Los vecinos de Ciudad Evita, en el partido bonaerense de La Matanza, una de las localidades más golpeadas por la inseguridad, fueron testigos de la crueldad de dos delincuentes de entre 18 y 20, quienes ayer cerca de las 17:30, en la intersección de la avenida Tte. Gral. Juan Domingo Perón y Maracaná, le dispararon en el rostro a un niño de 12 años identificado como Joaquín, cuando volvía de la escuela.
La Policía Bonaerense todavía no catalogó el episodio como intento de robo, porque según testigos, los atacantes no se llevaron nada de valor.
El menor fue auxiliado por Jésica, una empleada de una pollería de la zona, quien utilizó un delantal para frenar el sangrado que generó el balazo que ingresó en el pómulo derecho de la víctima. "Se estaba desangrando y la gente no hace nada. Puede ser el hijo de cualquier persona y la gente solamente mira. Parece que ven sangre y no se meten", protestó ante las cámaras de televisión presentes en el lugar, y destacó que cuando el chico se comunicó por teléfono con Natalia, su madre, le aseguró que no había hecho nada malo: "Venía caminando y me dieron un tiro, nada más".
Luego de este llamado, la madre se acercó al supermercado chino donde Joaquín se encontraba y, tras esperar una ambulancia unos minutos, lo trasladaron en un auto particular al Hospital Ballestrini, donde el menor fue estabilizado y luego derivado al Hospital Italiano de San Justo.
Mataron a un chico de 13 en medio de una balacera: "Él quería sacarme de este barrio peligroso"
"Esto que estamos viviendo no da para más"
"Esto tiene que cambiar. No puede ser que quienes están en el poder estén como si nada y nosotros, los que trabajamos y cumplimos para pagarles a estos vagos, drogones, que no les importa nada, no podamos ni salir a la calle. Por un milímetro no le volaron la cabeza. Se tiene que terminar esto de una vez, nos están matando como a perros", protestó la madre del menor esta mañana ante las cámaras de TN.
En su testimonio, llegó a la misma conclusión que miles de argentinos que se van del país, golpeados por la dura situación económica y social, y los graves hechos de inseguridad. "Le dije a mi marido: 'vendamos todo, entregá la casa y nos vamos, no quiero más' ", refiriéndose al domicilio que adquirieron con su pareja a través de un préstamo UVA hace cuatro años.