25 Septiembre de 2023 13:20
La violencia dentro del deporte amateur no deja de ser noticia. Semana tras semana se conocen nuevos casos de incidentes, golpes de puño y amenazas que se dan por una discusión dentro de un partido de fútbol del cual sólo quedan antecedentes violentos. Ahora, el hecho que salió a la luz en las últimas horas fue peor porque no sólo hubo una discusión, sino que todo terminó en balazos contra un auto y un menor de seis años en el medio del disturbio, el cual terminó hospitalizado.
El hecho se produjo el sábado al mediodía en un partido de fútbol amateur disputado en Ituzaingó, pero continuó hasta Castelar, partido de Morón, con dos hombres como protagonistas. En medio del encuentro, comenzaron a discutir dentro del campo de juego por roces del deporte y lejos de dejar los insultos verbales una vez finalizado el partido, lo siguieron en la calle de la peor manera.
Una vez que el partido terminó, Fernando Martín Hormaza se dirigió rápidamente hacia su domicilio en su vehículo Fiat Siena junto a su hijo de seis años y en todo el camino realizado desde Ituzaingó en donde quedaba el club y el barrio San Juan de Castelar, que es donde queda la casa de la víctima, fue perseguido por el agresor que circulaba en un BMW a toda velocidad y hasta con maniobras indebidas con tal de poder alcanzarlos.
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En medio del camino, el agresor que ahora se encuentra detenido, les cruzó el auto y sin dejarlos escapar le disparó con un revolver en una distancia de tan sólo tres metros lo que causó diversas heridas en el menor que iba de acompañante en el vehículo. Si bien el disparo no cayó sobre las personas, si impactó en la puerta del copiloto lo que provocó la rotura total del vidrio.A raíz de ello, el niño resultó herido por los vidrios que cayeron sobre él y debió ser trasladado de urgencia al hospital René Favaloro de Raefael Castillo, en donde circularon un parte médico que aseguraba que el menor sufrió una “herida superficial en la ceja derecha provocada por una parte del proyectil”. Una vez que se retiraron del Sanatorio, Hormaza y su esposa se dirigieron hacia la comisaría a realizar la denuncia correspondiente y horas más tarde el agresor decidió entregarse por voluntad propia por lo cual hasta el momento, se encuentra detenido.
La causa está siendo investigada en la Fiscalía Nº 2 de Morón, aunque la madre del menor accidentado aseguró que no cumplieron con lo que le prometieron que iban hacer. “No allanaron el domicilio para encontrar el arma del agresor ni le hicieron peritaje del auto. El nene está vivo de milagro y fuera de peligro. Esto fue un intento de homicidio contra mi hijo y exijo justicia”, declaró.
Asimismo, en diálogo con Primer Plano, Hormaza detalló cómo fue el momento de agresión del cual le tocó atravesar y la persecución que hizo el detenido en cuestión. “Doblé por la calle Betheder en dirección a Gabriel Miró y Federico Nicolás Fernández, a quien todos conocen como 'El Narigón', me cruzó el vehículo, bajó y directamente disparó aproximadamente a tres metros míos”.
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“Él se bajó y me amenazó gritándome que me iba a matar y sin pensarlo disparó. La bala impactó en el lateral derecho del auto y provocó la rotura del vidrio de la puerta del lado del acompañante, que le causó las heridas a mi hijo”, indicó. Hace tan sólo diez días también se había dado a conocer un hecho de violencia en el futbol amateur producido en Merlo, en el cual los protagonistas del suceso fueron varios jugadores que respondieron a los golpes de puño contra un árbitro durante un partido perteneciente a un torneo de barrio de la localidad bonaerense.
Todo comenzó porque a los cinco minutos del primer tiempo Loma Florida ya iba perdiendo 2-0 y sus hinchas, generalmente personas allegadas a los jugadores, en vez de actuar a modo de motivación hacia quienes se encontraban alentando, decidieron tener un acto totalmente fuera de lugar: insultos, discriminación y amenazas desde atrás del alambrado dirigidos únicamente hacia el árbitro.
Y debido a que el ambiente se volvía cada vez más tenso y difícil de sobrellevar, el árbitro tomó la decisión de acercarse a la mesa de los delegados, es decir, de quienes organizan y llevaban a cabo el torneo, con el fin de que puedan darle aviso a todas las personas que lo insultaban que frenaran con la violencia porque si no, el partido no podría continuar.
Lejos de parar o de disculparse, los gritos siguieron y a medida que pasaban los minutos, se hacían presentes en mayor medida. El árbitro, volvió a acercarse directamente para que los delegados retirasen a aquellas personas que lo insultaban pero eso mismo desató el peor final. Minutos después, mientras los agresores se negaban a marcharse del predio, se tomó la decisión de suspender el partido por actos inadecuados.
Reunió a los jugadores, avisó que el partido sería suspendido por violencia y en vez de recibir un apoyo o un mensaje de conciencia de parte de los jugadores hacia sus allegados, recibió lo peor: una feroz golpiza. Fue en el mismo momento en el que se encontraba hablando con todos los jugadores, cuando un integrante de Loma Florida decidió responder con golpes de puño sin cesar, lo cual al querer huir hacia el centro del campo de juego para escapar de aquel rincón, fue perseguido y la golpiza continuó por parte de varios de los deportistas.