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Habló el padre del rugbier más comprometido por el crimen de Fernando: "Me dice que lo lamenta y se pone a llorar"

Marcial Thomsen dijo que los imputados no son asesinos y que su hijo está muy arrepentido de lo que hizo.

30 Enero de 2020 19:36
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Después de haber sido trasladados a la cárcel de Dolores, esta tarde los 10 rugbiers detenidos por el crimen de Fernando Báez Sosa recibieron la visita de sus familiares. A la salida, el papá de Máximo Thomsen, uno de los jóvenes más complicados, reveló que su hijo no se acuerda de algunos detalles del hecho, mientras que además aclaró que el joven ya entregó la clave de su celular para que los peritos puedan revisarlo.

Este miércoles, los imputados pasaron su primera noche alojados en la alcaldía de la cárcel de Dolores, donde se les ofreció asistencia psicológica y médica. Allí permanecerán al menos hasta que la situación procesal de cada uno de ellos se defina.

A la espera del resultado de algunas pericias que todavía faltan, en la tarde del jueves los rugbiers recibieron las visitas de sus familiares, y uno de los padres que habló fue Marcial Thomsen, padre de Máximo, quien fue identificado en las ruedas de reconocimiento como uno de los principales protagonistas de la fatal paliza a Báez Sosa.

Apenas llegó, Thomsen lamentó la muerte de la víctima, aunque aclaró que ninguno de los jóvenes detenidos es un asesino. "Los chicos están arrepentidos, no sé qué se le cruzó por la cabeza", dijo.

Luego de haberlo visto, el papá de Máximo salió a la calle y respondió todas las preguntas de la prensa. En concreto, aclaró que su hijo no es una persona violenta, y sostuvo que todos los rugbiers están arrepentidos por lo que hicieron. "Estaban alcoholizados, pero no justifico nada", dijo.

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Además, comentó que su hijo solo dice que lo que pasó con Fernando fue una pelea, aunque la realidad es que no se acuerda de muchos detalles de ese momento. "Me dice que lo lamenta muchísimo y se pone a llorar. No sabía que Fernando estaba muerto", aclaró.

Muy nervioso por la situación, Marcial Thomsen dijo que lo que están viviendo no tiene nombre, y que siente mucho enojo consigo mismo por todo lo que ocurrió. "Es una montaña rusa de emociones, y todo el tiempo pienso qué hice mal. En 15 segundos me cambió todo. Tengo miedo de no verlo más en libertad", se lamentó.

Antes de irse, reveló también que su hijo ya entregó la clave del celular para que lo periten, y aclaró que no sabe quién acusó falsamente, ni tampoco por qué lo hicieron, a Pablo Ventura.

El pasado fin de semana, cuando visitó a su hijo en la comisaría de Pinamar, Thomsen ya se había manifestado de la misma manera. "Nunca te podés imaginar una cosa así. Es una desgracia. Sólo puedo decir que no hubo un plan para matarlo", sostuvo en ese entonce

En Dolores, los jóvenes oriundos de Zárate fueron ubicados en una misma celda en un primer piso entre los pabellones 9 y 10 de los prisioneros evangelistas, donde hay menos situaciones conflictivas.