Juan Gregorio Díaz tenía 42 años, era empleado de mantenimiento del centro de diagnóstico DIM y, como suele ocurrir en la mayoría de los casos, era un padre que se preocupaba, y mucho, por la seguridad de su hijo. Fue por esta razón que se dirigió a bordo de su moto TKM 250 a buscar al adolescente de 15 años al colegio Santa Marta, ubicado avenida Vergara y Juan de Salazar, Morón.
Juan Gregorio Díaz tenía 42 años
Sin embargo, en cuestión de segundos lo que parecía un feliz regreso a casa se transformó en una pesadilla. A poco de comenzar a circular en dirección a su hogar por la avenida Juan B. Kiernan, Díaz advirtió que tanto él como su hija eran seguidos por dos personas con casco a bordo de otra moto, aparentemente de 120 cc de cilindrada.
Tan solo cinco cuadras le bastaron a los dos sospechosos para acercarse de forma brusca a la moto en la que iban padre e hijo con intenciones de robarla. Por esta misma razón, Díaz aceleró de inmediato para escapar. Rápidamente los delincuentes comenzaron a perseguir a las víctimas y al ver que no lo podían alcanzar, les dispararon.
A Díaz, el disparo le entró por la espalda, mientras que su hijo fue herido en uno de sus brazos. A pesar de la grave herida que recibió, Díaz siguió manejando la moto dos cuadras más con el objetivo de cuidar a su hijo, pero pese al esfuerzo, su cuerpo dijo basta y finalmente cayó al suelo junto al adolescente, en Avenida Kiernan y Orué.
La moto que fue robada.
Cuando el hombre y su hijo cayeron al suelo, los ladrones aprovecharon la ocasión para robar la moto, algunos objetos de valor de las víctimas, y los dejaron tirados en la calle, para escapar luego en sentido contrario. Ambos fueron trasladados en ambulancia hacia un hospital de Haedo, donde finalmente el hombre murió minutos después debido a la gravedad de las heridas.
Por su parte, el adolescente fue derivado luego al Sanatorio de la Trinidad Ramos Mejía, donde esta tarde permanecía internado en observación, pero fuera de peligro. En el lugar del hecho, efectivos de la Policía Científica levantaron rastros y se secuestraron registros de las cámaras de seguridad de viviendas ubicadas en el trayecto que hicieron de 10 cuadras.
Interviene en la causa el fiscal Claudio Oviedo, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 5 del Departamento Judicial de Morón, quien caratuló la causa “homicidio agravado por el empleo de arma de fuego” por el hombre y el mismo delito pero en “grado de tentativa” por su hijo.
Por su parte, en la cuenta de Facebook oficial del centro de Diagnóstico Dim, subieron fotos de la víctima y publicaron un comunicado en que el que afirmaron: “Una familia quedó destruida. Un hijo vio morir a su padre. El único sustento económico que tenía esa familia ya no está. Una vida fue arrebatada por un elemento material. Esto, definitivamente, no puede volver a pasar".
El fiscal pidió que se acerquen a la fiscalía aquellos testigos que hayan visto circular anoche la moto robada a Díaz para poder identificar a los asesinos.