El 22 de agosto de 2011, Candela Sol Rodríguez, de 11 años, fue secuestrada y apareció muerta nueve días después, el 31 de agosto, con signos de violencia y hasta de violación. La autopsia refirió que había muerto "por asfixia mecánica por sofocación". Desde el 22 de agosto y hasta el 31 de agosto de ese año, quien estuvo en vilo buscando a Candela fue su madre, Carola Labrador. Fue ella misma quien le siguió los pasos a la policía y a los investigadores para que la muerte de su hija se esclareciera.
El caso se juzgó en dos partes. En el primer juicio fijaron prisión perpetua contra los dos autores del crimen: Hugo Bermúdez y Leonardo Jara. Se comprobó que ellos dos planificaron y llevaron a cabo el asesinato de la niña. Y este martes, se iba a celebrar la segunda jornada del juicio contra los autores intelectuales del crimen pero hubo un giro gigantesco en la causa de la mano de la misma Labrador que, a través de una durísima carta, decidió renunciar a su postura como querellante contra la investigación del capo narco de San Martín Miguel Ángel "Mameluco" Villalba.
Villalba habría dado la orden desde prisión de encontrar a Alfredo Rodríguez, que es ni más ni menos que el padre de la niña asesinada. En el relato que se estableció, Villalba se habría enterado que Rodríguez informaba, desde un helicóptero, dónde vendían drogas; es decir, lo había buchoneado y por eso habría mandado a matar a Candela.
Además de Villaba, en este segundo juicio se está dirimiendo qué roles ocuparon el ex policía Sergio Fabián Chazarreta; Héctor Horacio "Topo" Moreira que pertenecía a las fuerzas de seguridad y por último a un carpintero de la zona, Néstor Ramón Altamirano, que habría alimentado a la niña durante los días que la tuvieron secuestrada en la llamada "casa rosa", ubicada en Kiernan 992.
En ese terrible contexto, la mamá de Candela decidió pegar un volantazo que dio vuelta la causa: decidió bajarse como querellante a través de una carta que presentó con firmas de sus abogados, Fernando Burlando y Fabián Améndola. En ese texto apuntala la responsabilidad política que tienen los fiscales Mario Ferrario y Marcelo Papavero: "Durante todo este calvario hemos tenido que soportar, como si fuera un peso extra a la cruz que cargamos, la actitud de los fiscales, que lejos de darnos esperanzas de hallar justicia, lo único que han hecho es sumirnos en la oscuridad y producirnos todavía aún más dolor, dirigiendo sus embates contra nuestra familia".
Además consideró: "Su actitud inquisidora, sus elucubraciones, su voluntad para echar sospechas sobre una familia desgarrada y devastada por el dolor, han sido en todo este proceso actos verdaderamente canallescos que solo hemos soportado para no demorar el proceso de Justicia y castigo con los asesinos de Candela".
Labrador apuntó directamente a las implicancias que tuvieron los fiscales "ensuciando" el nombre de su familia: "Este accionar denigrante se repite nuevamente en este debate, tal como en el anterior, donde del mismo modo que aquí, han ensuciado a mi familia", expresó y siguió: "No encontramos razones valederas para sostener esta conducta. Por más que busquemos entre los sentimientos más viles que puedan inspirar este accionar, no hay forma de hallarlos".
Sin tapujos, la madre de Candela acusó a Ferrario y a Papavero: "Los fiscales militan y han militado la causa de la sospecha sobre nuestra familia para encubrir su accionar negligente, plagado de irregularidades e ilegalidades durante todo el proceso" y, para terminar, escribió: "Irregularidades que llevaron al fatal desenlace por haber desviado la investigación (...) cuyo resultado fue no haber podido hallar a tiempo y con vida a mi hija". En el escrito, la madre de Candela reconoce que los mismos fiscales llegaron "a los extremos de falsear pruebas detrás de siniestros intereses" y agrega: "No les interesa el descubrimiento de la verdad, sino probar su oscura hipótesis".
Contundentemente, terminó: "No es antojadiza nuestra postura: desconfiamos de quienes están para que confiemos en ellos. Seguiré muy de cerca este juicio, solicitando a los jueces que Dios los ilumine para impartir verdadera justicia y condenar a todos y a cada uno de los responsables por el crimen de nuestra hija".