04 Febrero de 2022 11:42
La causa por el homicido del ex rugbier Marcelo Longhi dio un giro en las últimas horas con la detención de su socio, Pablo Achard. Las autoridades lograron aprender al sospecho luego de analizar una prueba que estaba en los calzoncillos de la víctima: una hoja de eucalipto.
Mediante esa evidencia la Justicia terminó por corroborar la hipótesis de que el crimen no se había perpetrado en el lugar en donde encontraron el cuerpo de Longhi, sino que lo desnucaron en otro lado para luego trasladarlo allí. Se cree que ocurrió en el campo de ambos socios.
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Achard, de 44 años, es dueño de una empresa de seguridad privada. Fue uno de las primeras personas del entorno de la víctima en prestar colaboración al punto tal de que declaró varias veces como testigo. Las autoridades sostienen que era una forma para buscar desviar el foco de atención.
Sin embargo hoy fue detenido por personal de la Policía de la provincia de Buenos Aires en su casa en Vicente López. Allí encontraron documentación, y una pistola con la licencia vencida, entre otras cosas. Además de llegar a él por la mencionada evidencia, otra de las cuestiones clave para la Justicia fue el entrecruzamiento de los celulares de la víctima y el registro de sus últimas conversaciones.
Allí se dieron cuenta de que no había ninguna visita planeada para ver terneros u otro negocio relacionado con el agro. Por esa cuestión fue que empezaron a dudar no sólo de Achard sino también de otras de las personas que más colaboró con la causa en los albores de la misma: Ramón Roberto Flores, el casero del campo, hoy buscado por la policía.
En sus declaraciones ambos, además, sostuvieron que Longhi se había movilizado con su camioneta algo que se terminó comprobando que era mentira. Con todos estos datos, estas dos personas se pusieron en el centro de atención de la Justicia, que buscará en las próximas horas empezar a dilucidar el móvil del crimen.
La mujer de Longhi declaró como testigo acompañada por su abogado Alejandro Broitman y entregó una computadora que su marido utilizaba en su lugar de trabajo en el Club Municipal de Vicente López, del que era presidente. También se estableció que el teléfono celular no tenía activado el rastreo satelital, por lo que los investigadores aún desconocen los lugares en los que estuvo Longhi antes de ser asesinado. “La oferta por los carneros nunca existió. Era toda una fantasía creada por Achard”, detalló Broitman en declaraciones al canal de noticias TN.