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"Haga lo que haga...": Robledo Puch, de las "ideas de muerte", a su nuevo compañero de celda

Cómo gestó el fallido operativo "morir en libertad" y la decisión que él mismo tomó y lo dejó una vez más tras las rejas.

por Manuela Fernandez Mendy

14 Junio de 2023 14:42
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"Están todos complotados. Haga lo que haga, nunca me van a dejar salir". Carlos Robledo Puch se enteró en su celda del pabellón uno del penal de Olmos que, una vez más, la Justicia le negó el beneficio de la libertad. La decisión de la Sala I de la Cámara de Apelaciones y Garantías de San Isidro terminó por archivar el operativo "morir en libertad" que el asesino serial de 71 años había iniciado en octubre del año pasado. Ideas de muerte, paranoia y la decisión que él mismo tomó y lo dejó una vez más tras las rejas.

"El ángel de la muerte" permanece alojado en la Unidad Número 26 de Lisandro Olmos desde mayo de 2019, después de la neumonía multifocal que contrajo en Sierra Chica y que culminó con su traslado al penal ubicado en las afueras de La Plata. Desde ese momento, Robledo Puch comparte la celda número diez junto a otro recluso con el que mantiene una "muy buena relación" y sus reportes de conducta son "excelentes"; pese a que se niega a desempeñar cualquier tipo de actividad laboral o académica.

En octubre del 2022, ya bajo la defensa de Jorge Alfonso, Robledo Puch pidió una vez más su libertad; pero el giro en la argumentación que esgrimió su abogado soprendió a quienes desde hace años tienen acceso a su expendiente. "Fue la primera vez que planteó la idea de morir en libertad", reconocieron en diálogo con BigBang, al tiempo que señalaron que la intención planteada por el asesino serial no era recuperar la libertad de forma plena, sino instalarse en una comunidad terapéutica. Sin embargo, jamás presentó ninguna institución dispuesta a acogerlo y a hacerse cargo de él.

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La Justicia le dio lugar al pedido del condenado y ordenó el inicio del proceso de preegreso. Para alcanzar su libertad, Robledo Puch debía reunirse una vez por semana con una psicóloga y una trabajadora social. Del primer encuentro surgió la primera señal de alarma: el preso manifestó en reiteradas oportunidades "ideas de muerte".

Un mes más tarde, fue el propio Robledo el que solicitó la interrupción de los encuentros. "Están todos en contra mío, hay un complot para mantenerme encerrado hasta que me muera", se quejó, abonando así las bases de la evaluación con la que el juez Oscar Roberto Quintana volvió a negarle el beneficio de la libertad. "El pensamiento está marcado por más errores de juicio o deslices cognitivos de lo esperado", argumentó el magistrado.

 

A lo largo de estos meses, el abogado del condenado se encargó de trasladar su defensa también al plano mediático. Fue él quien aseguró que dos mujeres, a cargo de una residencia para adultos de la localidad bonaerense de San Nicolás, estaban dispuestas a cuidarlo y se ofrecieron a albergarlo. Sin embargo, la Justicia jamás recibió ninguna notificación al respecto. "No figura ninguna presentación de ese tipo", negaron de forma categórica en su momento a este medio.

"Ante la ausencia de un domicilio apto para el caso de egreso, la ausencia de una red social extrainstitucional que pueda brindarle contención para el caso de egreso, la carencia de planificación alguna de una propuesta de un ambiente que le brinde contención y estructura conforme lo exigen sus patologías, no resulta factible dar acogida favorable a la pretensión liberatoria instada", explicó Quintana.

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La única victoria que obtuvo Robledo Puch con su denominado operativo "morir en libertad" fue que el juez le encargara a la Dirección de Tercera Edad de la Provincia de Buenos Aires la elaboración de un informe con el detalle de las "instituciones de salud o dispositivos de tercera edad" que se "adecuarían a las necesidades del interno en función". ¿Qué quiere decir esto? Que el asesino podría ser trasladado, pero a un geriátrico debido a su avanzada edad y a su delicado estado de salud.

El eventual traslado del "ángel de la muerte" a una institución de salud será algo que se definirá en los próximos meses y para lograrlo Robledo Puch deberá volver a someterse a las entrevistas con la psicóloga y la asistente social. Además, en caso de obtenerlo, permanecerá bajo la custodia de efectivos del Servicio Penitenciario bonaerense, tal y como sucedió en 2019 cuando debió ser ingresado al hospital municipal de Olavarría por el cuadro de neumonía multifocal.

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