25 Septiembre de 2024 09:59
Semanas atrás, el Ministerio Público Fiscal de Mendoza autorizó la salida del país de los rugbiers franceses Hugo Auradou y Oscar Jegou denunciados por una mujer de 39 años de haberla abusado sexualmente en un hotel de dicha provincia. El hecho se dio en la madrugada del sábado 7 de julio cuando la mujer denunció que fue abusada en una habitación del hotel Diplomatic por parte de los dos integrantes de la Federación de Rugby de Francia (FRF), quienes habían llegado a Mendoza para disputar un partido contra Los Pumas. El pasado 12 de agosto, el fiscal adjunto en lo penal, Gonzalo Nazar, ordenó la liberación de los acusados alegando que no había elementos de convicción suficientes para requerir la prisión preventiva de los jugadores y, además, sostuvo que había contradicciones en el relato de la víctima.
En este contexto, el informe pericial de la víctima, que ya está en manos del fiscal de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual de Mendoza Darío Nora, deja muy mal parada a la joven. Sin ir más lejos, los peritos señalaron que modificó su relación con los rugbiers para justificar su participación voluntaria en los hechos, resultando en una narrativa incoherente y poco confiable. Además, detectaron contradicciones, vaguedades y omisiones en su testimonio, lo que sugeriría un relato manipulado.
De acuerdo con el documento, el relato de la mujer "presenta características que dan cuenta de una acomodación del mismo como modo de ir justificando su participación voluntaria en los hechos que se denuncian, tomándose por momentos incoherente y poco sustentable desde el punto de vista lógico, ya que van sumándose detalles que lo vuelven inverosímil y no confiable".
Cuando los peritos le presentaron los mensajes de WhatsApp que le envió a su amiga la noche de los hechos, la víctima -de acuerdo con el documento- mostró evasión y minimizó su contenido, reconociendo solo sentimientos de humillación y vergüenza, pero justificando sus palabras de manera poco convincente. "Se advierten contradicciones entre diferentes partes de la narración. Además, existen descripciones vagas y omisiones voluntarias", reza la pericia.
Y agrega: "Se muestra evitativa, aduciendo que se acuerda muy poco de estos, pero reconociendo la humillación y vergüenza que la invade frente a lo expresado en dichos mensajes de voz, esgrimiendo argumentos pueriles como forma de justificar los mismos". De acuerdo a lo informado por el sitio Clarín, fueron dos entrevistas psicológicas-psiquiátricas forenses, abiertas y semidirigidas, realizadas en un doble turno, el 13 de agosto de 2024. La mujer fue convocada otras tres veces, pero se ausentó.
El informe, a cargo de los licenciados Francisco Izura y el psiquiatra Leandro Fabián Silvestre (EPI), ambos por el Ministerio Público Fiscal, concluye que el relato de la joven de 39 años "no cumple con los criterios de credibilidad ni validez", y que su comportamiento durante la denuncia refleja un esfuerzo por presentarse a sí misma como una víctima sin responsabilidad en los hechos, exaltando su rol de madre y minimizando su participación en los eventos sexuales que denuncian.
Los peritos observaron que la víctima habría sido influenciada por comentarios de personas cercanas, como su madre y su amiga, lo que configuró una versión en la que ella se presenta como víctima pasiva y los acusados como agresores. "Se observó una tendencia a mostrar una imagen positiva de sí misma, apelando al ejercicio de su constante rol materno como modo de presentar un aspecto valorado de sí, intentando conmover a los entrevistadores", señalaron.
Se concluyó que la mujer buscaba desvincularse de cualquier responsabilidad, reforzando su imagen de persona humillada y abusada: "Se detectó una permeabilidad a los dichos externos, por ejemplo de su amiga, de su madre, como así también a los efectos de su relato en otras personas cercanas, como su padre. Todo esto habría ido configurando una forma de posicionarse frente a los hechos sucedidos y de vivenciar los mismos, apelando a una narrativa en la que ella aparece como víctima"
Y sentencia: "El discurso de la señora sufre, en virtud de lo antes dicho, una manipulación que tiene como finalidad reforzar el rol de cada uno de los participantes en los hechos denunciados, asumiendo ella un lugar pasivo frente al avance de los agresores, que eran, en su versión, los responsables del sometimiento, la violencia y los abusos. Lo ganancial en este caso, es quedar desvinculada de cualquier responsabilidad que la involucre en lo acontecido, exaltando una imagen de mujer humillada, maltratada y sometida, y negando su participación voluntaria en los hechos de contenido sexual que pretende denunciar".
A principios de septiembre, en diálogo con el programa Envoyé Special, la denunciante había dado más detalles del calvario al que fue sometida: dijo que conoció a Araudou en una discoteca y, tras compartir unos tragos, él y Jégou la invitaron al hotel Diplomatic con el pretexto de seguir bebiendo. Sin embargo, al llegar, notó que no había alcohol. Intentó retirarse, pero Araudou la sujetó violentamente del cuello y la cabeza, arrastrándola hacia la cama, donde la desnudó y comenzó a asfixiarla hasta casi dejarla sin aire. Cuando la joven lo golpeó en defensa propia, esto solo lo enfureció más.
Si bien explicó que buscó salir de la habitación, relató con angustia: "Y me hace con la cabeza No, no, no, no. Entonces me agarra del cuello y del cuero cabelludo arrastrándome hasta la cama. Me empieza a desvestir como un animal, me tira la cama ya desvestida y me empieza a ahorcar a tal punto de dejarme sin oxígeno". Luego, la situación empeoró con la entrada de Jégou, a quien la víctima inicialmente vio como una posible ayuda. "Después, cuando ingresa el rubio, que yo pensaba que era alguien que escuchó mi voz gritando; en vez de solidarizarse conmigo, lo único que hizo fue abusar también de mí", detalló.
Siempre según su relato, él también la agredió sexualmente, ignorando sus súplicas desesperadas para que la dejaran ir. La mujer explicó que, tras los abusos, quedó físicamente incapacitada para seguir gritando debido al daño en sus cuerdas vocales y que Jégou la violó sin usar protección. "A este punto yo ya estaba disfónica, ya no podía gritar porque tenía las cuerdas vocales comprometidas. Me abusa sexualmente el rubio. Una vez sin protección profiláctica", advirtió. Durante el ataque, la joven sufrió una serie de agresiones físicas, incluyendo golpes en la cara y cuerpo. No pudo escapar porque ambos hombres la mantenían vigilada.
Incluso, manifestó que, tras la brutal golpiza, temió por su vida y sintió que no sobreviviría si intentaba huir. "Lo más aberrante es que no sé cuál de los dos me pegó la trompada en el ojo y todo el mundo se pregunta: ¿Pero qué? ¿La puerta estaba abierta y no pudiste salir? No pude salir porque siempre venían detrás mío... Me quedé rendida después de tanta golpiza que me dieron, si intentaba algo, no sé si hoy estaría aquí en vida, porque me trataron salvajemente brutal, como un pedazo de carne".
Entre lesiones que sufrió, enumeró hematomas en el rostro, piernas, cuerdas vocales inflamadas, edemas en la glotis, un puñetazo en el ojo, mordeduras y arañazos en la espalda. Además, un dentista que la examinó informó que la víctima padece la enfermedad de Von Willebrand, un trastorno que afecta la coagulación de la sangre. "Tengo hematomas en los ojos, en la cara interna y externa de las piernas e inflamación aguda en las cuerdas vocales y edemas en la glotis", remarcó.