En las últimas horas se dio a conocer un hecho escalofriante ocurrido en el barrio Villa Camiares, de la localidad cordobesa de Alta Gracia. Los vecinos denunciaron que una casa en particular despedía un olor nauseabundo y cuando la Policía arribó al lugar, se topó con un escenario sacado de unas película de terror: dos adolescentes llevaban fallecidos desde hace días, semanas o meses, y su madre se encontraba "rezando" arrodillada junto a los cuerpos.
El hecho, que tuvo lugar en un domicilio ubicado en la calle Pachamama y fue descubierto el lunes, a raíz de dos alarmantes llamados que recibió la Policía. En primer lugar fue el padre de los dos adolescentes fallecidos , de 14 y 17 años, quien alertó que hacia aproximadamente un año que no tenía contacto con sus hijos porque la madre de ellos no lo dejaba acercarse y lo amenazaba de muerte cada vez que él intentaba aproximarse de alguna u otra manera.
Días más tarde los vecinos llamaron por segunda vez al 911, asegurando que de aquel domicilio salía un fuerte olor que se propagaba por todo el barrio. La Policía ató cabos y se hizo presente en la vivienda, pero se encontró con la peor imagen posible: los cadáveres de los menores, que luego se supo que eran electrodependientes, fueron encontrados sobre el sillón en estado casi esquelético y con un muy avanzado grado de descomposición, lo que causaba el desagradable olor.
Los dos menores estaban apoyados, sentados en el sillón sin vida y cubiertos con una bolsa de nylon color negra, con un estado de descomposición tal que, quienes investigan el caso, aseguran que su muerte pudo haber sido hace días, semanas e incluso meses. Además, los oficiales revelaron que al ingresar al domicilio también hallaron junto al sillón a la madre y la tía de los chicos: ambas estaban arrodilladas rezando delante de ellos.
Son varias las hipótesis que transcurren sobre este caso, pero la principal es que se trata de un crimen por parte de la madre, ya que al parecer los habría desenchufado debido a que eran dos menores electrodependientes que vivían solos con ella. Además, algunos vecinos dieron detalles de que a los jóvenes se los veía muy poco e incluso la última vez que circularon por el barrio fue cuando eran niños muy chicos que estaban en sillas de ruedas.
Por parte de la madre, según revelaron fuentes cercanas al caso, no le gustaba mostrarse, casi siempre se tapaba el cuerpo por completo, el rostro incluido y sólo dejaba ver sus ojos. Los vecinos que solían verla de vez en cuando, detallaron que "parecía musulmana", que no tenía "vida social" y que no le gustaba "interactuar".
Más allá de que la madre de ambos es señalada como quien cometió el crimen, en las últimas horas también se conoció un detalle que podría ser utilizado para la investigación: la acusada, que fue encontrada rezando al lado de los cuerpos, pertenecía a una iglesia evangélica de la ciudad y además de ser sumamente religiosa, recibió en varias ocasiones diversos llamados de atención por parte de las autoridades por escuchar y gritar al compás de la música religiosa a volúmenes muy altos.
De hecho, cuando la Policía ingresó a la vivienda y se topó con la imagen de ambas rezando al lado de los cuerpos, fue la progenitora, de 36 años, quien les aseguró que en ese momento se encontraba "celebrando el milagro de Dios de que sus hijos aún estén vivos". Y a pesar de que ambos se encontraban sin vida, ella les confirmó a los oficiales que los menores padecían problemas neurológicos y motrices, y que en ese momento estaban "dormidos" en el sillón.
En ese mismo instante en que los efectivos corroboraron que se trataba de dos cuerpos y no de jóvenes con vida, y sumada a las recientes declaraciones de la madre de ellos, el hecho de rezar y el contexto, se decidió arrestar, procesar e imputar a la mujer en una causa por "homicidio agravado por el vínculo" y tras ello, fue trasladada a la cárcel de Bouwer mientras se continúa con la investigación.
Por su parte, los cadáveres fueron llevados a la morgue para realizar la autopsia correspondiente y poder precisar más detalles sobre sus fallecimientos para esclarecer lo sucedido. La causa e investigación, quedó a cargo del fiscal Alejandro Peralta Ottonello, quien reveló que la sospechosa de 36 años será sometida a pericias psiquiátricas y que no descartan la idea de que formaba parte de algún culto religioso y todo tuvo que ver con la escena del crimen.