Habló por primera vez la madre de Bastián, el niño al que le arrebataron el sueño de ser futbolista

Hace cinco días, la vida Bastián Escalante Montoya fue arrebatada en medio de un tiroteo entre motochorros y un policía de civil. Desde aquel día, su familia atraviesa un gran dolor y por primera vez habló su madre, Johana. 

Con tan solo 10 años, fue asesinado en Wilde en plena calle cuando volvía su casa acompañado de su mamá. En marco de una marcha pidiendo justicia, algunos de sus familiares rompieron el silencio: "Queremos que vayan presos todos los responsables", fueron las primeras palabras Johana.

Con el sueño de convertirse en futbolista, Bastián había salido del entrenamiento de la categoría 2013. El reloj marcaba las 20.37 cuando su destino cambió: en bicicleta a paso lento por la calle Caxaraville, al lado de quien le dio la vida, se encontraron en el lugar equivocado en el momento equivocado. 

Bastián, el niño que quiso se futbolista

La mujer que perdió a su hijo se siente en buenas manos con el abogado Matías Morla: "Hay un montón de cámaras. No sé si hubo un tiroteo. A los motochorros que pasan por al lado no se les ve que tengan una arma. Hay que ver bien", exclamó Johana. Además pidió la máxima pena para quienes le arrebataron la vida a su niño, mientras confía que sea uno de los que ya se encuentra detenidos. 

Para ella todos son culpables de los dos balazos que recibió Bastián, tanto los dos jóvenes que se encontraban robando como el policía, a quien acusó de lleno: "No sé por qué no entregó la moto y siguió disparando de la manera que se ve en el video. ¿Era más importante la moto que la vida de un nene?", se preguntó.

La mujer espera que se haga justicia, aunque reconoció estar "destruida". Con profundo dolor recordó aquel día: "Siempre que practicaba estaba adentro del club porque lo miraba mientras jugaba. Cuando nosotros salíamos del club vimos que le querían robar al policía, vi cuando sacó el arma y ahí volvíamos para el club. Cuando estábamos llegando a la esquina él se quedó y ahí cayó. Me llegó a decir que le dolía".

Johana agradeció el apoyo que recibe de los vecinos y de las personas que se acercan a ella aunque no conocían al pequeño. Por otro lado, declaró que sus hijas mayores -una de 13 y otra de 15 años- extrañan profundamente a su hermano, por lo cual ella mantiene una fortaleza que quiere transmitir a las adolescentes.