Los alegatos en el juicio por el asesinato de Fernando Báez Sosa duraron más de tres horas y media. Los Tribunales de Dolores estuvieron repletos como nunca. Los fiscales Gustavo García y Juan Manuel Dávila tomaron la posta para demostrar el accionar realizado por los rugbiers de Zárate Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano (21), Ciro (22) y Lucas Pertossi (23) para matar a Báez Sosa.
Por todo eso, la querella los considera coautores del delito de "homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas, en concurso ideal con lesiones". En ese sentido, el fiscal Dávila pidió, en nombre del Ministerio Público Fiscal, que los ocho acusados sean condenados a la pena de prisión perpetua.
Durante su exposición, el fiscal dijo: "Señores jueces, se ha acreditado la materialidad. Cabe bajo la figura de homicidio doblemente agravado por alevosía y en concurso premeditado de dos o más personas y lesiones leves reiteradas”. Además También pidió que se abra una investigación por mal testimonio contra Juan Pedro Guarino y Tomás Colazo, dos amigos de los rugbiers, porque sostiene que mintieron en su testimonial.
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En el cuarto intermedio, que duró cerca de 40 minutos, Silvino y Graciela, los padres de Fernando, se refugiaron como siempre en un pasillo contiguo a la sala de audiencias. Siempre juntos, hablaron con BigBang y afirmaron: "Estamos conformes con el pedido de perpetua hecho por la fiscalía". En ese momento, los acompañaba la hermana Martha Amelia Pelloni, quien se hizo famosa a principios de los 90, tras el brutal femicidio de María Soledad Morales en Catamarca.
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La llega de Pelloni a Dolores fue gestionada por un canal de televisión. En la mañana, bien temprano, la monja realizó una entrevista exclusiva con Telefe desde su remís. Luego ingresó a los Tribunales para estar cerca de los padres de Fernando. La religiosa también forma parte de un especial del noticiero sobre el abogado de la familia, Fernando Burlando.
Antes de la exposición de Dávila, el fiscal García, dejó en claro que los ocho imputados había atacado a Báez Sosa: "Le pegaron por sorpresa, a traición, sin que tuviera ninguna posibilidad de defenderse". También encuadró al delito como un "homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas en concurso ideal con lesiones".