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La era de la justicia por mano propia

"Esta venganza es personal": robaron su kiosco y ofrece una recompensa para dar con los delincuentes

Abel, el dueño del comercio ubicado en Wilde, ofreció 500 mil pesos a quien pueda identificar a los ladrones.

30 Septiembre de 2024 11:25
Abel, dueño del kiosco en Wilde
Abel, dueño del kiosco en Wilde

El 27 de septiembre, en la localidad de Wilde, partido bonaerense de Avellaneda, dos delincuentes robaron la recaudación de un kiosco llamado "El Nuevo Bombazo", ubicado en la calle Camacuá 5300. Los ladrones aprovecharon un momento en que la empleada del local abrió la reja para entregar mercadería y entraron. Uno de los asaltantes fue directo a la caja registradora mientras el otro se quedaba afuera haciendo de "campana" y amenazaba a la empleada para que no se moviera. "Quedate ahí porque te tiro", fue una de las tantas amenazas que le hicieron los malvivientes a la joven. De esta forma, lograron llevarse el dinero recaudado.

Una vez que pasó el susto, Abel, el dueño del kiosco, se mostró indignado, furioso y cansado de la inseguridad que azota al país desde hace tiempo. Incluso, invadido por la lógica cólera de haber perdido todo un día de trabajo, el hombre ofreció una recompensa de 500 mil pesos a quien le brinde información concreta sobre los responsables del robo. En el video que publicó el comerciante en las redes sociales, pidió nombres, apellidos, dirección y DNI de los delincuentes. También solicitó la colaboración de la comunidad para compartir la publicación y ayudar a identificar a los ladrones. "Compartan la publicación", reclamó.

Tras la difusión del video, Abel volvió a manifestarse en redes sociales, agradeciendo el apoyo de sus vecinos y las numerosas llamadas que recibió. Aunque muchas personas le ofrecieron ayuda económica, él rechazó la idea de realizar una colecta, asegurando que podía recuperarse por sí mismo. Sin embargo, insistió en su pedido de ayuda para identificar a los delincuentes con la idea de "escrachar" a los asaltantes. "A todas las personas que me llaman por teléfono, gracias. Y a los que quieren hacer una colecta, no hace falta. Tengo dos brazos, dos piernas y un terrible ingenio para volver a recuperarme. No necesitamos nada", dijo.

Y siguió: "Nomás compartan el video, hay que escrachar a esta gente". El dueño del kiosco también relató que se enteró del robo cuando su pareja, Camila, lo llamó muy nerviosa, mientras que la empleada lloraba de impotencia. Aunque no hubo consecuencias físicas, Abel expresó su frustración por no haber podido defender su negocio, ya que en el momento del asalto estaban solas su pareja y la empleada. De hecho, en una entrevista con América 24, detalló cómo fue el ataque y cómo lo impactó emocionalmente, sobre todo al ver el video de la situación. Mi esposa estaba muy nerviosa, la empleada llorando del enojo. No pasó a mayores", contó.

Y agregó: "Pero cuando vi el video y la forma en que entraron y abordaron a Camila, fue una explosión en mí, por no haber podido defender mi patrimonio. Fue un momento en el que había dos mujeres solas". Este no fue el primer intento de robo en el kiosco. En una ocasión anterior, el asalto fue frustrado, pero Abel explicó las dificultades de trabajar con las medidas de seguridad actuales, ya que, debido a la modalidad de ventas por volumen, solo abren para sacar mercadería, lo cual limita las opciones de protección. "Somos un centro de oferta y vendemos por volumen, solo abrimos para sacar mercadería. Uno no puede trabajar encerrado", aclaró. 

A pesar de la gravedad de la situación, Abel remarcó que a pesar de que advirtió que "esta venganza es personal" no busca justicia por mano propia, sino que quiere que actuar dentro de los márgenes de la ley. Su objetivo -dijo- es reunir pruebas sólidas para que las autoridades puedan actuar contra los ladrones. Remarcó que el hecho de que uno de los asaltantes estuviera encapuchado demuestra que sabía de la existencia de cámaras de seguridad en el lugar. "Será todo legal. Pido los datos del chabón. Sabía que había cámaras porque estaba encapuchado. El que se vendió fue el sinvergüenza que entró armado a mi casa", manifestó.

Luego del robo, personal de la Comisaría 5° de Avellaneda se presentó en el kiosco para iniciar las investigaciones correspondientes. Abel cree que los delincuentes no son del barrio, pero subrayó su determinación de denunciarlos y colaborar con la justicia. Aunque está consciente de los riesgos que podría enfrentar por su decisión de ofrecer una recompensa, Abel sentenció que está dispuesto a defenderse, incluso si le cuesta la vida. "Los datos tienen que ser contundentes para que yo pueda ir a la policía y llevarle esa información para que pueda trabajar. Los delincuentes no son del barrio. Yo sí tengo huevos para denunciarlo. Esta venganza es personal", cerró. 

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