Tras 34 días de intensa búsqueda, finalmente Josías Ezequiel Galeano, de 15 años, fue encontrado muerto en un pantano en la localidad de Oberá. Si bien la autopsia ya se realizó, no se pudo establecer aún cómo fue que el chico resultó asesinado, aunque ya hay una persona detenida sospechada de ser el autor material del crimen.
"Luchamos con alma y fuerza, papi, y te encontramos como no queríamos, bebé", escribió en sus redes sociales el papá del adolescente, quien comentó que está seguro de que su hijo fue asesinado de la peor manera por gente que encubrió toda la situación.
"Ojalá que cargue en su conciencia porque no solo el HDP tuvo la culpa, sino todos lo que lo encubrieron. Ojalá que no duerman tranquilos. Deberían ir todos presos por encubrimiento, malditos. Era solo un niño", agregó.
Sobre esto, el padre de Josías contó a El Tribuno que mientras pegaba afiches con la cara de su hijo, le había llegado una información que hablaba del hallazgo de un cadáver cerca de la Comisaría 5° de Oberá, y que por eso alertó a la Policía, aunque no le prestaron atención.
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Según lo que se pudo reconstruir, la mamá de Josías lo denunció como desaparecido el 3 de mayo pasado, día en que se presentó en la comisaría para decir que su hijo había salido de su domicilio el 30 de abril en el barrio Villa Blanquita de Oberá para ir a cortarse el pelo y que hasta ese entonces no había vuelto.
Tras 34 días, su cadáver fue encontrado sumergido en un pantano en el barrio San Miguel, a unos 6 kilómetros de donde vivía, en inmediaciones de una zona que ya había sido rastrillada con anterioridad. "Estaba semihundido en el agua. El cráneo, la cara y el cuello carecían de partes blandas producto de la acción de la fauna regional. También le faltaban ambos pies. En un principio fue imposible confirmar si se trataba o no de Josías", indicaron fuentes de la investigación a los medios locales.
De hecho, la identidad de Josías pudo ser confirmada gracias a que sus papás reconocieron tres tatuajes que tenía en las piernas y los brazos. En base a lo que trascendió del informe preliminar, se sabe que la muerte se produjo entre 20 y 25 días antes del hallazgo del cuerpo. El cadáver fue encontrado con el pantalón y calzoncillos bajos, por lo que no se descarta un abuso.
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Hasta el momento el único sospechoso fue identificado como Andrés “Koki” T, de 24 años, quien el viernes fue detenido en un yerbal situado sobre la ruta provincial 13, en San Vicente. El implicado fue alojado en la Seccional Tercera de Oberá, donde se halla incomunicado.
El Juzgado de Instrucción Dos, a cargo de Horacio Alarcón, lleva adelante la investigación y en las próximas horas se resolverá citar al acusado para que preste declaración.
Además, la mamá de la víctima pidió que se haga una segunda autopsia con otros profesionales. “Tengo muchas dudas porque desde el primer momento hubo irregularidades. Identifiqué a mi hijo por tres tatuajes que tenía, pero también vi golpes. Estoy segura de que a mi hijo lo torturaron”, aseguró Carolina Ramírez.
“No sé de dónde saco fuerzas, pero no voy a dejar esto así. Quiero saber qué pasó, quién le hizo esto y por qué. Que no me vengan con que no se sabe cómo lo mataron. No me voy a conformar con eso”, sostuvo en diálogo con El Territorio.