Otra vez, una adolescente es encontrada muerta. Gabriela Villaroel estaba envuelta en bolsas de consorcio en una pensión ubicada en Zelarrayán al 5300, entre Fonrouge y Larraya, en Villa Lugano.
Desde el viernes no se sabía nada de ella y ahora los investigadores sospechan que pudo haberse tratado de un crimen en el marco de un intento de abuso sexual. Su tío, de 29 años, confesó que la mató.
Gabriela tenía 18 años y estaba de novia.
La adolescente, de 18 años, estaba desaparecida desde el viernes a la tarde. Por el hecho detuvieron a su tío, un suboficial de la Prefectura Naval. El sospechoso, de 29 años, declaró ante la Policía, que luego deberá ratificar o rectificar ante la Justicia. En ese escrito se lee que Néstor Quintana reconoce haber asesinado a Gabriela tras una discusión.
En la habitación de la pensión donde vivía su tía la encontraron sin vida.
Ante los agentes, contó que había matado a la chica y que sabía a dónde estaba el cuerpo, precisamente en una de las habitaciones de una pensión donde vivía desde hacía un tiempo. Se trata del esposo de una de las tías de Gabriela, quien caminaba el viernes rumbo a un cyber junto a su hermana.
Dos cuadras antes de llegar, en Somellera y Larrazabal, dijo que se quedaría esperando a su novio, un muchacho de 20. Poco después, el chico acudió a la madre de Gabriela y le preguntó si sabía algo de su hija. Desde ese momento comenzó la búsqueda de la familia, que radicó la denuncia en la comisaría 48 de la Policía Federal.
LA BÚSQUEDA IMPLACABLE
Los detectives de la seccional recabaron datos durante todo el fin de semana para dar con la joven. Los investigadores establecieron que un tío, identificado como Néstor Quintana, un cabo segundo de PNA de 29 años, podía estar vinculado con la desaparición. Ayer a la tarde lo detuvieron tras la presentación espontánea del hombre.
Los familiares y amigos de la chica, encabezados por su madre, Liliana Chambi, realizaron una marcha en reclamo del esclarecimiento del caso. El tío de la joven desaparecida se hizo presente espontáneamente en la Comisaria, y solicitó hablar con el Comisario, y al entrevistarse con el mismo, le refirió “yo sé dónde está Gabriela y está sin vida”, continuando que estaba en la pensión donde él vivía, ubicada en la calle Zelarrayan al 5300, no queriendo aportar más datos.
A la hora se procedió el allanamiento en la pensión y tras romper la puerta del domicilio, se pudo observar que sobre el piso había una bolsa de color negro, y dentro de la cual se encontraba el cuerpo de la joven.
Luego la médica legista indicó que el cuerpo tenía signos de haber sufrido la muerte entre las 24 y 36 horas y el aparente medio empleado fue asfixia mecánica, no observándose en el cuerpo heridas corto punzante ni herida de arma de fuego. Las fuentes policiales creen que el asesino iba a llevárselo en un auto para descartarlo.
El hecho es investigado por la jueza de instrucción 20 de Capital Federal Elizabeth Paisán, que se hizo presente en el lugar, y la secretaría 162 a cargo de Pablo Bebebino.