Doble femicidio. Fue en el penal de Villa Urquiza, en Tucumán. Ayer era día de visitas familiares. Elizabeth Yanina Aguirre (34) aprovechó para ver en la prisión a Henry Coronado (37), su marido. Llevó a los dos hijos de ambos, un chico de 14 y otro de 6 años. Llegaron a eso de las 12 del mediodía: primero, se supone, hubo una conversación familiar entre los cuatro. Tal vez hablaron sobre cómo les iba a los chicos en el colegio, tal vez le relataron las aventuras del perro o del gato, o sobre algo que mamá les había comprado. Luego, los chicos se fueron al patio. Papá y mamá iban a estar a solas.
Penal de Villa Urquiza, donde ocurrieron los hechos.
A las tres de la tarde, por pedido de la fiscal Adriana Reinoso Cuello, el comisario Hugo Cabezas, jefe de la División Homicidios de la policía tucumana, entró en la habitación donde se suponía que la pareja iba a concretar la visita íntima. Se encontró dos muertos. "Ella estaba desnuda y no presentaba signos de defensa. Él estaba colgado de la sábana y tampoco presentaba signos de agresión de ella. Es decir que él la ahorcó mientras mantenían relaciones sexuales", explica, en diálogo con BigBang.
Elizabeth es, inexorablemente, la última mujer que mató Henry Coronado, pero no fue la primera. Coronado estaba preso con prisión preventiva, a la espera del juicio por haber matado a su amante, Leydi Meneses.
El cadáver de Meneses apareció el 2 de marzo de 2015 dentro del Fiat Uno de Coronado. Coronado la iba a llevar a un baile de carnaval en el club San Antonio de Ranchillos. Nunca regresó. El auto de Coronado fue encontrado sobre las vías del tren, cerca de la ruta provincial 302. Meneses tenía hematomas en diferentes partes del cuerpo. Según la autopsia, Leydi murió por un golpe en la cabeza.
Leydi Meneses, la primera mujer que mató Henry Coronado
Priscila reveló luego que había tenido acceso a chats de Whatsapp entre su madre y una amiga, fechados el día anterior al crimen, donde su madre decía que él la había golpeado dos veces , que le tenía miedo y que temía lo que podía pasar si se subía al auto de él.
Por extraño que parezca, Elizabeth Aguirre decidió no abandonar a su marido femicida luego del crimen de Leydi Meneses. Elizabeth siguió visitándolo en la prisión hasta que pasó lo que pasó. Ahora, los dos hijos de ellos fueron entregados a sus abuelos maternos. Probablemente ellos estén preguntándose cómo hacer para explicarles tanto horror.