Las imágenes son espeluznantes. En ellas se puede ver como Sergio Raúl Sarria ataca brutalmente a su ex pareja, Débora, en una pizzería del barrio de Núñez donde ella trabajaba. El violento episodio ocurrió el lunes por la noche en la intersección de Quesada y avenida Cabildo y fue captado por las cámaras de seguridad del local. El agresor, de 41 años, ingresó abruptamente al establecimiento, tomó a Débora del cabello y la arrinconó en la cocina, donde la apuñaló repetidamente mientras ella intentaba defenderse en el suelo. Testigos del ataque intentaron auxiliarla arrojando objetos al agresor, quien gritaba descontrolado frases sobre su hija.
El ataque duró aproximadamente 40 segundos, tiempo en el que Débora sufrió heridas graves en el abdomen, el pecho, el cuello, la cara y los brazos. Dos policías que patrullaban la zona fueron alertados y llegaron rápidamente al lugar. La víctima, malherida pero consciente, logró apartarse del atacante. Sarria, en estado de agitación, amenazó con suicidarse y, de en un momento al otro, se autolesionó con un corte profundo en el cuello. Los agentes intervinieron para detener el sangrado y ambos fueron trasladados al Hospital Pirovano. La joven de 45 años sufrió múltiples lesiones, incluyendo una apuñalada en la órbita del ojo derecho y un profundo corte en el codo.
Afortunadamente, las heridas no resultaron mortales gracias a la intervención de un compañero de trabajo y un vecino que se animó a enfrentar al agresor. Tras recibir atención médica, Débora fue dada de alta, aunque continúa recuperándose físicamente y enfrenta un proceso emocional complejo. Mientras tanto, Sarria quedó detenido después del ataque y permanece internado bajo custodia policial. Según fuentes policiales, el incidente se desató tras la negativa de Débora a conversar con él, aparentemente en relación a su hija. La justicia ahora investiga los antecedentes del agresor y los hechos de violencia previos en la relación.
En un audio que le envió a Telenoche, Débora describió el ataque como "aterrador" y afirmó que Sarria intentó matarla "como un animal". Durante el ataque, contó que no escuchó ninguna de las palabras que habría dicho Sarria durante el ataque, solo golpes y apuñaladas en diversas partes del cuerpo. Agradeció la ayuda que recibió y reconoció que las personas que estuvieron a su lado en ese momento fueron claves para sobrevivir. "Entró por la fuerza, atacó a mi compañero, después me atacó a mí. Me atacó con alguna navaja, algún cuchillo que él trajo, después con un cuchillo con el que yo trabajo en la pizzería", contó.
Y sumó: "Es un cuchillo como de carnicero con el que corto las pizas. Me pegó por todos lados, me golpeó la nariz. Tengo una apuñalada dentro de la órbita del ojo derecho. El ojo también está medio complicado. Tengo un corte re grande en el codo porque justamente con ese cuchillo me cortó. Milagrosamente no logró matarme, creo que en gran parte por la ayuda que recibí porque lo trataron de golpear, de quitármelo de encima, pero estaba furioso. Me quiso matar como un animal, la verdad. Cuando me atacó no me dijo nada, mientras me atacaba tampoco me decía nada, solo sé que me pegaba, me pegaba, me pinchaba por todos lados".
De acuerdo con su relato, todas las puñaladas fueron "en las costillas, en el cuello, en la cara, en el ojo". "Fue terrible, aterrador", afirmó. Débora también relató que la relación de 23 años con Sarria estuvo marcada por la violencia, pero nunca se atrevió a denunciar por temor a las consecuencias: "Siempre supuse que si lo denunciaba le hacía algún daño. Nunca pensé en mí". La mujer se encuentra recuperándose, mientras que Sarria está detenido e internado, a la espera de que se le imputen cargos por el ataque. El caso despertó indignación y debate sobre la violencia de género y la protección efectiva hacia las mujeres en situaciones de riesgo.