando de revertir la situación, pero lamentablemente este hombre falleció". Una vez que Guzmán huyó del lugar, sus compañeros dieron aviso a las autoridades e intervino el personal policial de la Comisaria Vecinal 2A, que realizó las consultas pertinentes con el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Nro. 48 a cargo de Javier Sánchez Sarmiento.
De esta manera, la causa quedó caratulada como "disparo de arma de fuego y lesiones graves". Según explicó Facundo Ramón Verdini, el dueño del establecimiento, al cerrar el local sus empleados se quedaron tomando y que durante la charla se produjo "de un momento a otro" una discusión laboral entre los dos empleados que terminó con la muerte del colorista de 33 años. "Ese día se rapó el pelo, estaba como aislado", contó el hombre.
En diálogo con Arriba Argentinos (eltrece), advirtió que todavía no puede creer lo que ocurrió y que aún sigue en estado de shock. "No lo puedo creer todavía, estoy temblando, no caigo. Esto fue como a las 20 y hasta recién estuve en la comisaría dando testimonio. En un momento nosotros estábamos sentados hablando, él se acercó y dijo que quería hablar. Le dijimos que hablábamos mañana y ahí sacó el arma. Yo no lo podía creer", detalló.
Según explicó, ese día Guzmán "tenía una mirada rara, estaba como aislado". "Nunca hubo un clima tan tenso para que saque un arma. No hubo pelea, no hubo piñas. Yo me levanté, sentía frío, y le dije 'vamos a hablar, tranquilizate'. Fue todo muy rápido. Por lo que sabía no se debían plata, no había pasado nada para llegar a ese punto. Con las clientas era muy amable, pero con nosotros hablaba diferente", describió al ser consultado por Guzmán y el violento hecho.
Y cerró: No me puedo sacar de la cabeza cuando sacó el arma, todavía no pude dormir. Después del disparo yo me fui al baño, me encerré y llamé a la Policía. Él había cerrado todo con llave y cuando disparó quiso salir y se encontró con que no podía así que le dijo al encargado que le abra la ventana. Yo lo conocí bastante, era un tipo normal, laburaba mucho, bastante reservado con sus cosas, enfocado al trabajo 100%, a las clientas. Todavía no lo puedo creer".