18 Diciembre de 2017 17:55
Florencia Di Marco tenía 12 años cuando fue abusada y asesinada, en marzo de este año. Mientras su madre, Carina Di Marco, estaba internada para dar a luz, su padrastro Lucas Gómez simuló que llevaría al colegio a la menor junto a sus otros hermanos. Horas más tarde denunció su desaparición y brindó notas en los medios en los que se mostraba consternado.
Dos días después, encontraron el cuerpo de la niña con signo de estrangulamiento y semi desnudo debajo de un puente en la localidad de Saladillo, San Luis. Tras la autopsia se confirmó que había sido violada.
Florencia tenía 12 años.
Los resultados indicaron que el padrastro fue el autor del abuso y crimen de la niña. Quedó detenido y en su celda, días después, se suicidó. Pero según la Justicia no actuó solo.
Los signos en el cuerpo de la menor y otros síntomas en su comportamiento señalaron una aparente habitualidad en el sometimiento sexual y señalaron a Carina como cómplice de su accionar. Por ese motivo, y luego de varios meses de investigación, el fiscal a cargo de la de la causa de los abusos pidió 17 años y seis meses de prisión para la madre de la víctima.
El fiscal Esteban Roche sumó a la investigación las pericias psicológicas que se le realizaron a la madre de Florencia y sostiene que la mujer sabía que su pareja abusaba desde hace tiempo de su hija mayor y no hizo nada para detener la situación. Por ello, la acusó como partícipe necesaria de los ultrajes.
Si Carina hubiera denunciado a su concubino, si hubiera actuado cuando las maestras de Florencia le comentaron que la niña había confiado que él la tocaba, si ella hubiera dejado de convivir con él, los abusos no habrían continuado y tal vez la menor estaría viva.
LO QUE CONTIENE LA CAUSA
En la investigación se sumaron los testimonios de las maestras de la escuela Ameghino a la que concurría la menor y de los vecinos de la localidad mendocina de Palmira que mantuvieron contacto con la pequeña, al igual que sus familiares directos.
Carina se abstuvo a declarar.
Las antiguas docentes de la institución Florentino Ameghino, en Palmira, a la que asistía cuando vivían en Mendoza contaron que le habían dicho a la madre de Florencia que la niña había relatado en varias oportunidades distintos episodios de abuso en manos de su padrastro.
La madre respondió que la niña mentía para faltar a clases. Pero tampoco existió ninguna presentación de las autoridades de la institución ante la Justicia frente a esos comentarios.
En esa línea, la jueza Virginia Palacios reveló que el abuelo materno de Florencia declaró que la niña no quería estar en San Luis, que tenía terror de vivir en su casa, que le había dicho a su madre y a su padrastro que a la noche le zarandeaban la cama, sentía una presencia, pero no le dieron bolilla. A eso, se suman lo que dijo de la madre de Lucas Gómez ante la Justicia.
"La señora manifestó que había actitudes que no le gustaban tanto de su hijo como de Carina. La madre le decía 'prostituta' constantemente a la niña. La habían entrar al baño para acercarle las toallas al padrastro. A veces se quedaba un tiempo allí", describió Palacios.
La pareja se mostró consternada cuando denunció la desaparición.
CÁMARA GESELL
También en dos oportunidades, el hermanito de Florencia de 9 años fue entrevistado en Cámara Gesell. El niño vio a su hermana por última vez en el interior del auto, cuando, presuntamente, ya estaba sin vida. Gómez les dijo que estaba dormida.
El niño y su hermano menor estaban sentados en la parte de atrás. Gómez lo dejó en su escuela y siguió su camino. Según la reconstrucción de los hechos realizada por los investigadores, Gómez luego se dirigió a la zona del terraplén, en Saladillo, en donde el cuerpo de la menor fue encontrado semidesnudo.
Ahora, los hermanos de Florencia, entre ellos la bebé que nació en la misma semana en la que ocurrió el crimen, quedaron al cuidado del hermano de la mujer que ahora espera la fecha del juicio donde se resolverá cuál será su sentencia.