El 3 de mayo de 2007 cambió para siempre la vida no sólo de una familia entera, sino de todas las personas que estuvieron alrededor de ella. Pasaron 16 años de aquella noche en donde se vio por última vez a Madeleine McCann durmiendo en la cama del hotel en donde se encontraba de vacaciones con sus padres. La nena, de cuatro años, desapareció mientras sus progenitores cenaban en un restaurante y nunca más se supo nada de lo que sucedió.
Desde aquella noche calurosa que las alarmas se encendieron por la desaparición de Madeleine, tanto la Policía como los investigadores de la causa y la familia no dejan de buscar el paradero de la joven, que al día de hoy tendría 20 años. Por esta razón, es que todos los años vuelven a surgir pistas que podrían dar con la persona que se encargó de secuestrar a la menor.
Hasta el momento, el único detenido en la causa simplemente por ser sospechoso es Christian Brückner, que está señalado por abusar sexualmente de una mujer de 72 años y además, acusado de ser el responsable del crimen de la menor de edad, dado que se revelaron videos del imputado en donde dejó registrados varios de sus delitos.
Fueron varias las personas que brindaron pistas y señales sobre que realmente Brückner fue el encargado de secuestrar a Madeleine. El último relato lo brindó Hegel B, en junio del 2023, en donde aseguró en una entrevista realizada para el diario alemán BILD, que conoció al sospechoso en un estacionamiento en Portugal, mismo país donde fue secuestrada la criatura, que el imputado le había dicho que "solía escabullirse dentro de hoteles porque era buen trepador y que entraba normalmente por los balcones".
Aquella información fue más importante de la que se esperaba, porque al atar cabos, McCann fue secuestrada siendo robada desde el balcón de la pieza del hotel en donde dormía, por lo que podría haber sido efectivamente secuestrada por Brückner. Además de ese dato, también confirmó que encontró videos del acusado abusando sexualmente de una mujer y diversas declaraciones que podrían asimilarse con el caso.
Hoy, a casi siete meses de esa última pista en el caso, se reabrió la investigación con una nueva declaración que ayudaría a tener mucho más blanqueada la situación en la que se secuestró a la menor. Se trata de Ken Ralphs, un británico que vivía en la misma comunicada nómada que Brückner y que aportó datos específicos en la causa.
Según informó el medio Sky News, Ralphs, un reconocido antiguo activista político en el Reino Unido, confirmó que una semana antes de que se dé la desaparición de Madeleine, se estaba tramando un plan en Portugal para secuestrar a un niño y vendérselo a una pareja sin hijos. El motivo de eso era específicamente para poder contar con el dinero que se ofrecía.
¿Cuál fue la idea de Brückner? Según relató Ralphs, el imputado le ofreció a un amigo en común que tenían ambos que se encontraba en una mala situación económica, encontrar un niño en Portugal y venderlo a una pareja para poder reclutar una cierta cantidad de dinero que ayudaría a ambos. La identidad de aquel amigo no fue revelada por ciertas cuestiones legales que podrían complicar la causa.
"Una noche estábamos sentados alrededor del fuego después de comer, nos tomamos unas cervezas y de madrugada mi amigo empezó a llorar. Le pregunté qué le pasaba y, al final, me confesó que se había liado con Christian para robar un niño de Praia da Luz a una familia rica", fue lo que declaró el activista político.
"Christian sabía que el tipo era vulnerable y quería viajar al extranjero, pero no podía marcharse porque no podía pagar los billetes de avión", detalló Ralphs, dando a entender que Brückner quería aprovecharse de la delicada situación del hombre para poder secuestrar a Madeleine. En esa misma línea, confesó que al enterarse, le propuso al amigo en común que en vez de involucrarse en ese macabro plan, lo ayudaba económicamente para poder regresar hacia el destino requerido.
"Le dije que no podía involucrarse en el secuestro de una persona para pedir rescate, eso es ridículo", contó y dejó expuesta la respuesta del hombre. "Entonces, en ese momento, él me explicó que no era así cómo yo lo estaba diciendo, sino que Christian tenía un cliente, un comprador en fila, una pareja alemana que no podía tener hijos y que estaba dispuesta a poner el dinero suficiente para tenerlo".