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Grietas: las cuatro contradicciones que complican al médico

El peritaje balístico, el lugar en donde se encontró el arma del ladrón y las pericias de su cuerpo lo dejan en jaque.

por Manuela Fernandez Mendy

04 Septiembre de 2016 17:02
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La delgada línea judicial entre la defensa legítima y el homicidio agravado. Lino Cataldo Villar (61), el médico de Loma Hermosa que el viernes 26 acribilló a un delincuente cuando intentaba robarle su auto, está hoy bajo la lupa de la Justicia. Las contradicciones entre su relato de los hechos y los peritajes realizados podrían llevarlo de nuevo tras las rejas.

"Que esté en libertad no quiere decir que el proceso se haya cerrado, ni que el juez haya optado por la opción de legítima defensa, explicó la fiscal de la causa.

Villar Cataldo

El relato de Lino Cataldo Villar y las contradicciones con las pericias.

¿Disparó a “quemarropa”?

Las dudas iniciales de la fiscal de la causa, Diana Mayko, fueron sostenidas por los resultados de las pericias balísticas. Según los peritos de la Policía Bonaerense, los cuatro disparos efectuados por Cataldo Villar con la pistola Bersa calíbre 9 milímetros fueron a corta distancia y no desde el cantero de su casa, ubicado a cuatro metros de donde se encontraba el auto.

Además, las pericias confirmaron que los disparos no fueron realizados “al bulto”, como declaró el médico, sino que fueron efectuados desde una posición “cómoda”. Lo mismo cree Silvia, la madre de Krabler, quien en diálogo exclusivo con BigBang sentenció: "No fue defensa propia, lo acribilló a balazos. Le dio cuatro tiros".

¿Estaba armado Krabler al momento de recibir los cuatro disparos?

El lugar en el que las autoridades encontraron la pistola de la víctima, Ricardo Krabler (24), también complica su coartada. ¿Por qué?

[EXCLUSIVO] Las imágenes de BigBang que confirman que el ladrón no estaba apuntándole al médico.

El médico aseguró que el ladrón lo estaba apuntando al momento de la balacera, pero las fotos que BigBang publicó en exclusiva confirman que el arma fue encontrada debajo del cadáver, lo que indica a priori que el delincuente no se encontraba armado.

¿En dónde tenía el arma el médico?

“Les juro que el arma estaba en el cantero”, fueron las primeras palabras del médico ante los oficiales que se hicieron presentes en la escena del crimen. Según su versión, el hombre apoyó el arma detrás de la reja perimetral cuando abandonaba su consultorio. “Como hago siempre, por seguridad”, reforzó.

El cantero de la casa se encontraba a cuatro metros del auto.

En dónde estaba el arma del médico es ahora una de las principales dudas de la fiscal, porque puede derrumbar por completo la figura de “legítima defensa” que los abogados de Cataldo Villar intentan imponer.

Tal como pudieron confirmar los peritos, Krabler no pudo arrancar la Toyota Corolla porque tenía caja automática. La fiscal busca determinar si ese fue el lapso utilizado por el médico para ingresar a su casa, tomar el arma y rematar en venganza al ladrón.

¿Fue atropellado?

Cataldo Villar aseguró que Krabler se acercó corriendo y que, luego de darle un “culetazo en la cabeza”, lo apuntó con el arma y le ordenó bajarse del auto al grito de: “Hijo de puta, te mato”. “Después se subió al auto, hizo marcha atrás y con la rueda delantera izquierda me pisó las dos piernas”, sumó.

Según el médico, el delincuente le tiró el auto. Pero las pericias lo desmienten.

“Después este hombre avanzó con el auto hacia donde yo estaba tirado en el piso. Como me dolían las piernas, rodé hasta la línea perimetral de mi consultorio y, estirando la mano, tomé la pistola que había dejado en el cantero”, detalló el médico.

Pero las pericias médicas en su cuerpo tampoco le dan la razón: según las pesquisas, las lesionen del médico no son compatibles con su versión de que el auto le pasó por encima.

El relato del médico en 14 frases

 

El miércoles por la noche, sólo horas después de que el juez de la causa le otorgara la "excarcelación extraordinaria" por sus problemas coronarios, el médico asistió al programa Animales sueltos y dio su versión de los hechos.

"Cuando me iba del consultorio, como hago siempre, por seguridad, tomé mi Bersa Thunder Pro 9 milímetros y la apoyé en el cantero detrás de la reja perimetral".

"Después de hablar con un vecino, subí a mi Toyota Corolla y lo saqué marcha atrás del garaje".

"Estaba con la ventanilla baja y cuando terminé de sacar el auto advertí que venía corriendo un hombre."

"Apuntándome con el arma, se paró al lado del auto y, sin mediar palabra, me dio un culatazo en la cabeza. Me dijo: 'Bajate hijo de puta que te mato'".

"No sé quién abrió la puerta, pero este hombre me tomó de la ropa y con mucha fuerza me tiró al piso".

"El ladrón se subió al auto, hizo marcha atrás y con la rueda delantera izquierda me pisó las dos piernas".

"Este hombre avanzó con el auto hacia donde yo estaba tirado en el piso".

"Como me dolían las piernas, rodé hasta la línea perimetral de mi consultorio y estirando la mano tomé la pistola que había dejado en el cantero".

"Cuando giré vi que el hombre tenía la puerta abierta y apuntándome con un pistolón me gritó: '¡Te mato hijo de puta, te mato, te mato!'".

"Con todo el dolor que tenía, me incorporé, me corrí de la línea de fuego y empecé a disparar al bulto, contra el auto".

"Sentí mucho miedo porque pensé que este sujeto me iba a matar con el arma con la que me apuntó. Por eso disparé con mi arma".

"No sé cuántos disparos efectué, si dos, tres o cuatro. No lo recuerdo".

"Luego de disparar, cerré el portón, entré a la casa, tomé el teléfono fijo y llamé al 911".

"Hace 25 años que soy usuario de armas de fuego. Hice el curso correspondiente y una vez por año voy al polígono a practicar tiro".

Cataldo Villar fue excarcelado el martes después de que el juez de Garantías, Lucas Oyhanarte, considerara su delicado estado cardíaco. Sin embargo, sigue imputado en la causa caratulada como “homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego”.

“La causal de legítima defensa aún no ha sido admitida, todavía no fue aceptada ni rechazada. Que esté en libertad no quiere decir que el proceso se haya cerrado, ni que el juez haya optado por la opción de legítima defensa”, explicó Mayko.

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