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"Este hijo de p... no daba para más": el doble relato de cómo mataron y descuartizaron a "Lechuga"

La nueva línea del "crimen por celos" de uno de los imputados.

12 Septiembre de 2023 12:48
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Cuando el 23 de julio encontraron descuartizado en un predio de Ingeniero Budge al empresario Fernando "Lechuga" Pérez Algaba, el caso apuntaba a que sería un misterio muy difícil de resolver. Aunque en los hechos, la investigación en los últimos meses avanzó al punto de casi tener comprobada toda su teoría, la cual a partir del testimonio que brindó el empresario de la construcción Maximiliano Pilepich sobre los mortales disparos por la espalda que le habría efectuado su amigo Nahuel Vargas, se profundizó mucho más.

"Ya está, no aguantaba más, hay límites", fueron las palabras con las cuales el 18 de agosto pasado Vargas había declarado, acusando a Pilepich de haberlo hecho por una deuda de 150 mil dólares por la que el empresario que apareció en una valija lo extorsionaba. Ahora fue el turno del otro hombre de hablar ante el fiscal titular de la Unidad Funcional de Instrucción 5 de Lomas de Zamora Marcelo Domínguez, y la versión fue totalmente opuesta.

Si bien ambos reconocieron que el lugar de los hechos fue el emprendimiento inmobiliario "Renacer" de General Rodríguez, la disputa es respecto a la autoría de los disparos. Según Pilepich, Vargas estaba "desencajado con una pistola en la mano", mientras "Lechuga" estaba tirado en el piso. "Este hijo de puta no daba para más", aseguró que le dijo Vargas.

Respecto a la acusación de una deuda que mantendría con el empresario, Pilepich la negó y otorgó un móvil distinto al respecto, ya que aseguró que el crimen fue por celos porque Pérez Algaba mantenía relaciones con una ex pareja de Vargas, de quien hasta le mostró una imagen en el teléfono celular. "Fernando estaba cambiando unas lamparitas y (Vargas) le pegó dos o tres tiros, no sé dónde se los pegó. Dijo que se le había nublado la vista y le disparó", precisó.

La hipótesis de los celos no cierra por ningún lado para los investigadores del Ministerio Público Fiscal (MPF). Ellos siguen insistiendo que el móvil del crimen es la deuda que Pilepich mantenía con Pérez Algaba por los 50 mil dólares y 17 terrenos del predio "Renacer".

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Según el testimonio, Vargas tomó un arma que estaba en la cintura de Pérez Algaba y fue con esta que le disparó dos veces. "Cuando recibió los disparos, Fernando saltó y atravesó una ventana y quedó tirado a unos metros de la casa", aseguró. Luego el ejecutor lo tapó "con una chapa o una puerta", mientras que él "se arrodilló en el pasto y se agarró la cabeza" sin entender a fondo "lo que había pasado".

Las coincidencias entre los dos testimonios vuelven a conectarse con lo que sucedió después. Ya que fue Pilepich quien recordó a Luis "Chicho" Contrera, un contacto del mercado ilegal de autopartes que le había dicho: "Si alguna vez te pasa algo, tenés que hacer desaparecer a alguien, contá conmigo". A él le llevaron el cuerpo y las pruebas a Ingeniero Budge, quien "se encargaría de Fernando, del Volkswagen Polo y de la pistola" por la módica suma de 500 mil pesos.

Asesorado por su  abogado defensor Enrique Tronceda, desmintió la acusación que había hecho Vargas contra él, respecto a que la demolición del lugar en donde asesinaron a "Lechuga" se había dictado para eliminar pruebas. Según su versión, esto estaba "haciéndose desde antes, porque entraba gente a las construcciones que ya existían y robaba cables, lámparas y demás objetos".

El MPF tampoco cree en esta versión. Y fue por eso que, tras los rastrillajes ordenados por Domínguez, en el lugar de los hechos encontraron e incautaron una hoja de sierra tipo amoladora dentada, tres guantes de nitrilo, un clavo con manchas hemáticas y otras cinco muestras similares en un pedazo de escombro, que estiman pertenecía a un piso de los demolidos.

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Tras su detención, Contrera reveló que en efecto el 19 de julio Pilepich y Vargas se trasladaron a donde estaba él en un Volkswagen Polo y un Ford Ka para que haga desaparecer el cuerpo de "Lechuga", ya descuartizado y en una valija. Su hermana Alma Nicol Chamorro fue la primera detenida en la causa, y quedó en libertad tras demostrarse su carencia de vínculos con el ilícito. También Gladys Cristaldo salió libre, la dueña de la casa donde encontraron prófugo a Pilepich.

El caso ya tiene identificados a los dos como autores del crimen y procesados por "homicidio cuádruplemente agravado por el uso de arma, alevosía, codicia y el concurso premeditado de dos o más personas", al igual que los otros cinco detenidos, el comisario mayor de la Policía de la Ciudad, Horacio Mariano Córdoba; la gestora Flavia Lorena Bomrad; y Fernando Gastón Carrizo y Matías Ezequiel Gil, dos empleados y amigos de Pilepich.

El misterio que parecía imposible de resolver ya tiene a dos coautores, aunque uno fue el tirador y ejecutor. Por más que Pilepich busque escaparse como en las semanas en las que estuvo prófugo, la investigación tiene mucho en su contra. Esto no quiere decir que Vargas sea inocente, ya que ambos se encargaron, siempre de acuerdo a la teoría del fiscal, de llevar el cuerpo para que desaparezca.