Luego de que se diera a conocer detalles del trágico desenlace de Joaquín Sperani, el adolescente que brutalmente mataron en Córdoba, su mamá, Mariela Flores, decidió enfrentar las cámaras de televisión minutos después de haberle dado cristiana sepultura. “Estoy vacía porque perdí a mi hijo. Estoy muerta en vida. Por fuera parece que estoy entera, pero por dentro no siento latir mi corazón. Me morí junto con mi hijo”, dijo, entre lágrimas.
“Necesito muchas respuestas que no las encuentro y no me las dieron. El tiempo que se perdió en buscarlo. El tiempo en que buscábamos por otro lado y mi hijo estaba atrás. Pasamos muchas veces por esa casa y nunca se nos dio por entrar. Pensábamos que la policía había pasado por ahí”, agregó. En cuanto al mejor amigo de su hijo, quien confesó el crimen ante las autoridades que llevan adelante la investigación del caso, la mujer manifestó en diálogo con Telenoche: “Decía que Joaquín le había dado el celular y que se iba a ir con una familia que lo iba a tratar mejor. Me empecé a desesperar porque pensé que me iban a sacar a mi hijo del país”.
Una foto, bullying y la brutal confesión de su amigo: la hipótesis del crimen de Joaquín
“Si lo mató, ¿no pudo ir a la escuela con manchas de sangre en la ropa? Me hace pensar que no actuó solo. Mi hijo tenía el rostro destruido. Tengo muchas preguntas y pocas respuestas”, agregó. Cuando fue consultada por la relación de su hijo con el presunto asesino, aseguró que se conocían desde muy pequeños.
Por su parte, Martín Sperani, el papá de Joaquín, dijo: “Vi a los papás del presunto asesino en el momento de los rastrillajes, ellos estuvieron en la marcha y todo”. A lo cual Mariela sumó: “Ellos nos ayudaron la primera noche a buscar, por eso digo que el chico también engañó a los papás, cuesta creerlo. Si fue él, es un psicópata”.
La coartada del chico acusado de matar a Joaquín
Se cree que Joaquín había llegado una hora antes al Ipem N°278 “Malvinas Argentina” donde estudiaba junto a Leonardo, el adolescente de 13 años que sigue detenido en un centro penal juvenil de la capital cordobesa. Aún es una gran incógnita qué fue lo que motivó a ambos a abandonar la escuela e irse caminando en dirección a esa casa abandonada.
Se cree que hubo dos motivos que hicieron que nadie en la escuela sospechara de Leandro. El primero tiene que ver con que cuando el chico volvió a ingresar al aula, su ropa estaba impecable, sin ninguna mancha de sangre; el segundo es que no demoró demasiado tiempo en regresar y, por lo visto, ni sus compañeros ni sus docentes se percataron de su ausencia.
"Es un psicópata": tenía 14 años, lo encontraron muerto en una casa abandonada y detuvieron a su amigo
A la vez hay algunos aspectos clave que las autoridades de la escuela no vieron y que el lunes por la noche, luego del entierro del adolescente de 14 años, denunció la mamá de la víctima. El primero tiene que ver con que Joaquín dejó su mochila y su bicicleta cuando salió del colegio para caminar junto con su amigo. Las horas pasaron y no hubo ni un directivo o docente que sospechara de eso.Y el segundo aspecto es el bullying que supuestamente recibía Joaquín en el colegio. Según contó su madre, la víctima sufría de acoso escolar y algunos de sus compañeros le arrancaban las hojas de la carpeta y lo agredían durante las clases. El lunes por la tarde, la directora del Ipem Nº 278 “Malvinas Argentinas” salió a desmentir las versiones del bullying y luego de un violento enojo no quiso hablar más con los medios que estaban presentes en Laboulaye.